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Una amistad inolvidable entre México y Chile

Reunión de los Presidentes Luis Echeverría y Salvador Allende

Señor Licenciado Don Hugo Castro Aranda, Presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística;

Distinguidos integrantes de la Mesa Directiva de la SMGE;

Honorables consorcios y consorcias

Es para mí un alto honor comparecer ante ustedes a solicitud de nuestro Presidente Don Hugo Castro Aranda para presentar un testimonio de lo que vi y viví entre los años 1972 y 1973 respecto de las relaciones políticas y diplomáticas entre los Presidentes de México, Lic. Don Luis Echeverría Alvarez y el Presidente de la República de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens.

En mi función entonces, como Director General de Difusión y Relaciones Públicas de la Presidencia de la República, estaba yo sentado frente al Presidente Luis Echeverría en su despacho de Palacio Nacional, cuando por la Red Roja de teléfono recibió una llamada del Secretario de Relaciones Exteriores, el Lic. y Doctor en Derecho Emilio O. Rabasa, quien le explicó algo al Presidente, quien respondió: “dígale que con todo gusto y que lo recibiremos con los brazos abiertos”.

El Presidente me informó y dio instrucciones para emitir un comunicado a los medios de información nacionales e internacionales, “que el Presidente de la República de Chile, Doctor Salvador Allende, visitaría en breve a nuestro país, y sería bienvenido y recibido con los honores correspondientes”. Y así fue.

El 30 de noviembre de 1972 aterrizó en México el avión en que venía el ilustre visitante Presidente de la República de Chile y su esposa Doña Hortensia Bussi de Allende; fue una recepción apoteósica, de cientos de miles de hombres, mujeres y niños a lo largo de 16 kilómetros de recorrido desde el aeropuerto a su lugar de alojamiento.

En las tribunas que se montaron alrededor del Hangar Presidencial del aeropuerto de la Ciudad de México, centenares de fotógrafos y camarógrafos de México y de todo el mundo hicieron las mejores fotos que aparecieron en los diarios y las televisoras y las pantallas de cine de todo el mundo; miles de mexicanos desbordaron su entusiasmo desde que el Presidente Salvador Allende y su esposa descendieron del avión.

El Presidente Luis Echeverría Alvarez entra al Palacio de La Moneda acompañado por el Lic Mauro Jiménez Lazcano, Director de Difusión de la Presidencia de México, en visita oficial al Presidente Salvador Allende, en abril de 1972, en Santiago de Chile

Hubo discursos de bienvenida, por parte del Presidente Echeverría y de agradecimiento por parte del Presidente Allende y luego se inició un largo recorrido del automóvil presidencial con los dos mandatarios, antecedidos por dos camiones especialmente adaptados para fotógrafos y camarógrafos que hicieron incontables tomas de fotografía y de pies de película a lo largo de las calles y avenidas de México pletóricas de gente que gritaban ¡vivas! al ilustre visitante y su familia.

Luego de dos horas de recorrido, el Mandatario chileno y su familia quedaron alojados en una casa de visitas en la zona occidental de la Ciudad de México, donde la señora María Esther Zuno de Echeverría, esposa del Presidente, le brindó las más finas atenciones a la señora Hortensia Bussi de Allende y de ahí surgió entre ellas una amistad sincera y profunda.

Cuando llegué a Los Pinos, después de emitir comunicados y conversar con periodistas que atiborraban la Casa Presidencial, pregunté por el Presidente para informarle de los asuntos de prensa y pedir instrucciones y el Estado Mayor me dijo que estaba en el comedor con su familia, y en efecto, en la mesa estaban la señora María Esther y sus hijos todos: Carmen, María Esther, Luis Vicente, Alvaro, Pablo, Rodolfo, Benito y Adolfo, salude, como es natural y pregunte por el Presidente, quien todavía no se incorporaba a la comida y Rodolfo, que era un adolescente simpático y pícaro, me dijo muy serio: “dejó instrucciones mi papá de que le dijéramos a Usted que no se publique ninguna fotografía de la visita…” ja ja ja.

Fue una recepción excepcional, probablemente la más grande y numerosa que se haya producido, a excepción de la que le dio el pueblo mexicano a John Kennedy y a su esposa Jacqueline en tiempos de López Mateos.

NUNCA HUBO UN LAZO DE AMISTAD TAN ESTRECHO COMO ENTONCES ENTRE MEXICO Y CHILE

Los lazos de amistad entre México y Chile se volvieron estrechos y fraternales en aquel entonces; Salvador Allende declaró en un discurso ante el Congreso de la Unión de México que nunca había estrechado las manos de 5000 personas y dado 500 abrazos; lo que ocurrió en los recorridos de la Ciudad de México; rindió homenaje a los Héroes Mexicanos cuya historia conocía detalladamente: a los Niños Héroes de Chapultepec, a Don Benito Juárez, al General Cárdenas con quien había llevado una gran amistad.

