Editorial

RETROCESO DEMOCRÁTICO; Ausentismo electoral y anulación del voto

pag02 editorial.inddMéxico ha dado un paso atrás en materia democrática; todo lo que ocurrió en el 2006 y la forma en que se resolvió la Elección Presidencial de entonces ha marcado, inevitablemente, la Elección Intermedia del 2009, del próximo 5 de julio: habrá un notable ausentismo de las urnas y un elevado porcentaje de ciudadanos de los que sí vayan a depositar su voto, lo anularán como una forma de protesta contra los partidos y contra todo el sistema político nacional, en el que nuevamente ya no creen.

Es más, algunos sociólogos y politólogos piensan que el ausentismo y la anulación del voto que en forma masiva ocurrirá será una demostración de que para muchos ciudadanos, la democracia electoral ya no es una vía de solución de los problemas nacionales, dada la alta ineficacia y corrupción de los gobiernos y representaciones políticas resultantes.

Tampoco hay forma de que la gente vuelva a tener la mínima credibilidad en el IFE; la corrupción en que cayó en el 2006 cuando tenía al frente al famoso licenciado Ugalde, ha tenido secuelas hasta ahora, en que los nuevos consejeros de ese Instituto, en lo primero que pensaron al llegar al nuevo cargo, fue en elevarse el sueldo en forma estratosférica; el escándalo producido entonces en la opinión pública impidió el atraco, pero la intención y el desprestigio ahí quedaron.

Ahora, por contubernio de los partidos políticos, el IFE se ha transformado en una nueva forma de inquisición de la opinión pública, de periódicos, revistas y televisión; son el nuevo Torquemada que quiere llevar a la hoguera al que disiente o se sale de los cartabones impuestos; pero eso ya no lo puede tolerar la ciudadanía.

Las tendencias autoritarias afloran en el país por todos lados; leyes y decretos draconianos son dictados por el Ejecutivo o se cocinan en el Congreso de la Unión con la complicidad incluso de partidos que antes fueron de oposición de izquierda, pero que ahora se pliegan a los dictados del poder, del dinero y las concesiones políticas.

Es por eso: porque los diputados, senadores y asambleístas, y hasta gobernadores, ya no representan los intereses de los ciudadanos en particular y de la población en general, que los votantes se están alejando de las urnas y que en una forma u otra mostrarán su rechazo a un sistema político que se ha corrompido hasta el tuétano.

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