Economía

Precariedad y desaceleración, la herencia

El reporte de la economía para el mes de septiembre es una marca clara del comportamiento económico del sexenio que esta por terminar, un crecimiento decepcionante. En el noveno mes del año la actividad productiva aumento 1.3%, cifra que pone fin al discurso voluntarista de quienes niegan la cada vez más palpable desaceleración económica de México.

Con una tendencia que se modera, la carga que se hereda al próximo gobierno no será menor, reactivar a la economía y hacerlo de manera sostenible. Además el entorno internacional no es favorable, la contracción de la zona euro en el tercer trimestre del año se traduce en una nueva recesión, la segunda en menos de cinco años. El salvavidas que Estados Unidos se significó en los dos años previos tampoco estará en los meses por venir, el ajuste fiscal que se aproxima y la ríspida negociación que el presidente Obama deberá realizar con los republicanos para salir de ese problema han afectado a los mercados financieros, particularmente a los más especulativos.

La herencia de bajo crecimiento se conjuntará con la de precarización social. En días pasados el Coneval retomó las cifras de pobreza que había publicado el año pasado para enfatizar el avance de este mal social, ello a pesar de que los mexicanos tienen un mayor acceso a satisfactores básicos como la educación y la salud. Independientemente que podía señalarse que no se hace una revisión sobre la calidad de dichos servicios, es evidente que a lo largo del sexenio que esta por terminar no se implementó una política económica integral que pudiera evitar el aumento de mexicanos en situación de pobreza.

Los argumentos para justificar lo descrito son abundantes, los favoritos la crisis económica de Estados Unidos y el aumento de los precios en alimentos. Parece olvidarse que se dijo que estábamos blindados en el primer caso y que en el segundo no se aplicó un programa de apoyo al campo que diera resultados palpables en términos de una mayor producción agrícola y ganadera.

El retroceso social tiene otro aspecto que las autoridades se niegan a reconocer y que el Coneval no enfatizó de manera oportuna en los reportes de 2009 y 2011: la precarización del trabajo. La caída en el ingreso salarial y la precarización de empleo representan un gigante contra el cual las políticas sociales no pueden triunfar, son apenas una aspirina contra un cáncer que se ramifica hacia la informalidad y la ilegalidad.

Sobre dicho pendiente social se monta una desaceleración económica. El crecimiento económico sexenal promedio será de apenas 2.2%, la segunda cifra más baja desde que los gobiernos duran 6 años.

Lo anterior toma a la próxima administración con la premura de aprobar un presupuesto que trate de evitar un mayor deterioro de la economía y el bienestar social, hasta el momento no se tiene en claro el perfil de funcionarios y programas que se harán cargo de enfrentar la coyuntura por venir. Mucho tiempo y esfuerzo se empleo en la aprobación de una reforma laboral que en poco contribuirá a elevar salarios y prestaciones, y que en el corto plazo solamente reducirá los costos laborales de las empresas, habrá que ver si eso se traduce en mejo- ras de mediano y largo plazo, de no hacerlo la deuda social y económica seguirá aumentando.

El legado de la actual presidencia no es positivo, la pobreza y violencia eliminan algunos avances que se tuvieron, no se puede ver el vaso medio lleno cuando existen personas sumidas en la precariedad. Veremos si el gobierno entrante es más sensible y eficaz para atender estos pendientes, de no hacerlo los riesgos de una mayor inestabilidad crecerán aún más.

Producto Interno Bruto

Frente al escenario de inestabilidad e incertidumbre macroeconómica internacional, la economía mexicana sigue manteniendo tasas de crecimiento positivas. En este sentido, las cifras del Producto In- terno Bruto correspondientes al tercer trimestre de 2012 exhiben un crecimiento del 3.3%. Dicho desempeño si bien es favorable, es menor al percibido en anteriores años, reflejo de la dependencia del país sobre el desempeño de los Estados Unidos.

Lo anterior, se aprecia en el modesto comportamiento de los sectores productivos de la economía, los cuales reflejan una reducción considerable de su dina- mismo. Dicha situación afecta principal- mente el sector terciario, el cual muestra una moderación significativa en su tasa de crecimiento. Por su parte, las actividades secundarias también presentan una reducción en su expansión, aunque en menor medida. Caso contrario ocurre con las actividades primarias sobre las cuales se observa una mejor dinámica, aunque su peso sobre la economía en general es reducido.

La imposibilidad de mantener elevadas tasas de crecimiento, condiciona de manera considerable la evolución económica del país, aspecto que se ve reflejado en la moderación percibida sobre las tendencias y ciclos en el tercer trimestre de 2012. En consecuencia, el menor vigor económico limita de manera importante el desempeño futuro de México, propiciando que las agudas problemáticas sociales difícilmente puedan ser atendidas mediante la generación de empleo y riqueza, afectando con ello la posibilidad de propiciar un mayor desarrollo económico.

