EconomíaInternacional

La Guerra Global Monetaria Asimétrica

El primer requerimiento para una acción exitosa sobre el ámbito del mundo físico es la correcta información sobre los hechos respecto a los cuales vamos a actuar.

Los hermanos Wright comprendieron este requerimiento cuando empezaron su trabajo para construir una máquina voladora, ya que empezaron con un estudio rudimentario pero bastante eficaz sobre aerodinámica; construyeron modelos de alas y probaron su comportamiento. Procedieron entonces a diseñar un ala para su máquina voladora basada en los resultados de sus pruebas y así lograron un éxito histórico en 1903.

Como resultado de los enormes éxitos que la industria alcanzó durante los siglos 19 y 20, la humanidad se enamoró de la Física, que es el estudio del mundo físico. En el mundo físico, la experimentación es fundamental y proporciona resultados confiables, porque en el reino de la física podemos repetir cualquier experimento indefinidamente y obtener siempre exactamente el mismo resultado.

Vivimos en un mundo de éxitos verdaderamente deslumbrantes: la maravillosa televisión, los miles de millones de teléfonos celulares, el Internet, la fantástica capacidad de viajar por el aire – la lista es interminable.

Sin embargo, con respecto a nuestra condición de seres humanos, el registro no es agradable en absoluto. Nuestro mundo está en un estado de quiebra; hay un creciente descontento popular con respecto a los arreglos políticos y económicos; el hambre es evidente en ciertas regiones. El mundo financiero está en un desorden total. La humanidad no está contenta.

Lo que ha ocurrido en los pasados dos siglos es que las mentes principales fueron seducidas por el éxito de la Física y cayeron en la idea equivocada de que los mismos principios que tuvieron tanto éxito en ese ámbito eran los mismos principios que podrían resolver los problemas humanos – un gran error.

Si analizamos la economía y su actividad gemela, la política, encontramos que la base del Keynesianismo (teoría económica propuesta por John Maynard Keynes) – la cual gobierna al mundo actualmente – es fundamentalmente un esfuerzo por aplicar los principios de la Física a un ámbito que no está regido por la Física, sino por la capacidad de los seres humanos de elegir, materia que estudian la Escuela Austriaca de Economía y su versión moderna, la Nueva Escuela Austrica de Economía, encabezada por el Profesor Antal E. Fekete. (Consultar: www.professorfekete.com).

La Física cuantifica: mide, pesa y cuenta tanto el tiempo como la cantidad. Experimenta y determina relaciones predecibles entre las causas físicas y los efectos. El sombrío fracaso de la economía Keynesiana que ahora absorbe al mundo entero ha ocurrido porque los Keynesianos han estado determinando la política económica en base en estadísticas, que es un proceso de medición, de pesar y de contar. Sobre esta base han procedido a experimentar, tal como hacen los físicos, usando a la humanidad; las QE1 y QE2 de los americanos (Quantitative Easing, es decir, expansión monetaria o flexibilización cuantitativa) han sido, reconocidamente, nada más que experimentos. Los Keynesianos han esperado un brillante éxito a partir de su “enfoque científico” sobre la economía pero, como es claramente evidente, han fallado de manera estrepitosa.

El hecho es que existen dos reinos diferentes sobre los cuales puede operar la inteligencia humana: el reino del mundo material y físico, y el reino de los eventos humanos: la Economía y su gemela, la Política.

La Física es el enfoque correcto para lidiar con el mundo material. Pero tan pronto como deseamos tratar con el ámbito de la acción humana, nos encontramos en una esfera completamente diferente, debido a que los humanos pueden elegir. No existe la capacidad de elegir en el mundo físico; es una facultad limitada a los seres humanos.

La Física trata con la comprensión de las relaciones entre entidades que no tienen opción de elegir. Por consiguiente, la experimentación de la Física revela constantes y resultados predecibles, pero la Física es inútil cuando el objeto de su estudio tiene una opción: si los átomos tuvieran opción de elegir, ¡no podría haber una teoría atómica!

