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Don Fidel Velázquez Sánchez CXXV Aniversario de su natalicio 1900-1997

Análisis Sociopolítico

Por el Dr. Héctor San Román A.

Ex Dip. Federal cetemista

Don Fidel Velázquez nació el 24 de abril de 1900 (fin del siglo XIX e inició del siglo XX) en San Pedro Atzcapotzaltongo (hoy Villa Nicolás Romero) Estado dé  México, hace 125 años.

Quien esto escribe tuvo el privilegio de compartir una incomparable cercanía y afecto con ese gran mexicano, un líder obrero, un hombre de excepcionales cualidades; de una lucidez e inteligencia impar con la cual condujo las luchas de la otrora poderosa organización sindical obrera; la Confederación de Trabajadores de México, con prudencia como instrumento de combate. Su longevidad existencial (97 años) dejó claro que la virtud no está reñida con la edad. Don Fidel en 1969 siendo yo estudiante de la Facultad de Medicina, me encomendó una tarea frente una preocupación nacional; el crecimiento elevado de la población; un programa nacional de Planificación Familiar, la CTM por lo tanto en ese propósito fue la avanzada para enfrentar esa preocupación nacional. También me apoyo para ser legislador en dos ocasiones; Don Fidel me decía “ yo no doy consejos, doy oportunidades”. Al buen entendedor…..

Muy jóvenes y con gran entusiasmo, Fidel Velázquez, Alfonso Sanchez Madariaga, Jesús Yuren, Fernando Amilpa, Luis Quintero (los cinco ositos luego, los cinco lobitos) y J. Leonardo Flores así como otros brillantes luchadores, formaron la Federación Sindical de Trabajadores del Distrito Federal.

El acto más celebrado por la Confederación de Trabajadores de México, al constituirse en 1936, fue el episodio más relevante del siglo XX, en materia de unidad sindical.

Nunca debemos olvidar aquello señalado por Isócrates, (filósofo griego) cuando la democracia ateniense estaba sobradamente aquilatada: <<No hay democracia más segura y más justa que aquella que confía los cargos a los más capaces y otorga a los ciudadanos el control sobre ellos>>.

El Dr. Héctor San Román, (4º de i a d) acompaña al dirigente Fidel Velázquez en el X Congreso Nacional Ordinario de la Industria de la Carne

La CTM desempeñó desde sus inicios en 1936, con su poder numérico organizado, con su solvencia revolucionaria, con su claridad y su firmeza ideológica, con su Unidad de clase, con su voto, marcando una línea de conducta que fue seguida por una mayoría aplastante del pueblo que reconocía en esa organización proletaria una masa militante responsable y capacidad probada en luchas históricas “Por la Emancipación de México”, desempeñando un papel, no sólo en defensa de los intereses económicos de la clase trabajadora, sino también como organización que se preocupa y participa en la solución de todos los problemas de interés popular como la carestía de vida y la justicia  social en el plano nacional e internacional.

En momentos de crisis la respuesta cetemista  fue de lucha, de grandes responsabilidades, de sacrificios, pero una organización obrera responsable sabe que el camino no es fácil, es duro y difícil.

Don Fidel Velázquez fue un sindicalista, un personaje del cual el movimiento obrero de México se sentía conscientemente orgulloso; entre calmas y tempestades, entre violentos climas y serenos ambientes, fue el conductor que supo el cómo y tener éxito en los diversos asuntos de la organización sindical. Fue el fiel de la balanza en la estabilidad del pais, factor insustituible para el desarrollo.

Que mejor que reflexionar entorno a la figura de Don Fidel en tiempos de crisis, reconstruir pasajes de su vida que determinaron el camino que fue trazando la CTM bajo su conducción con evidentes dotes de liderazgo sociopolítico. ¡Un personaje de excepcional inteligencia que dio vitalidad al sindicalismo mexicano! Dotes singulares reconocidas en el ámbito internacional. Su actitud sensata y combativa a la vez, dando vigor al movimiento obrero organizado de aquellos años los vinculó a los intereses superiores del pueblo mexicano y la respuesta que éste supo dar a un régimen identificado bajo sus más caras pretensiones y demandas, Don Fidel fue y sigue siendo para muchos mexicanos en esta época “ejemplo a seguir, por su modelo de conducta”.

El conocimiento de la historia del movimiento obrero en México es de fundamental importancia, para todos los interesados en la historia y la vida sociopolítica del país, y podríamos ampliar, es importante para todos los mexicanos que apreciamos el valor de la libertad, el Estado de derecho y la justicia social. Aunque en política aparentemente no hay secretos, podemos decir que el secreto de la fuerza y supervivencia que llegó a tener la CTM superando constantemente su Declaración de Principios, renovando sus Programas de Acción, reestructurándose, todo ello debido a la gran capacidad de Don Fidel por construir una organización sindical ejemplar, manteniendo su prestigio y capacidad de lucha.