Salvador Allende conocía México por su música, sus películas, su historia, sus héroes, su cultura y en los recorridos que hizo por la ciudad pedía esquina, según confesó ante el Congreso de la Unión, “porque el Presidente Echeverría camina a 70 kilómetros por hora y yo sólo a 40, como un Ford viejo”; se subió al Metro con el Presidente mexicano y dijo que experimentó todo tipo de apretones y magullones; dijo ante la asamblea de Diputados y Senadores que en sus recorridos por Iztapalapa pasó junto a una tienda miscelánea y le pidió al Presidente detenerse a tomar un refresco, porque no le aguantaba el paso a Echeverría, y necesita descansar.

En los altares a la patria y a sus héroes, Salvador Allende escribió pensamientos profundos de homenaje inolvidables:

En la Columna a la Independencia luego de depositar una ofrenda floral y rendir homenaje a los héroes mexicanos exaltó el espíritu y conciencia latinoamericana de ellos.

Y en el Monumento a Juárez escribió y gritó: “¡Viva Juárez inmortal!”.

Era precisamente el año de Juárez 1972 y escribió en el libro de visitas en el Monumento de la Alameda: “En el año de Juárez, expreso en nombre de Chile nuestra admiración y respeto por la egregia figura del hombre, luchador y estadista, sublime Indio de Guelatao, que como ovejero o Presidente fue orgulloso de su raza y dio a México las normas que confirmaron su nacionalidad; combatió al invasor y es el símbolo de la Independencia mexicana.

¡Viva Juárez inmortal! Salvador Allende, 1 de diciembre de 1972.

Y en el Monumento a la Revolución, escribió en el libro de visitas:

“En nombre del pueblo y Gobierno chilenos, nuestro homenaje a Madero, iniciador de la Revolución; a Carranza, que diera forma a la progresista Constitución de 1917; a Calles, estadista y organizador de las fuerzas populares, y al General Lázaro Cárdenas, que abriera a Latinoamérica el camino de su segunda Independencia al nacionalizar el petróleo, y cuyo pensamiento estuvo siempre inspirado en los próceres de nuestro Continente, que anhelaron una América Latina independiente, libre y soberana”. Salvador Allende 1 de diciembre de 1972.

DISCURSO DE 55 MINUTOS EN EL CONGRESO

Invitado por el Congreso de la Unión, el Presidente Salvador Allende pronunció un discurso de 55 minutos en favor de Chile, México y Latinoamérica y en apoyo a la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados que propuso México a la Organización de Naciones Unidas y que tiempo después fue aprobada.

Fueron momentos emocionantes para la vida de Latinoamérica y de quienes tuvimos la fortuna de estar presentes en esos eventos.

AMISTAD ENTRE LA SEÑORAS MARIA ESTHER ZUNO DE ECHEVERRIA Y HORTENSIA BUSSI DE ALLENDE

Una profunda amistad entre las señoras María Esther Zuno de Echeverría y la señora Hortensia Bussi de Allende había nacido desde abril de ese mismo año de 1972, cuando el Presidente de México, invitado por el Presidente Salvador Allende y por la III Unctad asistió a Santiago de Chile junto con su esposa representando a nuestro país: esa amistad se consolidó en esta visita del matrimonio Salvador Allende y Hortensia Bussi, en está inolvidable visita de Estado a México y luego, cuando enviudó la señora Hortensia, con motivo de la muerte del Presidente Allende en el Palacio de La Moneda, la solidaridad de las dos señoras fue total.

NOMBRAMIENTO DEL INGENIERO GONZALO MARTINEZ CORBALA COMO EMBAJADOR DE MEXICO EN CHILE

En ese mismo año de 1972 EL Presidente Luis Echeverría Alvarez había nombrado al ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá, distinguido profesional de la ingeniería y político destacado, como Embajador de México ante el Gobierno de la República de Chile, fue precisamente en el mes de julio de ese mismo año.

Todavía estaba lejos, en el tiempo, el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en que los militares bajo el mando de Augusto Pinochet bombardearon por aire y tierra el Palacio de La Moneda, que defendió el Presidente Salvador Allende hasta la muerte.

DISCURSO EN GUADALAJARA

El sábado 2 de diciembre de 1972, los Presidentes Luis Echeverría y Salvador Allende, y sus esposas, Doña María Esther Zuno de Echeverría y Doña Hortensia Bussi de Allende, se trasladaron por avión a la Ciudad de Guadalajara donde fueron recibidos con gran alegría por la población, al son de “La Negra” y donde el Presidente Allende pronunció uno de los discursos más recordados en la Universidad Autónoma de Guadalajara, en él trazó el camino de la juventud.

De la capital jalisciense se despidieron el Presidente Allende Doña Hortensia Bussi de Allende para ir a Nueva York donde el Presidente de la República de Chile pronunció un famoso discurso ante la ONU sobre la situación dramática que vivía en ese momento su amado país.

MEXICO DIO ASILO A MILLARES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS PERSEGUIDOS POR LA DICTADURA DE PINOCHET

Tiempo después, ocurrido el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973, hace 50 años, México dio asilo a millares de hombres, mujeres y niños, a familias enteras chilenas, que fueron perseguidos por la dictadura militar de Augusto Pinochet.

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