Hoy día, primero de octubre de 2023, se inicia el último año de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien entregará el poder a las 12 de la noche del 30 de septiembre de 2024 a la nueva Presidenta de la República Mexicana, quien será Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum.
Los doce meses que le quedan a López Obrador en el Gobierno se le irán como agua; no le dará tiempo de hacer cosas que él pensaba y sabrá entonces que el poder político encuentra en la realidad, la resistencia de un resorte o de un colchón que, cuando dejas de apretarlo vuelve a quedar como estaba.
Es muy difícil que el Presidente vea al famoso Tren Maya terminado, y menos que corra a 150 kilómetros por hora con motores eléctricos; poco a poco irán saliendo a la luz los destrozos que se cometieron en la selva del sureste mexicano y los graves daños ambientales que se cometieron con los ríos subterráneos, los cenotes y el frágil piso calcáreo de la Península de Yucatán.
Difícilmente verá el Presidente López Obrador funcionando a plenitud la insigne Refinería de Dos Bocas, que le costó al pueblo mexicano 16,000 millones de dólares, el doble de los presupuestado y que a la fecha todavía no produce ni un barril de gasolina aunque ya fue inaugurada varias veces.
En el tiempo que queda de su Gobierno, saldrá a la luz el desastre económico, administrativo y financiero que fue la cancelación y destrucción del NAIM, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que fue destruido y desmantelado con picos, palas y bulldozers, con lo que México perdió según el primer cálculo de la Auditoria Superior de la Federación, 300 mil millones de pesos, aunque el Presidente admitió “que sólo se perdieron 100 mil millones de pesos”.
Pero la pérdida mayor fue la oportunidad de tener un gran centro aeroportuario, (“hub”) distribuidor de aviones y pasajeros a toda América, a Europa y Asia, y resaltará cada día y cada hora la ineficacia del actual Aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México y del nuevo aeropuerto AIFA, que no resolverán la demanda de pasajeros y carga.
Se dará cuenta el Presidente este año de cuánto tiempo perdió hablando en las Mañaneras, más de 2 mil horas en el micrófono, mientras el país necesitaba su acción para combatir al crimen organizado, construir y equipar hospitales, comprar y distribuir medicinas para la población en forma eficiente, desarrollar infraestructura económica y atraer inversiones nacionales y extranjeras, en vez de tratarlas con la punta del pie.
Este año se le irá como agua al Presidente; qué desperdicio de tiempo y recursos.
