Internacional

La ganancia compartida entre China y el mundo

Desde comienzos de este siglo, y gracias al aumento de la inversión china en el extranjero, los capitales chinos han pasado a ser un tema de interés mundial. En la opinión pública internacional, surgen tanto voces de bienvenida como dudas al respecto.

¿Cómo se ve, realmente, la inversión china en el exterior? En torno a este tema giró la conversación de China Hoy con He Zhenwei, vicesecretario general de la Asociación de Planificación y Desarrollo Industrial en Ultramar de China.

En su opinión, la estrategia china de “salir al exterior” fue planteada para diferenciarse de aquella estrategia de “introducir en el país”, aplicada durante los 35 años de la política de reforma y apertura. Hoy en día, la inversión en el extranjero es una tendencia necesaria para el crecimiento de las empresas chinas, las cuales van a desarrollarse dentro de la competencia internacional y a adaptarse a la internacionalización. Es también una reciprocidad hacia el mundo, pues China se benefició de la llegada de capitales extranjeros.

Invertir en el extranjero no es saquear recursos

Algunos medios de comunicación internacionales sostienen que las inversiones chinas en el exterior tienen una preferencia por los proyectos en los que están involucrados los recursos naturales, pues el objetivo principal es su saqueo. En respuesta a este punto de vista, He señala que la inversión china en el exterior comenzó muy tarde. En 2002, el flujo de la inversión en el exterior sumó unos 2700 millones de dólares, en 2003 fue de 2850 millones y en 2007, de 26.500 millones. Hasta antes de 2008, el flujo anual de la inversión china en el exterior no superaba los 30.000 millones de dólares. Sin embargo, en 2008, alcanzó los 55.900 millones.

Ello tiene que ver con la crisis financiera. Hasta antes de 2008, los países occidentales tenían un alto umbral en cuanto a la atracción de fondos extranjeros, lo que daba pocas oportunidades a las empresas chinas. Después de la crisis financiera de 2008, la cadena de fondos de muchos países se vio rota y muchas áreas, que antes no permitían el ingreso de empresas chinas, se abrieron a ellas, y así tuvimos la adquisición de Volvo por Geely y la compra de la alemana Putzmeister por Sany. Las recientes inversiones se dan, principalmente, en el sector manufacturero.

“Creo que la inversión china ha significado un gran impulso para la recuperación de las economías locales, sobre todo para la reestructuración económica”. He toma a Rusia como ejemplo. Rusia se encuentra en una etapa de transformación económica y muchos fondos se invierten en el área de recursos naturales, altamente rentable. En este caso, Rusia desea el ingreso de inversiones chinas en la industria procesadora y manufacturera, lo que no solo resolverá el problema de la falta de empleo, sino que promoverá también la reestructuración económica.

Por eso, en vista del crecimiento a saltos de su inversión en 2008, la crisis financiera le ha dado grandes oportunidades a China para entrar en la industria manufacturera de los países desarrollados, en lugar de oportunidades para comprar recursos naturales, pues la demanda de estos por parte de China se ha reducido a raíz de la crisis financiera.

He también pone como ejemplo a EE. UU. En el pasado, la estructura económica de este país se basaba en las finanzas y la economía virtual. En la actualidad, el Gobierno estadounidense se ha dado cuenta de que el desarrollo depende de la economía real, y las inversiones chinas se concentran en los sectores productivos, lo que ofrece un gran impulso a la reestructuración económica de EE. UU. “Las empresas chinas invierten en casi todos los sectores económicos, de los cuales, los de infraestructura y manufactura son los más demandados. El sector de servicios comerciales atrae mayores inversiones chinas en el exterior y el de recursos minerales solo se ubica en un cuarto lugar”, revela He. De las 16.000 empresas chinas que han salido al exterior, las concernientes a recursos naturales apenas representan una pequeña parte.