Puesto que los seres humanos tienen la capacidad de elegir, una teoría económica basada en las leyes de la Física no puede lidiar exitosamente con los asuntos humanos. Las constantes son inexistentes en el ámbito de las acciones humanas porque los humanos eligen y son, por consiguiente, impredecibles. Las estadísticas son de poca utilidad, porque sólo nos muestran algo con respecto a lo que ha ocurrido en el pasado, pero como bien saben los especuladores exitosos (y también los fracasados) no nos proporcionan ninguna certeza en absoluto sobre lo que tendrá lugar en el futuro. Las estadísticas son selecciones arbitrarias tomadas de una inmensa masa de datos históricos – todos los datos son históricos, ya que registran lo que ha ocurrido en el pasado – y están inevitablemente teñidas por los juicios de valor de la persona que los recaba, conforme selecciona lo que ella considera como datos importantes. Las ecuaciones son inútiles y engañosas, pues elegir tiene que ver con diferencias, y las ecuaciones se refieren a igualdades.

La “Sociología” – creación de Augusto Comte – pretende reducir el comportamiento humano a una ciencia, según los lineamientos de las “Ciencias Físicas”, pero como un sabio dijo: “En la práctica, lo único que la Sociología ha podido descubrir es que algunos lo hacen y algunos no”. ¿Hacen, qué? ¡Algo y todo!

Y sin embargo, de esto es lo que trata la “Economía” actualmente: de estadísticas, de la búsqueda de constantes y de la elaboración de gráficos. Éste es el enfoque de la Física a un reino que está absolutamente fuera del alcance de la Física. El fracaso – la incapacidad de lograr sus objetivos – es el resultado garantizado de la aplicación de la economía mecánica Keynesiana a la Política, porque entre los objetos con los que la Física puede lidiar con éxito, ninguno tiene la facultad de elegir, mientras que los humanos pueden elegir y lo hacen en todo momento de sus vidas.

Los Estados Unidos están comprometidos con el objetivo de un control global total en el que ningún País podrá oponerse a sus deseos e intereses.

Han tenido éxito en establecer su control en una gran parte del mundo, pero aún existen algunos Países que se resisten a esta política de control total de los E.U. Para E.U., la tarea a enfrentar es el sometimiento de los puntos restantes que resisten a su hegemonía.

Los principales puntos de resistencia son pocos y menguan en número: entre ellos destacan China, Rusia, Corea del Norte, Irán, Venezuela, Palestina, Pakistán, Siria y Afganistán. De éstos, China y Rusia representan las resistencias más fuertes, probablemente porque poseen armas nucleares y la capacidad de dirigirlas a través de los continentes.

E.U. está procediendo contra China y Rusia minando y tratando de controlar a los países en resistencia más débiles – una política lógica. De esta forma, Siria está cerca de caer para debilitar a Irán. El propio Irán será el siguiente en la agenda, y su caída (o el cambio de régimen deseado por E.U.) servirá para acorralar a China y controlar sus fuentes de petróleo, entre las cuales Irán es un importante proveedor.

Es lógico reducir primero a los países más débiles al sometimiento a los intereses de E.U. y tratar después con los países más grandes, cuando se hayan debilitado por la pérdida de sus aliados y de sus fuentes de energía y queden encerrados dentro de sus fronteras. Tanto China como Rusia, los grandes oponentes restantes de la hegemonía mundial total de E.U., deben entender el objetivo final de la política estadounidense.

En este momento, están en pie y observando, en una relativa impotencia, el activo proceso de su aislamiento  y de la desaparición de sus aliados.

Ni Rusia ni China pueden oponerse al debilitamiento de Siria, por ejemplo, emitiendo un ultimátum a E.U. en el sentido de que continuar con sus acciones provocará una respuesta militar. El trabajo de debilitamiento cuesta poco y es muy eficaz cuando va acompañado del uso de “Redes Sociales”, mientras que una respuesta militar que ponga un alto a ésto es costosa y no puede aplicarse parcialmente: o se va a la guerra o no se va. Así, en el último análisis, E.U. está aplicando una “guerra asimétrica” contra China y Rusia ya que su sometimiento es el objetivo final de la política estadounidense que apunta a la hegemonía mundial.

E.U. está esforzándose por lograr la hegemonía mundial. Por primera vez en la historia, el objetivo del control mundial parece factible. El ansia de poder sobre todo el mundo es una enorme tentación y E.U. está jugándose el todo por el todo para lograr este poder, el sueño de tantos gobernantes a lo largo de la historia.

“Nuestras almas – cuyas facultades pueden comprender la maravillosa arquitectura del mundo y medir el curso de cada planeta errante, siempre en busca del conocimiento infinito y siempre moviéndose como las inquietas esferas – nos obligan a que nos empeñemos  y nunca descansemos, hasta alcanzar la fruta más madura de todas, esa perfecta beatitud y felicidad única, el dulce fruto de una corona terrenal”.

