Otro camino para lograr el dinero de plata en México
Sería una opción viable para nuestro país
Por Hugo Salinas Price,
Presidente de la Asociación Cívica Mexicana Pro Plata, A.C.
Jueves, 6 De Mayo De 2021 Bajo la Presidencia de Joe Biden, los Estados Unidos se han embarcado en un programa de gastos colosal – gastos que requerirán de la creación igualmente gigantesca de dólares de la nada: la suma de los dólares que tendrá que crear la Reserva Federal, llevará números seguidos de doce ceros.
Frente a este escenario que presenta EU, palidecen los esfuerzos monetarios de nuestros Revolucionarios, en aquel asunto de 1910. Nuestros revoltosos mexicanos también crearon dinero de la nada para pagar su relajo, dinero que no servía más que para encender lumbre: los famosos “bilimbiques” que padecieron nuestros ancestros.
No hay poder humano que pueda impedir el colapso en el valor de Dólar americano. No sabemos cuánto tardará en llegar el colapso – ¿un mes, seis meses, un año? – pero de que llegará, no hay la menor duda.
La razón por la cual los mexicanos usamos como dinero a los billetes que produce Banco de México, es que estamos acostumbrados a ello: los comenzamos a aceptar como dinero cuando se fundó Banxico (1925), porque los billetes que emitió en sus inicios, allá en los años 20 del siglo pasado, eran redimibles en moneda de plata, de modo que gozaban de un sustento metálico tangible.
Sin embargo, en 1945, los billetes de Banxico dejaron de ser redimibles en pesos de plata, porque durante su Segunda Guerra Mundial, EU creo enormes cantidades de dinero para pagar los gastos de esa guerra, y eso provocó que subiera el valor de la plata en los mercados internacionales. Como resultado de esa alza, la plata que contenían los pesos de plata mexicanos llegó a valer más de $1 peso; de modo que el sistema bancario mexicano envió todos los pesos de plata que tenía, a la American Smelting and Refining Company de Monterrey, N.L. La “Asarco” fundió los pesos y les dio forma de lingotes de plata, que valían más que las monedas de pesos mexicanos que se fundieron.
Y desde entonces, Banxico, habiendo perdido el sustento al Peso Mexicano que le daba su contenido de plata, optó por contar con dólares americanos en su Balance Monetario.
La pregunta – enormemente importante – es: ¿qué sustento a su valor tendrá el peso emitido por Banxico, cuando colapse el valor de sus Reservas en Dólares Americanos?
Supuestamente, Banxico cuenta con 100 toneladas de oro depositadas en Londres. Decimos “supuestamente” porque los estudios minuciosos de analistas económicos revelan lo que no puede calificarse más que como un gran margallate en las Reservas Internacionales de oro que se nos dice, existen en Londres. De modo que la disponibilidad para Banxico, de esa exigua cantidad de oro en Londres, es dudosa.
Entonces, ¿qué?
Según las estadísticas internacionales, México es el más grande productor de plata del mundo: produce más de 6,000 toneladas de plata anualmente.
Recurrir a la plata como dinero en México sería una opción viable para nuestro país, en la gran crisis que causará la próxima defunción del Dólar americano.
Desde hace muchos años, hemos estado proponiendo legislación que obligue a Banxico, a monetizar la plata mexicana, pero Banxico es una organización de índole internacional, lo cual le impide considerar, absolutamente, la monetización de la plata.
El camino a la monetización de la plata, en vista de la próxima defunción del Dólar americano, no puede realizarse por acción de Banxico: le es absolutamente imposible contemplar tal medida.
OTRO CAMINO
En vista de la imposibilidad de que Banxico consienta a monetizar la plata, y en vista de la próxima defunción del Dólar americano, existe otro camino para lograr que los mexicanos cuenten con una moneda sólida y confiable – adicional al actual peso – para sus operaciones y para su ahorro.
Este es el camino:
AMLO, o el Presidente que lo suceda, dentro de sus facultades, ordenará a su Secretario de Hacienda, que anuncie que la Secretaría de Hacienda está dispuesta a recibir, en pago de cualquier impuesto, monedas de plata de la Serie “Libertad” y sus fracciones a sus valores cotizados en pesos para tal efecto, mismos que serían sujetos a alzas conforme el precio de la plata se incremente, pero no serían sujetos a disminuciones en caso contrario, si baja el precio de la plata.
El valor cotizado de la Onza “Libertad” y sus fracciones para efecto del pago de impuestos, lo calcularía y determinaría la Secretaría de Hacienda, tomando el precio internacional de la plata en lingote, más un porcentaje adicional de 10%, que serviría como un ‘colchón’ para evitar que la cotización se tenga que modificar con frecuencia, debido a incrementos mínimos del precio de la plata.
Al respecto, conviene recordar que el peso de plata “0.720” que les dio Venustiano Carranza a los mexicanos en 1920, contenía 12 gramos de plata, y que este peso circuló sin problemas durante 25 años, aun cuando el valor de la plata que contenía bajó durante ese lapso, lo cual no representó ningún obstáculo. El obstáculo se presentó en la situación contraria, cuando el valor de la plata que contenía subió hasta superar los 100 centavos mexicanos, de manera que su acuñación resultó incosteable a partir de 1945; y los que había en circulación se fundieron para aprovechar su valor más alto en metal, como vimos anteriormente.
Al monetizar la Onza Libertad y sus fracciones, atribuyéndoles un valor monetario que no pueda reducirse aun cuando baje el precio de la plata, la Secretaría de Hacienda estaría replicando la obra de Venustiano Carranza – que él efectuó cinco años antes de la creación de Banxico (1925).
En el caso de alza en el precio internacional de la plata en lingote, la Secretaría de Hacienda elevaría – sobre el nuevo precio en lingote de la plata – el precio al cual recibiría, en pago de impuestos, la Onza “Libertad” y sus fracciones, más nunca reduciría sus valores, en caso de bajas en el precio internacional de la plata en lingote.
¿Se llenaría la Secretaria de Hacienda, de monedas de plata entregadas en pago de impuestos? ¡De ninguna manera! Nadie entregaría monedas de plata a la Secretaría de Hacienda, pudiendo hacer sus pagos en simple papel dinero, emitido por Banxico.
Sin embargo, el simple hecho que la Secretaría de Hacienda esté dispuesta a aceptar Onzas de Plata y sus fracciones a sus valores cotizados en pago de impuestos, más el hecho de que estas cotizaciones nunca bajarán por determinación de la misma secretaría, habrán tenido por efecto monetizar la plata.
De inmediato sucedería algo admirablemente benéfico para México: se entregaría fervorosamente el país entero, a trabajar y producir para poder ser dueños de estas monedas de plata.
Efectivamente, sin declarar formalmente semejante cosa, se habría monetizado la plata en nuestra querida Patria Mexicana.
Lo que no puede hacer Banxico, lo pueden hacer el Presidente de México y su Secretario de Hacienda.
Todo depende de la grandeza y la voluntad de nuestro actual Presidente o de quien le suceda.
