Empresas y empresarios

“México no es un país pobre, sino injusto para muchos”: Gutiérrez Candíani

Estimados amigos de Coparmex;
Es un honor acompañarlos en esta Asamblea. Agradezco la invitación a los socios del Centro Empresarial Metropolitano del Estado de México, al Consejo Directivo, y a su Presidente, el Lic. Víctor García Lizama.
En Coparmex Nacional, se reconoce el gran trabajo que ha hecho este importante Centro Empresarial en favor de las empresas mexiquenses, de su comunidad y del país.
Cuenten con nosotros, para alcanzar las metas que se han trazado.
Hace un año, me comprometí a solucionar el problema de carácter legal con relación a la propiedad del inmueble que ocupan las oficinas de Coparmex Metropolitano. Hoy, estoy en condiciones de confirmarles que hemos encontrado la vía jurídica para resolver el caso, procediendo a la cesión definitiva del inmueble al Centro Empresarial.
Juntos, enfrentaremos los retos que tenemos como empresarios y como mexicanos, en cumplimiento con nuestra misión institucional, de defender los derechos legítimos de las empresas y los trabajadores, así como contribuir con el establecimiento de condiciones para la prosperidad de todos los mexicanos.
Estamos por finalizar un año de recuperación económica, con un crecimiento estimado de 5% y más de 800 mil nuevos empleos. Sin embargo, 2010 también ha estado marcado por la inseguridad pública que se vive en varias zonas del país y la persistente impunidad con que opera la delincuencia.
Este año, se han registrado casi 11 mil muertes relacionadas con el crimen organizado, y la percepción de la ciudadanía sobre el desempeño en este frente por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, está en su punto más bajo.
Para 2011, se prevé una desaceleración económica, con un crecimiento de 3.6% y menor creación de empleos, inferior a 534 mil plazas.
Nuevamente, el pronóstico de crecimiento económico del país está por debajo del estimado para América Latina y los países en desarrollo, que rondará el 6 por ciento. Si no se dan los cambios necesarios para aumentar la competitividad, la recuperación de los niveles del PIB de 2008 podría completarse hasta el 2012.
Entre los riesgos y obstáculos que enfrentaremos el próximo año, sobresalen: la inestabilidad financiera internacional; la debilidad del mercado externo y de la economía mundial; los problemas de inseguridad; la debilidad del mercado interno, y la dinámica electoral que empieza a dominar la agenda pública, rumbo a las elecciones estatales del próximo año y las presidenciales del 2012.
Como cada año –desde hace décadas– el principal factor que está limitando el desarrollo, es la ausencia de avances significativos en las reformas que son indispensables para lograr un mayor dinamismo económico y político.
Necesariamente, hay que impulsar una renovación profunda de la nación, viendo hacia delante, sin prejuicios, ni temas vedados. Conservemos lo que funciona y nos cohesiona, pero atrevámonos a superar aquello que nos limita y no tiene una razón de ser.
Necesitamos reactivar el mercado interno y la movilidad social, con la imprescindible modernización educativa y las reformas económicas de fondo que siguen pendientes, como la hacendaria, la laboral y la energética, entre otras.
Es hora de superar el mito de un nacionalismo ligado a temas como: el monopolio estatal de la industria petrolera, para que todos nos enfoquemos en un nacionalismo que reconozca su historia, pero que esté orientado por una visión de futuro y de creación de valor agregado para la sociedad.
Nuestra riqueza petrolera se está agotando, sin que a cambio,
genere prosperidad para todos y sea una base firme para construir un sector energético diversificado y sustentable en el largo plazo.
Sin perder la rectoría estatal de la industria, Brasil se ha convertido en una potencia petrolera, conjugando la inversión pública y privada.
Además, este país, concentra el 60% de todo el crédito que hay en América Latina y realiza más ofertas públicas en la Bolsa que el resto de los países de la región, en conjunto.
México, también tiene que pensar e invertir más en el futuro, con la suma de los recursos del Estado, la sociedad y las empresas.
El mercado interno no va a crecer al ritmo que deseamos, sin un mayor impulso a la inversión, al crédito y a la competitividad.
Las pequeñas y medianas empresas, requieren de financiamiento accesible y competitivo, como el que puede detonarse con una reforma a la Banca de Desarrollo, así como condiciones de competencia equitativas.
En nuestro país, es necesario aceptar plenamente a la competencia, como promotora de la productividad, la innovación, la diversidad y el crecimiento.
Dejemos atrás, el mito de que la competencia es incompatible con un Estado fuerte, con las herramientas suficientes para regular, acotar prácticas monopólicas, conducir al sector informal a la legalidad y erradicar la economía ilegal.
Rompamos definitivamente, con el paradigma de que la corrupción y la impunidad son inherentes a la vida social y política de México, como si fueran algo que hay que aceptar, y no suprimir de raíz. Comprometámonos todos, con la responsabilidad de erradicarlos.
