Editorial

Fin al paraíso fiscal

En medio de una aguda lucha política planteada ahora por los partidos opositores PAN y PRD contra el PRI y sus aliados el PVEM y otros, el país sigue adelante y en el Congreso se han construido mayorías que permitieron la aprobación de la Reforma Fiscal enviada por el Presidente Enrique Peña Nieto con la finalidad de obtener mayores recursos económicos para atender las grandes necesidades sociales planteadas por una población parcialmente famélica (el 50% de los habitantes del país, según el INEGI), desempleada y enferma en porcentajes muy altos.

Las minorías privilegiadas de nuestro país entre quienes se encuentran las clases altas y la parte superior de las clases medias, no alcanzan a percibir ni comprender en su totalidad el drama de la mayoría de la población de nuestro país, que necesita educación, salud pública, seguridad pública, seguridad social, pensiones para adultos mayores y todo lo demás.

Mandatario joven, con ilusiones de servir a su patria, el Presidente Enrique Peña Nieto se arriesgó a enviar al Congreso de la Unión una Iniciativa de Reforma Fiscal y un Paquete Económico que pusieran en marcha tanto a la economía nacional como a las conciencias.

Los empresarios refresqueros y jugueros han amasado enormes fortunas en nuestro país, gozando de los subsidios al azúcar que hubieron en el pasado y saltándose los impuestos al IVA y otros; aprovechándose siempre de los agujeros fiscales y de su influencia ante las autoridades hacendarias.

En la vida real, los grandes empresarios mexicanos han disfrutado hasta hoy de un casi Paraíso Fiscal que les ha permitido hacer enormes fortunas, como lo demuestra el hecho de que tenemos el campeonato mundial de riqueza personal, aunque también estamos en los primeros lugares de la desigualdad internacional.

Enrique Peña Nieto, hombre valiente, ha enfrentado con decisión el ataque empresarial que se le vino encima sin justificación, porque entre otras cosas, Peña Nieto quitó el IETU y el IDE que tanto habían molestado al sector empresarial desde el sexenio de Calderón.

Peña Nieto escuchó a los empresarios y quitó esos dos impuestos: el IETU y el IDE, beneficiando al sector empresarial; pero a la vez eliminó la consolidación fiscal de las empresas gigantes, que por esa vía equilibraban falsamente pérdidas y ganancias, y mantenían altísimos niveles de utilidades.

Los recursos adicionales que se obtendrán con esta Reforma Fiscal de Peña Nieto, aprobada ahora por el Congreso de la Unión después de una serie de batallas legislativas y políticas, que ganaron el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa, líderes del PRI en el Congreso, servirán para atender las necesidades de la población hambrienta del país, para imponer la Pensión Universal para Adultos Mayores, el Seguro Universal de Desempleo y el Seguro Social Universal. Si eso se logra, la batalla política que se dio no habrá sido en vano.

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