En 1980, el intelectual francés André Gorz anuncio que la clase obrera había muerto, pues se encontraba permanentemente dividida como grupo social, desposeída culturalmente y privada de su anterior (y difunto) papel como agente del progreso social.

El momento de aquella reflexión estuvo espectacularmente mal calculado. Desde entonces y hasta ahora, la fuerza de trabajo global ha duplicado su tamaño. Las deslocalizaciones, la globalización y la incorporación de los países del antiguo bloque comunista al mercado mundial dispararon el número de trabajadores asalariados hasta los más de 3000 millones.

Aún así, Gorz tuvo razón en un sentido. Y es que, en estas casi cinco décadas, hemos sido testigos de la caída de la afiliación sindical y del poder negociador de los sindicatos a nivel internacional, así como una caída paralela de los salarios y de la participación de estos en el PIB. Ahí radica la causa fundamental del problema del que se lamenta Thomas Piketty: la incapacidad de los obreros para defender su cuota en el producto total, con el consiguiente aumento de la desigualdad. Sin embargo, propios y extraños deben reconocer que tras décadas de repliegue y atomización, la clase obrera, sobrevive aún, pero  enormemente transformada.

Innecesario y ocioso puede ser destacar la importancia que tuvo en tiempos de Don Fidel Velázquez y puede continuar teniendo la CTM en la vida económica y política de México. Particularmente en momentos de  estado de crisis o crisis de Estado, como son los tiempos actuales, la presencia del movimiento obrero organizado ha sido evidentemente claro en la vida nacional. Es innecesario establecer un juicio de valor, el hecho que las y los trabajadores mexicanos agrupados en organizaciones sindicales, representan un peso específico en el desarrollo nacional y su presencia, por señalarlo en tres palabras, “debe estar presente”. Inútil es tratar de eludir ese dato objetivo de la razón y la realidad nacional ante su ausencia el: “Primero de Mayo”. En cualquier visión de nuestra realidad nacional en la que se eluda por ignorancia o mala fe el dato referente a la presencia de los trabajadores y trabajadoras mexicanas, es por fuerza una visión deformada e incompleta.

El Secretario General de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez, le da instrucciones al Dr. Héctor San Román, sobre asuntos de carácter internacional

Además como sindicalistas mexicanos, debemos ser también buenos internacionalistas; valoremos la necesidad de fortalecer los vínculos solidarios y fraternales con todos los trabajadores del mundo, hoy como entonces, frente a la guerra y los desatinos imperiales, extendamos nuestros brazos a los trabajadores caídos, destruidos, vejados por la delincuencia, el terrorismo, la violencia y la guerra que está presente en varias regiones del planeta y pongamos nuestro grano de arena como mexicanos luchando por la paz y el derecho internacional en todo el mundo para ello es necesario un sindicalismo  libre y una nación soberana e independiente. Esa experiencia la viví viajando por el mundo por más de dos décadas en representación de la CTM bajo la dirección de Don Fidel  Velázquez y la experiencia internacional de Don Alfonso Sanchez Madariaga.

No nos podemos quedar estancados en los frutos del pasado ni en los errores del presente México requiere un gran esfuerzo de renovación nacional, apostamos por el cambio para avanzar, no para retroceder, un cambio con sentido progresista, rechazamos el cambio si esto significa supeditarnos a un grupo minoritario que se ha apoderado tramposamente del poder político, violando permanentemente el Estado de derecho.

Don Fidel como gran líder obrero, supo y reconoció el valor de las instituciones, que a riesgo: como lo señaló el filósofo Jürgen Habermas: “Una vez destruidas las instituciones no se pueden restaurar sin más, aunque haya cambio de presidencia”.

Luis Spota:- Como reproche a la CTM; al sistema que representa la CTM; se dice que ha ido envejeciendo, que se ha ido desgastando, igual que, digamos, el Partido. ¿Cuál sería su comentario, don Fidel?

Don Fidel:- “A las instituciones les pasa todo lo contrario que a los hombres: no envejecen por el tiempo; envejecen por sus actos. Si la CTM hubiera equivocado el camino, no solamente hubiera envejecido, sino ya hubiera muerto”: respuesta de Don Fidel Velázquez a la pregunta de un gran comentarista; el inigualable e inolvidable periodista y escritor Luis Spota.

La experiencia histórica del México pos revolucionario indica que han sido las instituciones fundamentales de nuestro sistema político la Constitución y el Estado de derecho, las que han determinado el avance democrático, el grado y la calidad del desarrollo nacional.