Cerremos filas, con corresponsabilidad y coordinación, para combatir al crimen organizado, reconstruir el tejido social y recuperar la tranquilidad y la confianza.
A todos nos compete la indefensión y la descomposición que sufren muchas comunidades del país, vivamos o no en ellas. Esta es una lucha de la nación, no solamente de un gobierno. Requiere del acuerdo amplio de la sociedad, de los distintos niveles de gobierno y de las fuerzas políticas.
Queremos gobiernos comprometidos y que gobiernen, no que administren el deterioro que la inseguridad pública está provocando.
Por esto, Coparmex respalda iniciativas, como la creación del mando único policial en los estados y la reforma a la Ley de Seguridad Pública. Llamamos a los legisladores a discutirlas, enriquecerlas y aprobarlas.
Países hermanos como Perú y Colombia, están superando realidades tan complejas, como la que hoy enfrentamos los mexicanos, gracias al impulso de pactos nacionales generados o respaldados por la sociedad civil.
Es falso que en México, no puedan concretarse acuerdos y una visión de país compartida.
Para poder superar todos los mitos, que obstaculizan los cambios y limitan el progreso en este país, hay que romper con el principal de ellos: el mito de que el mundo de los políticos, está separado del mundo de los ciudadanos, a los que se deben.
Estos dos mundos no deben seguir apartados, con intereses disociados y concepciones divergentes de la velocidad con que hay que hacer los cambios requeridos.
Gobernantes y gobernados, representantes y representados, debemos compartir en lo esencial, una sola visión de país.
La clase política, tiene que reaccionar al descontento y el clamor de cambio en la población. Urge un cambio de actitud, acompañado de una reforma del Estado, que refuerce la representatividad, la productividad, la rendición de cuentas y la corresponsabilidad en el sistema político mexicano.
Medidas la reelección de legisladores y presidentes municipales, así como las candidaturas ciudadanas, son indispensables.
Este debe ser el siglo de la participación ciudadana. Los mexicanos debemos asumir plenamente nuestros derechos y obligaciones. Coparmex, seguirá impulsando iniciativas para avanzar en ese objetivo.
La semana pasada presentamos, con la colaboración de la Fundación Konrad Adenauer, el Índice de Desarrollo Democrático (IDD Mex), el primero que mide y clasifica este aspecto en las 32 entidades federativas, con base en criterios homologados.
En esta primera edición, el IDD Mex arrojó un promedio de desarrollo democrático inferior a 6 puntos, en una escala del cero al 10. Sólo 14 entidades superaron un puntaje de seis y únicamente dos pasaron de ocho. Claramente, hay mucho trabajo por hacer para consolidar la democracia en nuestro país.
Finalmente, convenzámonos de que el crecimiento económico sostenible, depende del progreso de nuestro pueblo. Crecer no basta; tiene que ir emparejado con una revolución de la calidad educativa.
Pongamos a la educación en el centro de la agenda nacional, con una perspectiva de largo plazo. La Reforma a la Ley General de Educación aprobada por el Senado, es un paso fundamental en la dirección correcta, y contiene propuestas que durante años ha impulsado nuestra institución, como la creación del Sistema Nacional de Información Educativa.
Estos cambios deben complementarse con medidas prácticas como la bancarización de toda la nómina del magisterio.
Es imperativo romper con las prácticas corporativas que no permiten avanzar lo suficiente en el ámbito educativo.
México, necesita vocación de futuro; no merece seguir estancado y atado a inercias del pasado, obstáculos de origen partidista e intereses de grupos, sean estos políticos o económicos. El pueblo mexicano demanda signos de cambio.
Los mexicanos, no podemos aceptar que el asunto dominante para los dos años que quedan de este sexenio sean las elecciones del 2012, dejando en un segundo plano los graves problemas y retos que enfrentamos.
Dos años es tiempo suficiente para construir una visión compartida de país, que trascienda los tiempos políticos.
Exhortamos a todos los ciudadanos, a sumarse al movimiento por la refundación nacional, para que con el impulso de una sociedad responsable y generosa, consolidemos la transición democrática y los acuerdos, con los que México, podrá pasar de su condición permanente de país en vías de desarrollo, a la de una nación desarrollada y líder en el concierto de las naciones.
No esperemos a que se den las condiciones ideales. No existen; hay que construirlas. Es la única forma de renovar la voluntad nacional.
Coparmex, Seguirá honrando el gran legado, de ser la conciencia del sector empresarial, diciendo la verdad y actuando en consecuencia.
Los invito a hacer de nuestra doctrina humanista, una práctica de vida que se contagie y ayude a transformar al país.
México no es un país pobre, sino injusto para muchos. Puede y debe tener un gran futuro para todos, pero hay que construirlo.
Coparmex, cuenta con su apoyo para ayudar a que México salga adelante. Podemos y vamos a lograrlo.
Coparmex cuenta con ustedes; ustedes con Coparmex.

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