México: Punto de inflexión
Nuestro país nuevamente se encuentra ante una disyuntiva; ante un punto de inflexión, que significa progreso o regresión, y eso queda en manos del Congreso de la Unión, tanto de la Cámara de Diputados como de la Cámara de Senadores, y se decidirá en la discusión de la Contra Reforma Eléctrica que ha planteado el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las argumentaciones se han expresado con toda claridad tanto por los representantes del Gobierno Federal como por los empresarios privados del sistema eléctrico, las cámaras empresariales y los expertos en la materia.
A todas luces, la razón política, la razón económica y la razón técnica señalan que debe continuar el progreso del país; no se puede destruir ni echar atrás todo lo que se ha logrado.
Si la cancelación y luego la destrucción del NAIM, Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, fue el mayor despropósito económico jamás planteado, ahora los expertos en la materia indican que la Contra Reforma Eléctrica anulará los avances logrados y regresará a un sistema anterior, con todos los daños a la economía nacional que ello implica; representará un costo varias veces mayor a lo perdido en el NAIM; representará un golpe muy grande para el desarrollo económico nacional, para la economía empresarial y para el medio ambiente; se tendrán que pagar indemnizaciones muy grandes a las empresas que resultarán afectadas por la regresión de la política energética que se pretende.
La sociedad civil, que sí existe a pesar de la opinión oficial, y que está integrada por académicos, empresarios, periodistas, medios de difusión, trabajadores, agricultores, inversionistas, escritores, estudiantes, partidos políticos, ONG’s, universidades públicas y privadas, diplomáticos y muchos otros sectores que integran las clases medias, condenan los intentos oficiales por volver atrás que convertirían a México en un país cada vez más atrasado, en lugar de continuar los avances hacia el desarrollo económico y social que se habían logrado.
Esta Contra Reforma Eléctrica que se plantea ante la Nación y ante el Congreso no tendría beneficios para nadie, ni para el sector público ni para el sector privado, ni para el sector social ni menos para la economía del país; confiamos en que el Congreso de la Unión rechazará esta disparatada propuesta oficial, para que el país siga adelante por un camino de progreso y de libertad económica. Los Diputados y Senadores tienen una cita en el futuro para saber si fueron patriotas o no.