(“Tamerlán el Grande” de Christopher Marlowe, Siglo XVII en Inglaterra.)

El poder de E.U. se sostiene en dos pilares, cada uno de los cuales apoya al otro: el dólar estadounidense, que es la moneda mundial (todas las demás monedas no son más que derivados del dólar estadounidense) y el poder del ejército estadounidense, sin rival en el mundo.

E.U. trabaja en su objetivo de un imperio mundial usando ambos pilares simultáneamente. Uno apoya al otro.

Militarmente E.U. puede intimidar con la amenaza de una fuerza devastadora, sin tener que usar esa fuerza. La amenaza es suficiente. Y cuando es inoportuno emplear esa amenaza, como en la actualidad en Siria, emplea entonces la “guerra asimétrica” para trastornar al régimen que se oponga a sus objetivos.

Tenemos dos ejemplos del apoyo militar a la hegemonía monetaria que E.U. practica en el mundo: el ejemplo de lo que le sucedió a Irak cuando Saddam Hussein decidió vender el petróleo de Irak exclusivamente a cambio de euros, y el ejemplo de lo que le sucedió a Libia cuando Ghaddafi intentó crear una moneda de oro para África. El primer ejemplo implicó el uso de fuerza militar para destruir el Irak de Saddam Hussein, y el segundo implicó, primero el uso de la “guerra asimétrica” para incitar a una rebelión contra el régimen de Ghaddafi en Libia, y después el uso de la fuerza militar de la OTAN apoyada por E.U. (Es verdad que hubo otros motivos, además de los proyectos monetarios de Ghaddafi, para la destrucción de su gobierno, pero la creación de un nuevo Banco Central Libio en manos de los rebeldes, reconocido inmediatamente por el Oeste tras el estallido de la guerra rebelde contra el régimen de Ghaddafi, es un hecho contundente.)

Rusia puede implementar medidas asimétricas para responder a las presiones estadounidenses en Europa que pretenden aislar a Rusia, porque Rusia puede amenazar con detener o reducir las exportaciones de petróleo y gas que son vitales para la economía europea.

China ha prosperado mediante la exportación de mercancías que tienen una importancia estratégica relativamente menor, y no puede defenderse con una medida similar porque es un importante importador de petróleo, no un exportador. Por el contrario, es vulnerable a las medidas proteccionistas por parte de sus países clientes. Una reducción en sus exportaciones afectaría el empleo en sus industrias exportadoras.

Es muy importante notar que China y Rusia operan bajo una política económica financiera y monetaria patrocinada por su adversario, E.U., el Keynesianismo. Aunque mediante el arma del petróleo Rusia puede defenderse de los esfuerzos estadounidenses por aislarla de Europa, sigue cooperando con su adversario en el uso de la misma política económica defectuosa del Keynesianismo. China, por otro lado, está relativamente desvalida. Es muy dependiente de las importaciones de petróleo, y es ahí donde E.U. está aplicando la fuerza militar o las amenazas de fuerza para restringir o bloquear el acceso de China al petróleo. Esforzándose por contrarrestar el poderío estadounidense, China también ha adoptado equivocadamente la misma defectuosa política económica que realmente ha arruinado a su adversario.

China no es capaz de una guerra asimétrica psicológica para contrarrestar la desestabilización estadounidense a sus aliados porque, fundamentalmente, el gran objetivo de China es ser todo lo que E.U. es, pero mejor, más grandioso y en mayor medida. Siendo este el caso, no puede minar o neutralizar la imagen estadounidense entre los países aliados. Además de eso, por su naturaleza, a China no le apetece intervenir en los asuntos internos de otros países.

Cuando E.U. finalmente ataque a Irán, como parece probable que ocurra dado el constante repique en E.U.de los tambores de guerra contra Irán, E.U. no tomará en cuenta las advertencias chinas: sabrá que China no irá a una guerra total contra E.U. por causa de Irán. China no se arriesgará a su aniquilación para defender su acceso al petróleo Iraní, no importa cuán importante éste pueda ser.

China no tiene ninguna otra opción para defender sus intereses que la de romper con la política Keynesiana de su adversario y empezar a contrarrestar las medidas estadounidenses – las cuales eventualmente apuntarán directamente contra China después de que todos sus aliados hayan sucumbido al dominio estadounidense – usando una política totalmente diferente.