Indicador Global de la Actividad Económica

En lo que respecta al Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) se aprecia un comportamiento similar al descrito en el caso del PIB. Si bien, aún persisten importantes tasas de crecimiento promedio hasta septiembre en el IGAE (4.3%), estas son insuficientes para mantener los ciclos al alza, algo particularmente cierto en el sector primario y terciario . Dicho aspecto refleja la debilidad de la economía mexicana, lo cual es consecuencia del modesto desempeño exhibido por los Estados Unidos. En este sentido, se aprecia una caída en los ciclos, salvo para el caso del sector primario que presenta un estanca- miento.

Producción industrial en Estados Unidos y México

La desaceleración continúa siendo una constante en la actividad industrial estadounidense la cual presentó un incremento anual de 2% en el mes de octubre, no obstante, tal cifra es menor compara- da con los resultados de agosto (3.1%) y septiembre (2.9%). El rubro de vehículos es el que obtuvo el mayor crecimiento (10.4%), seguido por el de maquinaria y equipo (4.1%) y equipo eléctrico (3.1%). A pesar de que todos los sectores mostraron aumentos, éstos han sido menores con respecto a los periodos previos con excepción del equipo de cómputo. Dada la enorme relación comercial existente entre los Estados Unidos y México, dicha situación limita considerablemente el desempeño económico del país, aspecto que ya se encuentra reflejado en el modesto desempeño económico exhibido por la economía mexicana hasta septiembre de 2012. En este sentido, tanto el ciclo de la producción industrial como el de cada uno de sus principales componentes presentan un comportamiento a la baja, lo cual es señal de que la desaceleración seguirá presente durante los próximos periodos y en consecuencia la afectación sobre México se extenderá.

La actividad industrial mexicana continúa mostrando señales de desaceleración derivado en gran medida del desempeño de la economía estadounidense, en particular del sector industrial. En septiembre la actividad total mostró una tasa de crecimiento de 2.4%, cifra menor a la refleja- da en el mismo periodo del año pasado (3.9%). Dicha situación se presentó en los sectores de manufacturas (2.5% en 2012 Vs. 5.2% en 2011), construcción (2.7% en 2012 Vs. 6.3% en 2011) y electricidad (2.3% en 2012 Vs. 5.0% en 2011) y sólo minería tuvo mejor desempeño en este año (1.6% en 2012 Vs. -3.8 en 2011)..

Por su parte, a pesar de que las tendencias se mueven en terreno positivo, al analizar los ciclos se observa que prácticamente todos los componentes de la actividad industrial muestran un comportamiento a la baja y únicamente el rubro de electricidad va al alza. Lo anterior implica que el desempeño de la actividad industrial de México puede continuar exhibiendo tasas positivas durante los próximos periodos, aunque a un ritmo de crecimiento menor.

Pobreza

Fuertemente vinculado con la imposibilidad de generar crecimiento económico continúo, se encuentra el deterioro en variables sociales vivenciado en el último

sexenio. En este sentido, entre 2008 y 2010 la medición de la pobreza por ingresos refleja un incremento de 10%, lo cual se traduce en 5.4 millones de mexicanos (MDM) más que enfrentan esta situación. Cabe resaltar que es muy delicado el as- pecto de la alimentación debido a que es una necesidad básica insustituible a diferencia, por ejemplo, de la educación en donde las consecuencias por interrumpir la preparación académica durante algún tiempo no resultan tan graves como el dejar de comer.

En este sentido, el incremento en precios de los bienes de la canasta básica y de las bajas percepciones salariales trajeron como consecuencia 21.2 millones de pobres en 2010 quienes no cuentan con la capacidad de alimentarse adecuadamente (bajo la medición de pobreza por ingresos); lo anterior tomando en cuenta que los requerimientos de consumo plantea- dos por CONEVAL son bastante cuestionables. Por ejemplo, la canasta alimentaria urbana que se considera para la medición contempla, entre otros alimentos, únicamente el consumo de 47.8 kilogramos por persona al mes; de los cuales, menos de 200 gramos corresponde a pasta para sopa, 12.3 litros de agua embotellada, 6.1 litros de leche, 1 kilogramo de huevos, 1 kilo de carne de res y ternera, 1.5 kilogramos de frijol, 4.7 kilogramos de tortilla de maíz y menos de 300 gramos de arroz.

Por su parte, 30 MDM (8.1% más que en 2008) se encuentran en situación de pobreza vinculada con el desarrollo de las capacidades de la población (medición de la pobreza por ingresos). Dicho grupo se ve afectado para desarrollar su capital humano y, por lo tanto, aspirar a un mejor nivel de bienestar debido en parte a las bajas remuneraciones obtenidas por su trabajo. Adicionalmente, estas personas presentan dificultades para acceder a servicios de salud, por lo que están ex- puestas a contraer enfermedades que merman aún más sus capacidades y en consecuencia, los condena a la denominada trampa de la pobreza.

En referencia a la pobreza por patrimonio, 57.7 millones de mexicanos presentan esta condición, lo que se traduce en que el 51.3% de la población tiene incapacidad para obtener alimentos, educación, salud, transporte y una vivienda digna; población que, de constituir un país, ocuparía el lugar 24 a nivel mundial por tamaño demográfico.

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