“La Revolución Mexicana no se hizo para amasar fortunas, ni para aumentar el número de ricos en nuestro país; se hizo para liberar de la esclavitud a nuestro pueblo, para darle de comer, para darle vestido, para alojarlo en habitaciones higiénicas y para salvarlo de la pobreza y miseria en que se ha debatido tantos años. Si nosotros queremos que esa Revolución llene su finalidad, cumpla su cometido y siga su marcha ascendente, debemos como los ejércitos armados que derrocaron a Porfirio Díaz y a Huerta, luchar sin titubeos de ninguna especie para conseguir derrocar a la casta poseedora”. Parte del discurso pronunciado por Don Fidel en el Quincuagésimo Consejo Nacional de la CTM.

Vale recordar que frente a las situaciones de críticas que vivió nuestro país en tiempos del compañero Fidel Velázquez, la CTM encabezando al movimiento obrero asumió una actitud prudente, con responsabilidad brindando apoyo incondicional para superar la crisis, los trabajadores ofrecieron posponer el planteamiento de legítimas, demandas, no agudizar la lucha de clases y ser solidarios con la política económica. Considerando que no era el momento de acelerar el ritmo de la Revolución Mexicana, sino el momento de resistir, y esperar a que la crisis concluyera o se superaran sus manifestaciones más agudas. Entre tanto en un marco de Unidad nacional la CTM tendió un puente de entendimiento y cordialidad entre todos los sectores del país cumpliendo cabalmente su compromiso con una conciencia sinceramente patriota.

El dirigente Fidel Velázquez Sánchez con el Dr. Héctor San Román al finalizar una reunión de trabajo

En la CTM con Don Fidel al frente se apoyaron los cambios para avanzar no para retroceder. Hoy ante su ausencia sabemos la importancia, el valor  que reviste para el país y particularmente para la clase trabajadora la estabilidad. La estabilidad es imprescindible para la ideología; es la que proporciona seguridad, la clave para una interpretación inequívoca de una realidad verdadera, inmutable y perfecta que lo es porque se opone a todas las otras variantes injustas de dicha realidad a las que combate y de las que tiene que defenderse constantemente para evitar caer en el oscurantismo.La estabilidad entraña inmutabilidad. La ideología es en sí conservadora, ya que cualquier cambio podría minar la estabilidad y las certezas obtenidas.

En la modernidad tardía, la ideología impuso por la fuerza una visión del mundo que convirtió en una fe dogmática en la que confiar, y cuyos principios no debían ponerse en tela de juicio. En otros tiempos, combatida por ser considerada un peligroso factor desestabilizador del orden, adoptada posteriormente como medio para retener el poder, la ideología ha terminado siendo rechazada por su incapacidad para mantener ese orden.

Crisis: de la palabra griega sentencia, punto de inflexión, disputa, es una palabra que se escucha y se repite en las conversaciones cotidianas, se utiliza para comentar las dificultades políticas, sociales y financieras; inflación, recesión, desempleo, migración, delincuencia, pobreza, deuda, corrupción, democracia, ineptitud, desaciertos, autoritarismo, etc. se culpa así a la crisis de todo suceso adverso a la población de un país.

Los momentos críticos que vivió la CTM y el movimiento obrero en gran parte del siglo XX, los más álgidos y difíciles, fueron vividos por Don Fidel Velázquez, primero como secretario de organización y, más tarde como secretario general. “Es en la acción y no en el reposo donde encontramos satisfacción”; una frase dónde se expresa de manera inequívoca su mentalidad; es el valor de la libertad y la acción lo que anima su pensamiento.       

Hoy creemos que vivimos en una democracia representativa, pero hemos aceptado como algo natural que los representantes populares (que ruegan, roban o compran el voto) tengan más importancia, más poder y más prerrogativas que el conjunto de los representados en este caso, los trabajadores.

Alguna vez el presidente de la República en turno, invitado al Consejo Nacional de la CTM, ya presente y antes de concluir la sesión del día, Don Fidel le invitó a la biblioteca e inaugurar los trabajos del periódico mural encargado a la juventud de la FOOJ-CTM, al subir las escaleras de granito negro del antiguo edificio de Vallarte 8, el presidente observó grandes páginas de los diarios nacionales donde se decía que Fidel Velázquez era un líder vende huelgas y otras linduras, ya en la biblioteca sobre una larga mesa estaban tres grandes volúmenes de recortes periodísticos donde en cada página de cada volumen se criticaba y denostaba a Don Fidel a lo que el presidente dijo “Don Fidel yo no estaba enterado de esto”; lo sé señor presidente pero eso no interesa, interesa lo que el presidente opina de la CTM. El presidente invitó al Comité Nacional a una reunión en los Pinos y de esa reunión hay otra historia muy interesante, al día siguiente no hubo columnas ni caricaturas que alimentaran la calumnia y la animadversión.