Esta política será, y sólo puede ser, la teoría económica conocida como la Economía Austríaca.

La Economía Austríaca, implementada por China, no sólo puede derrotar los propósitos de su adversario, E.U., sino que igualmente importante, puede ayudar a resolver los enormes problemas que tiene China con su población rural. El problema de la pobreza y el desempleo de la China rural sólo pueden atenderse con éxito por medio de la Economía Austríaca. El Keynesianismo sólo puede ofrecer la receta de la expansión crediticia, la cual no puede beneficiar a los pobres, que no tienen acceso al crédito. Elevar el nivel de vida de la población rural no puede lograrse eficazmente imponiendo contribuciones a la población urbana en un esquema de distribución de riqueza. El problema sólo puede resolverse mediante una política que favorezca la creación de riqueza adicional y el aumento del ahorro popular que eso implica, y tal política sólo puede ser la que propone la Economía Austríaca.

La Economía Austríaca sería doblemente eficaz para China: proporcionaría el incentivo fundamental para la creación de riqueza, que es indispensable para resolver el dilema que enfrenta China y también, simultáneamente, para actuar como una medida de guerra monetaria asimétrica, en defensa de sus intereses alrededor del mundo, cara a cara contra el dólar estadounidense.

Una medida austríaca inicial que podría aplicarse sería la monetización de plata – su conversión en dinero de uso corriente – que durante siglos ha sido la moneda de China. Una moneda de plata podría introducirse a la circulación permanente dentro de China, sin abandonar el uso del Yuan como moneda nacional. (Por favor consulte en http://www.plata.com.mx cómo se puede lograr esto).

En la actualidad, China está enfrentando sus problemas financieros desde una perspectiva Keynesiana, ya sea liberando o restringiendo la expansión del crédito. Sin embargo, este es un esfuerzo inútil y contraproducente.

La perspectiva austríaca se enfoca en la medida básica de proporcionarle a la población una moneda fuerte que, considerando la historia de China, tendría que implicar una moneda de plata.

Si China fuese a poner en circulación una moneda de plata, la Autoridad Monetaria del país tendría que empezar a comprar plata. El precio de la plata empezaría a subir y ninguna medida de manipulación encubierta podría contrarrestar tal incremento.

A medida que el precio de la plata se elevase a $50 dólares por onza, la relación del precio de la plata contra el precio del oro tendría que seguir, a pesar de una caída en esa relación. La relación actualmente es de aproximadamente 55: 1. A una proporción de 50:1, el precio del oro subiría forzosamente a $2,500 dólares por onza.

Si se ejerce más presión en las fuentes de petróleo de China, ésta podría aumentar sus compras de plata – el mercado para la plata monetizada en China sería absolutamente gigantesco. A $100 dólares por onza para la plata, y a una proporción disminuida de 40:1 contra el oro, el precio del oro sería de $4,000 dólares por onza.

Lo qué esto significaría para E.U., la nación que China tanto admira, pero que al mismo tiempo representa para China a su gran y quizás final adversario, es que las importaciones de E.U. serían severamente reducidas. Su costo del petróleo aumentaría grandemente y afectaría severamente el costo de transporte, vital para la economía estadounidense. El dólar se devaluaría y el costo de su despliegue militar, que abarca todo el mundo, sería prohibitivo. Los déficits resultantes en el Presupuesto Federal estadounidense serían insostenibles.

De esta forma, con una simple medida de guerra monetaria asimétrica, China asestaría un durísimo golpe al ejército estadounidense, al debilitar el pilar de su apoyo monetario, el dólar estadounidense; y todo esto sin disparar un solo tiro y al mismo tiempo, haciendo algo políticamente favorable para sus habitantes rurales dándoles una moneda fuerte como un incentivo para trabajar y para ahorrar para un futuro mejor.

Es verdad que el gran temor de China en la actualidad es un declive en sus exportaciones, y es igualmente cierto que la introducción a la circulación de una moneda fuerte en China serviría para restringir su “crecimiento”, algo que sería una maldición para los Keynesianos, porque las personas empezarían a ahorrar ávidamente este dinero de plata y dejarían de gastar en edificios, apartamentos y acumulación de cobre y otros artículos. Como la moneda de plata sería ahorrada por la población, la compra de todo el dinero de plata, adquirido con el Yuan “fiat”, absorbería inmensas cantidades del Yuan y aliviaría así las presiones inflacionarias.

