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Diagnóstico IMCO: Proyecto del Tren Maya

  • La experiencia internacional muestra que en promedio los proyectos ferroviarios elevan su costo en un 45% sobre lo presupuestado.
  • Si la planeación no es la óptima, se estima que el costo de construcción del proyecto podría aumentar entre 4 y 10 veces más que los 120 a 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal.

En diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el proyecto del Tren Maya, el cual es considerado por el Gobierno federal como el principal proyecto de infraestructura. Este documento tiene como objetivo presentar los desafíos que enfrentan este tipo de megaproyectos, a partir de la información disponible. Además, ofrecemos una serie de recomendaciones enfocadas en potenciar la rentabilidad y viabilidad del proyecto.

PREOCUPACIONES ECONÓMICAS

Las experiencias a nivel mundial y nacional señalan que para crear un proyecto de infraestructura ferroviaria que genere ganancias o, por lo menos, no requiera de subsidios gubernamentales durante toda su vida útil, es necesario que el Gobierno haga una evaluación correcta de los costos estimados, aforo, densidad poblacional, conectividad, uso principal de las vías y la competencia del tren con otros medios existentes de transporte.

El costo estimado de construcción del Tren Maya derivado de este ejercicio asciende entre los 479 mil 920 millones de pesos y 1 billón 599 mil 767 millones de pesos, un rango que es entre 4 y 10 veces mayor que los 120 a 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal.

El peor escenario sería aquel en el que la construcción del Tren Maya no cumpla con sus objetivos de proporcionar crecimiento y desarrollo integral a las comunidades por las que pasará, y que el Gobierno federal acabe subsidiando con los recursos de los contribuyentes la vida útil de otro proyecto sin beneficios para nadie.

PREOCUPACIONES AMBIENTALES

Especialistas ambientales han manifestado su preocupación en torno a la ruta del Tren Maya, la cual atraviesa una región con diversidad biológica y cultural única, así como en la evaluación económica del impacto ambiental que deberá retroalimentar la factibilidad y el análisis costo-beneficio del proyecto. Esta evaluación deberá ser uno de los ejes centrales y preventivos de la decisión del Gobierno para iniciar las obras.

PREOCUPACIONES SOCIALES

El 56% de la superficie de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo es propiedad social y está compuesta por más de mil 406 núcleos agrarios, de los cuales casi el 100% corresponde a ejidos. Asimismo, antes del inicio de la construcción, el Gobierno tendrá que cumplir con su obligación de llevar a cabo una consulta libre, previa, culturalmente adecuada, de buena fe, pública y de manera informada en una de las regiones con alta proporción de población indígena. Además, la planeación tendrá que asegurar el trazo y los derechos de vía deberán estar listos antes de iniciar la obra.

IMCO Propone

La rentabilidad del proyecto podrá aumentar al:

  1. Incluir a la población en mecanismos de consulta regulares desde la etapa de planeación del proyecto, con lo que el Gobierno podrá gestionar de mejor forma diversos riesgos sociales
  2. Incorporar actividades distintas al turismo en la planeación de la obra.
  3. Asegurar que las líneas se construyan en tramos urbanos, densamente poblados y cortos.
  4. Obtener la totalidad de los derechos de vía de los tres tramos antes de iniciar la obra.
  5. Evaluar el costo de oportunidad de otros proyectos que puedan generar un mayor beneficio a la sociedad, un ejemplo de esto podría ser el Ferrocarril Transístmico.

El IMCO es un centro de investigación apartidista y sin fines de lucro dedicado a enriquecer con evidencia la toma de decisiones públicas para avanzar hacia un México justo e incluyente.

Consulta más información en: www.imco.org.mx

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