Entonces, ¿por qué China da la impresión ante el mundo de tener una preferencia por los recursos naturales? He cree que como algunas firmas chinas, como Sinopec y CNOOC, son de gran magnitud, sus adquisiciones siempre generan una gran impresión en el mundo. Y debido a la propaganda exagerada de la prensa, es probable que se haya creado una percepción equivocada de que China está comprando recursos naturales por el mundo.

La inversión en el sector agrícola contribuye a la seguridad alimentaria mundial

Recientemente, la cooperación agrícola entre China y Ucrania ha llamado mucho la atención. Algunos medios de comunicación circulan el rumor de que China compra tierras en Ucrania para el abastecimiento de cereales en nuestro país, con el fin de garantizar nuestra seguridad alimentaria.

Al respecto, He indica: “Estoy siguiendo, atentamente, la cooperación entre China y Ucrania. Hay un malentendido, pues ninguna empresa ha comprado tierras en Ucrania, ya que este país prohíbe, expresamente, a los extranjeros, adquirirlas. La cooperación se da en forma de arrendamiento y los medios de comunicación han exagerado”. En su opinión, “las políticas chinas estimulan la cooperación agrícola con el extranjero. Todos sabemos que la agrícola es una de las industrias más importantes de China. Cientos de millones de personas se dedican a este sector y China tiene mucha experiencia en el desarrollo agrícola para compartir con los demás. En el extranjero, ya sea en Ucrania, África o Rusia, arrendamos muchas tierras para cultivar”.

La agricultura es una industria predominante en Ucrania, que tiene la fama de haber sido “el granero de la Unión Soviética”. Es un país de pequeña población, pero que cuenta con abundantes tierras que no se cultivan. Si las empresas chinas laboran estas tierras y cosechan los granos, no importa si los venden en Ucrania, en China o en otros países, pues ya están contribuyendo a la seguridad alimentaria del ser humano.

“En nuestros contactos con Ukrlandfarming Public Ltd., me he informado de que el grupo tiene 530.000 hectáreas de tierras, muchas de las cuales no se cultivan. El grupo tiene muchas ganas de establecer una cooperación con China para utilizar estas tierras, así como para vender los cultivos en China”.

A su vez, China tiene una gran cantidad de recursos agrícolas en desuso, fondos y mano de obra. La cooperación chino-ucraniana es favorable para ambas partes.

“En resumen, debemos ver con mucho juicio las inversiones chinas en el sector agrícola en el extranjero. Aunque la población china es numerosa, podemos garantizar el suministro de alimentos gracias a la tecnología. A mi parecer, el Gobierno chino estimula a las empresas agrícolas a ‘salir al exterior’, en cierto sentido, para fomentar la agricultura e integrar a las empresas agrícolas en la competencia internacional. Creo que eso es lo medular en la estrategia de que la agricultura salga al exterior”.

Las empresas estatales no suponen un control del Gobierno

En el proceso de “salida al exterior”, las empresas de propiedad estatal siempre han sido el foco de atención para la prensa internacional. Muchos sostienen que el Gobierno chino es el manipulador oculto detrás de las empresas estatales, por lo que estas son derrotadas en las adquisiciones internacionales.

He sostiene: “Los otros países no conocen muy bien el sistema administrativo chino y, generalmente, hay el malentendido de que las inversiones de las empresas estatales son ofrecidas por el Gobierno y representan la voluntad de este. Eso no es verdad. De hecho, el Gobierno no ha sacado ni un centavo de Hacienda para las inversiones de estas empresas en el extranjero, ni les ha dicho qué deben comprar”.

Según He, cuando la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma (CEDR) examina los proyectos, solo ayuda a las empresas a confirmar si el destino de las inversiones es conveniente. Por ejemplo, si un país está en guerra, seguro que no será aconsejable hacer inversiones.

La CEDR también examina la fuente de los fondos y el crédito de la empresa en los bancos. Si el banco no emite una carta de garantía de préstamo, la CEDR no aprobará el proyecto.