Sin embargo, los problemas que enfrenta China son el resultado de un auge artificial en Occidente basado en la expansión crediticia, un auge que fue suministrado con enormes cantidades de bienes fabricados en China. Este desequilibrio inevitablemente tendrá que atenderse en algún momento. El dolor de corregir el desequilibrio no puede evitarse. No será la introducción de la plata en circulación lo que cause el dolor – el dolor quedó garantizado desde el inicio del auge de la expansión de crédito en Occidente, el cual fue posible debido al abandono del patrón oro en 1971. De hecho, el retorno a la moneda fuerte será la única manera de hacer que el dolor sea más soportable, porque habrá una esperanza bien fundamentada de que estarán por llegar tiempos mejores y más estables, con la moneda fuerte.

Hemos descrito cómo la moneda de plata puede ser reintroducida a la circulación permanente junto con el papel moneda y aquí no haremos más que declarar que debe hacerse con una moneda de plata – en el caso de China, probablemente una pequeña moneda de plata de 1/10 de onza – con un valor monetario no estampado en la moneda sino cotizado por la Autoridad Monetaria de China, con una cotización ligeramente por arriba de su valor en lingotes y cuyo valor no será reducible en caso de bajar el precio de la plata en lingote. El Yuan seguirá siendo la moneda legal de China, complementada con una moneda de plata que circule en paralelo con la moneda actual. Sería sabio por parte de China crear esta moneda de plata con características de peso en plata y de diseño compatibles con un dírham de plata islámico, atrayendo así al mundo islámico a su esfera de simpatías.

La introducción de esta moneda de plata a la circulación tendrá efectos tan enormes en el valor del lingote de plata y del lingote de oro, como para dar jaque-mate a los esfuerzos de E.U. por reducir a China al sometimiento mediante su cerco. China podrá devaluar el dólar a voluntad. Cuando el dólar se devalúa, el Yuan anclado al dólar se devalúa junto con éste – pero ¡no las monedas de plata! El poder adquisitivo de aquéllos que hayan ahorrado las monedas de plata estará intacto, ya que el aumento en los precios de la plata aumenta el valor monetario de la moneda circulante de plata. China fortalecerá así a su población con una medida que debilita a su adversario.

Los dos pilares de los esfuerzos estadounidenses por la hegemonía global son su ejército y el dólar. El ejército estadounidense es inexpugnable, pero no así el dólar. Por consiguiente es mediante el debilitamiento del dólar que China puede frenar los esfuerzos que hace E.U. por acorralarla y reducirla a su sometimiento, y la plata puede proporcionar medios pacíficos para oponerse a la amenazas del cerco impuesto por E.U. al forzar un incremento al precio del oro y devaluar así al dólar. Como un importante efecto colateral, ofrecerle al mundo islámico una moneda que pueda ser aceptada como un dírham de plata tendría positivos efectos geopolíticos. Recordemos que China alberga una población importante de chinos islámicos en sus fronteras occidentales.

¿Qué podemos afirmar respecto a la defensa del Islam y de los países islámicos contra el trabajo de desestabilización por parte de E.U. / Reino Unido / Israel?

No podemos pensar en una medida mejor para oponerse al insidioso debilitamiento de los países islámicos, desde Marruecos hasta Asia Sudoriental, que la monetización de la plata en forma de dírhams, que es la moneda verdadera establecida por la ley fundamental islámica. Por esta razón, el dírham de plata es una moneda que sería aceptada ávidamente en todo el Islam. Sería un importante símbolo físico de unificación para todo el Islam.

Mientras contemplamos la heroica resistencia del Presidente Bashar al Assad contra la destrucción de la independencia siria, por medio de un insidioso debilitamiento y de una violenta insurrección contra su régimen patrocinados por el eje E.U. / Reino Unido / Israel, no podemos pensar en una acción de guerra asimétrica más importante e inmediata que podría tomar Siria para oponerse a la guerra que se lleva a cabo en su contra, que anunciar a los sirios que se está acuñando una nueva moneda del dírham de plata y que se pondrá en circulación inmediatamente: una moneda de plata que permanecerá en circulación de forma permanente porque su valor monetario subirá con cualquier incremento en el precio de la plata, pero cuyo valor monetario no se reducirá si hay caídas en el precio de la plata.

Estas noticias asombrosamente buenas unirían a su pueblo inmediatamente en su apoyo; aquéllos que lo debilitan a través del uso masivo de teléfonos celulares se encontrarían sin público.