Hoy ante el desmantelamiento de las instituciones que fueron creadas como respuesta a las demandas obreras, protección  a la salud, seguridad social, población y desarrollo, pensiones, vivienda, el Estado de derecho, la división de poderes, etc. le diría al presidente en turno: señor presidente, los periodistas tienen razón, “Yo vendo huelgas; y en este momento le vendo una Huelga Nacional”.

Reflexión y cautela; Que tu semblante no exprese jamás nada, ni el  menor sentimiento, sino una perpetua afabilidad. Y no sonrías al primero que llegue y muestre por ti el menor entusiasmo: Mazarino.

Para reconquistar la política, para rejuvenecer la democracia, para rescatar el Estado de derecho, necesitamos ciudadanos; porque la democracia para su grandeza y su fragilidad no tiene otro sustento que la virtud política de los ciudadanos.

El líder de los trabajadores de México agrupados en la CTM, Fidel Velázquez, con el Dr. Héctor San Román, teniendo al fondo la Bandera Nacional Mexicana

La polis es un escenario perpetuo del que solo se sube, pero no se baja. Solo la acción política le concede al ser humano la inmortalidad. El anhelo de gloria eterna es movens de la historia.

Construir el futuro, mirando a los orígenes no significa quedarnos atrapados en los viejos logros de los antiguos, sino seguir buscando lo que ellos buscaron, con estrategias y medios adecuados a la realidad actual.

No nos engañemos: el hombre no puede realizarse plenamente sin libertad, justicia ni recursos, y la política, bien entendida, no es otra cosa que el intento colectivo de lograr que esos bienes vitales existan para todos. La libertad Como atributo inalienable del ser humano; y la felicidad como realización plena de la persona, y como razón de ser del Estado.

En agosto de 1982. Don Fidel Velázquez y otros dirigentes obreros. Concedieron entrevistas a la Editorial Popular de los Trabajadores, cuyo director general era Eduardo Segovia, dentro del propósito que culminó con la publicación del libro  “La Lucha Obrera en México”.

P. Entendidos el salario remunerador y la semana de 40 horas, como demandas fundamentales del movimiento obrero mexicano ¿qué medidas organizadas y de lucha sería preciso emprender para lograr esos objetivos?

R. “En relación con la jornada de 40 horas sostenemos, que en la actualidad, con la tecnología que hay, la maquinaria moderna, los demás factores que concurren en la producción, ya no es necesario trabajar más tiempo, sino mejor y en consecuencia estamos luchando porque se reforme la Constitución en ese sentido y que en lugar de 48 horas a la semana sea de 40 horas para que el obrero tenga la oportunidad de reparar sus energías, de atender a su familia, de divertirse sanamente y se de mayor ocupación a los trabajadores. La jornada de 40 horas requiere de la creación de un turno más; pudieran crearse hasta cinco turnos con lo que se absorbería el 25% de mano de obra desocupada”.

En 1989, mi amigo, el Lic. Florentino Castro (Director de Socicultur del DF) y el que esto escribe, pensamos en organizar una exposición; ¿Que se dice hoy de Don Fidel?. 50 Años en la vida de México en Caricaturas. En la explanada del edificio de la CTM en Vallarta 8, se lo comenté a Don Fidel y me dijo; Si, y ordena una manta que diga “Gracias señores Caricaturistas”, el día de la inauguración al entrar los caricaturistas y vieron la manta, me dijo el caricaturista Oswaldo, si mal no recuerdo, “las gracias se la damos a Don Fidel, gracias a él que nos facilita nuestro trabajo”. Don Fidel con mucha amabilidad me autografió un libro de los que se publicaron con tal motivo. “A mi compañero y amigo. Dr. Héctor San Román con todo afecto y estimación Méx D. F a 5 de Mayo de 1989, rubrica”. Lo guardo como un tesoro personal.

Para que el Comité Nacional de la CTM (actual) pueda realizar su tarea con mayor eficacia y absoluta responsabilidad debe determinarse que los integrantes del Comité Nacional sean elementos de absoluta confianza y capacidad. Porque aún no termina su tarea reivindicadora, ni ha logrado “La Emancipación de México”. Lema que Don Fidel sostuvo en alto, porque  la palabra “Emancipación” tiene varias acepciones, pero todas ellas desembocan en una sola: fortalecer el desarrollo del País, elevando el nivel social de las masas asalariadas; empuje que lleva a mejorar el nivel salarial ya que no sólo las reivindicaciones de carácter social ocuparon lugar prioritario en la consideración cetemista.

Don Fidel Velázquez Sanchez ha pasado a la historia, como un hombre que se significó en la vida sociopolítica de México, por su congruencia como un líder obrero ejemplar; en la lucha por la justicia social y su entrega total en la defensa de la clase trabajadora, sus hermanos, sus compañeros de clase; no cabe la menor duda que el movimiento obrero mexicano y el país requieren de hombres de esa talla, de esa integridad, de ese temple, de ese amor a México.

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