Hay quienes se preguntan lo siguiente: si el préstamo de las empresas estatales viene, principalmente, de los bancos de propiedad estatal, ¿eso no significa, acaso, que los fondos provienen del Gobierno? “Los bancos de propiedad estatal también son empresas. Los créditos que concede el banco no son fondos asignados por el Estado y requieren luego el pago correspondiente por parte de las empresas. Si los proyectos no funcionan y las empresas no pueden devolver el préstamo, el banco corre también el riesgo de caer en bancarrota”, explica He. Por eso, el banco debe revisar la contabilidad de la empresa, a ver si tiene capacidad de amortización.

Aunque las empresas estatales llevan la delantera en las inversiones en el exterior, cada vez más firmas privadas tienden a salir de las fronteras chinas. En 2011, el 35 % de las compañías chinas que invirtieron en el exterior fueron privadas, y el porcentaje ascendió al 40 % en 2012.

“El Gobierno chino ha demostrado en varias ocasiones su apoyo a las empresas privadas para ‘salir al exterior’. Creo que las empresas privadas serán la fuerza principal de las inversiones chinas en el extranjero. Es una tendencia necesaria”, apunta He. “¿Por qué las empresas privadas tienen un crecimiento tan rápido? El mecanismo flexible es una característica importante de estas. La rápida toma de decisiones es su mayor ventaja. Sin trámites ni aprobaciones complicadas, a veces el mismo presidente puede tomar una decisión”.

Las empresas chinas necesitan un proceso de adaptación

En el mundo hay muchas críticas sobre la responsabilidad social de las empresas chinas. Se dice que estas no contratan mano de obra local, sino que traen a obreros chinos, y además que no le dan importancia a la protección del medio ambiente local ni contribuyen al desarrollo de la comunidad local.

“En efecto, era lo que nos faltaba antes”, reconoce He. Ello se debe a que las empresas chinas, al ser recientes inversores en el exterior, no cambiaron su modelo de operación de estilo chino.

“Tomemos como ejemplo el envío de trabajadores chinos. Fue un fenómeno general en las empresas privadas porque sus dueños creían que los obreros chinos eran los más laboriosos en el mundo. Ellos podían trabajar con eficiencia en condiciones muy duras”. He señala que, económicamente, emplear a trabajadores chinos resulta más ventajoso. Sin embargo, cuando las inversiones se realizan en el extranjero se debe tomar más en cuenta el empleo de mano de obra local. Resolver el desempleo de una persona contribuye a la vida estable de una familia, lo que constituye un proyecto social más importante que la donación de guarderías infantiles y escuelas.

Precisamente, debido a que se reconoce la importancia de la responsabilidad social, en la V Feria de Inversiones de China en el Extranjero (COIFAIR, por sus siglas en inglés), celebrada en diciembre de 2013, la responsabilidad fue una de las tres palabras centrales junto con inversión y cooperación.

“La responsabilidad social es muy importante para que las inversiones alcancen éxito en el extranjero. No he realizado una investigación completa, pero según mi observación de las empresas chinas que invierten en el exterior, creo que muchas de ellas están cambiando y han presentado planes de naturalización, empleando cada vez a más trabajadores locales”, dice He, quien recuerda que después de la adquisición de Volvo, Geely no envió ni un solo empleado al exterior, sino contrató más de 1200 empleados locales. Muchas empresas han asumido sus responsabilidades en el lugar de destino de la inversión. Por ejemplo, CNPC ha contribuido mucho a la construcción de la infraestructura local, al donar hospitales, guarderías infantiles y escuelas.

Según las estadísticas oficiales, en 2012, las empresas chinas emplearon a más de 700.000 empleados en el extranjero y pagaron impuestos por más de 22.000 millones de dólares en los países de destino de inversión.

“Al ser empresas que recién han cruzado las fronteras todavía deben pasar por un proceso de adaptación y aprendizaje. Por eso, la comunidad internacional debe dar algún tiempo a las empresas chinas y no tomar casos aislados como un fenómeno general”.

Por Li Wuzhou y Dang Xiaofei, exclusiva para Macroeconomía de China Hoy

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