Los hombres que detentan el poder en Egipto están enfrentando a una población inquieta y están al límite de su ingenio para encontrar formas de contener a la mayoría del pueblo egipcio. Aquí, de nuevo, la monetización del dírham de plata sería una concesión asombrosa y totalmente sorprendente para el pueblo egipcio y su atención cambiaría, de la contemplación de su penosa situación, a la admiración y satisfacción con la acción de su gobierno, y la esperanza de un futuro mejor.

Irán está sufriendo una devaluación del Rial muy desmoralizante. Hemos sugerido, desde hace años, que Irán podría monetizar el dírham de plata, el cual no sería afectado por ninguna devaluación del Rial y así serviría como refugio para los ahorros de los iraníes. Aunque Irán es enemigo del eje E.U. / Reino Unido / Israel, todavía insiste en emitir moneda falsa y por lo tanto está siguiendo la misma política monetaria de su enemigo mortal.

Irán es un país poderoso con una posición central en el Medio Oriente. Si monetizara el dírham de plata, esta medida fortalecería y consolidaría esa posición, ya que sus vecinos gravitarían hacia él debido a su superior moneda paralela, el dírham de plata. Sería mucho más difícil para los adversarios del Islam generar el descontento en un área que disfruta de la moneda más deseable del mundo.

Hace algunos años, un ilustrado gobernante de Asia Sudoriental, el Presidente Mohamad Mahathir de Malasia, expresó su deseo de regresar al dinero real de plata y oro, y propuso algunas medidas para Malasia en esta dirección. Sin embargo, a pesar de la brillante intuición desplegada por el Presidente Mahathir, nada resultó de esta propuesta, porque no se descubrieron medios viables para implementar la idea.

Hemos escrito sobre cómo los dírham de plata malasios pueden monetizarse, es decir, cómo puede insertarse en el sistema monetario del Ringgit para circular en paralelo con el Ringgit. Esto puede hacerse por medio de una cotización monetaria de la Autoridad Monetaria que le conferiría al dírham de plata un valor monetario en Ringgits – un valor que puede subir con los incrementos en el precio de la plata, pero que no se reducirá si el precio de la plata cae.

Ese estudio, y otros estudios que hemos llevado a cabo, se han basado en la idea de la monetización de una moneda de plata en un país, y por esta razón los estudios han sugerido un “redondeo” del valor monetario, con el propósito de facilitar el uso de la moneda por parte de la población de ese país en particular.

Sin embargo, el dírham de plata podría convertirse en una moneda regional paralela por  la sencilla medida de hacer que las diversas Autoridades Monetarias de los países cooperadores usaran exactamente el mismo proceso para llegar a los valores monetarios del dírham de plata expresados en cada una de sus monedas nacionales en curso; en este caso, no sería posible “redondear” los valores monetarios, porque tal “redondeo” entraría en conflicto con los diversos tipos de cambio aplicados al precio de la plata.

Al usar el precio internacional de la plata como la base para calcular – con un método idéntico – el valor monetario del dírham de plata en Ringgits y en Rupiahs (la moneda indonesia) sin ningún redondeo del valor monetario, se crearía una moneda de plata que podría circular en ambos países con igual facilidad: una moneda común que valga tantos Ringgits en Malasia y tantas Rupiahs en Indonesia, y a la que el aplicarle los diversos tipos de cambio produciría un valor idéntico en ambos países.

La moneda común podría extenderse a otros países no-islámicos, por el simple procedimiento de emitir una moneda de plata físicamente idéntica al dírham de plata, pero que recibiría un nombre diferente y sería monetizada por el mismo método. Hemos mencionado lo que China podría hacer a este respeto.

Actualmente, el Islam es la mayor fuerza moral que se opone a la dominación mundial por parte del eje de E.U. / Reino Unido / Israel.

Esperamos fervorosamente que nuestro mensaje sea escuchado y comprendido por los líderes del Islam así como por los líderes de los países no-islámicos China y Rusia. No deseamos ver a la humanidad degradada y esclavizada. Deseamos ver a una humanidad que viva en paz y en concordia, trabajando en pacífica colaboración para superar los problemas que la vida nos presenta a todos.

Un mundo dominado por un solo poder sería un infierno viviente para la humanidad.

Oremos para que esto no llegue a ocurrir.

Por Hugo Salinas Price

email: plata@plata.com.mx

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