DestacadasPolítica

Hechos no palabras

Y en estos tiempos la codicia y el desprestigio son hermandad

Por el Dr. Héctor San Román A.

Analista Sociopolítico

En 1979 la fórmula Leyva- San Román candidatos a la diputación federal por el XIII distrito electoral cabecera Huixquilucan Edo. Mex. El lema de campaña fue: “Hechos no Palabras”, lo dijimos, convencimosy ganamos; la frase no fue idea brillante de un genio publirelacionista, ahora la escucho como un eslogan de triunfalismo del presidente, que buena idea, muy original, nunca se había escuchado.

La esencia de la política es el poder. Y desde la antigüedad, el camino tradicional hacia el poder ha sido la dedicación a la política. En realidad, el poder es a los políticos lo que la luz del sol es a las plantas: tiende naturalmente a buscarlo.

Iniciaron el siglo y no se dieron cuenta que se encontraban al inicio 

 de un largo y sinuoso camino, con unos tramos en reparación y otros en construcción para restaurar el desempeño eficaz del gobierno después de recurrentes crisis económicas y políticas en las décadas finales del siglo XX y que debían emprender trabajos de innovación institucional y gobernanza (las mejores prácticas de gobierno). Para dar respuesta a las condiciones contemporáneas de la vida asociada, que se distinguían por la creciente diferenciación de la sociedad, la mayor autonomía de personas y sectores, la expansión de la economía global, la neotecnología, la conectividad digital, la formación de regiones políticas, económicas y comerciales, el terror al desempleo, el crecimiento de pobreza y desigualdad tanto en el país, como en otras partes del mundo; alcanzar objetivos para nuestro desarrollo, un ambiente de interfase entre pasado y futuro. Han transcurrido veintiún años y hoy para colmo enfrentar la “nueva realidad” que impone la pandemia.

Sus preocupaciones han sido motivadas por los fantasmas del pasado que rondan ominosas por la mente de nuestros jerarcas políticos con el reloj atrasado. No han sabido enterrar esos fantasmas en la más honda profundidad del pasado y no aciertan aún a vivir el presente sin rencor, en paz y confianza. Se han mostrado incapaces para conducirse a superiores metas de convivencia y reconstruir con ello la credibilidad social perdida en su capacidad y seriedad.

Dr. Héctor San Román es su discurso en la Conferencia Nacional sobre la Reforma Laboral en el Auditorio Fernando Amilpa de la CTM en 1974

Las frecuentes descalificaciones y ocurrencias del gobierno, al mismo tiempo que convoca a participar en una vida democrática constituyen una paradoja, una contradicción o una táctica política del más desacreditado y viejo estilo. A esa paradoja debemos agregar otras que sumadas despliegan un tenebroso velo de duda y sospecha sobre sus verdaderos objetivos y propósitos. La ineptitud y la codicia los ha orillado a varios tropiezos sexenio tras sexenio, y nos han dejado estancados y atrapados.

 La experiencia demuestra que a pesar del meticuloso cuidado en la selección de un candidato, los mediocres serán siempre los más numerosos, y que por lo menos una vez por siglo algún insensato llega al poder. En tiempos de crisis, una administración bien organizada podrá seguir atendiendo a lo esencial, llenando el intervalo, a veces demasiado largo, entre la imprudencia y la prudencia.

El cambio democrático es la única alternativa, queremos cambios por la vía constitucional, democrática, ese es el consenso entre la mayoría de ciudadanos que respetan la dicotomía entre derechos y obligaciones. Alejándonos  de paradojas, contradicciones y confusiones.

Me pregunto qué habría sido de la Transición sociopolítica al siglo XXI si en lugar del cuarteto formado por Fox, Calderon, “peña” y Lopez, los protagonistas hubieran sido Colosio, Diego, Cardenas o Manlio, cabe otra pregunta, que hubiera pasado si José Antonio o Ricardo, hubiera ganado en 2012?.

Dr. Héctor San Román con el equipo de campaña “Hechos no Palabras” en Huixquilucan año 1979

Pero llegaron los peores. Todos ellos criticando la corrupción y despreciando la sucia política del PRI, sin dejar de lado alianzas y mecenazgos, los amigos de Fox y su patrocinador Lino Korrodi, financiamientos ilegales, la ambición de la pareja presidencial y su protagonismo, todo propiciado por la complacencia de un gobierno que entregó el poder, el marco referencial la LVI legislatura (de la cual fui integrante y reacio a una reforma que puso el poder en bandeja de plata al oportunismo) que fue responsable de la reforma política de 1996, y en efecto mis temores se confirman a partir de 1997. Y me niego a aceptar que la democracia haya nacido a partir de esa reforma, pero si el ocaso del verdadero poder político, el de la ciencia, la dialéctica, el deseo de servir, la experiencia, el arte de gobernar. 

Recuerdo haber saludado años después en un restaurante de avenida de la Paz al Lic. Fernando Zertuche Muñoz (QPD) quien había sido Consejero y Secretario Ejecutivo del Instituto Federal Electoral, acompañado del Lic. José Woldenberg  quien había sido el presidente del IFE con el cual me presentó y les comenté sobre mi voto bajo reserva, sin dejar de reconocer su importante esfuerzo por dar certidumbre a los procesos electorales que les toco calificar.

Hoy reconocer el papel que juegan el INE y el TEPJF no significa aceptar que nuestro sistema actual sea impecable. Las reformas electorales de 1977 a 1996 promovieron avances que requerían los nuevos tiempos de México y la democracia, pero las de 2007 y 2014 resultaron negativas porque limitaron la libertad de expresión, introdujeron restricciones excesivas que abrieron las puertas al oportunismo, la reelección de verdadero pillos y la antipolítica. Se olvido qué hay dos reglas de oro para la política: la no reelección y otra más severa el exilio. Por una poderosa razón; todo malhechor es reincidente.

Niño Héctor San Román, Dr. Héctor San Román y funcionarios municipales de Huixquilucan en un acto de campaña “Hechos no Palabras” en 1979

 Puede que ganar unas elecciones siga siendo una de las grandes emociones “de los caminos de la vida”, pero el brillo de esa victoria “no es como se esperaba”, se extingue ahora muy rápido para dar paso a la frustración. Ni siquiera presidir un gobierno autoritario es ahora algo tan seguro y poderoso “como lo imaginaban”.

La política siempre ha sido el arte del compromiso por construir consensos, pero ahora parece haberse convertido en mañas para impedir se logren acuerdos. El obstruccionismo y la parálisis son rasgos cada vez más habituales en el actual sistema político, en todos los niveles de toma de decisiones, en todas las áreas del gobierno. Las coaliciones fracasan,  se construyen tramposas mayorías, las elecciones se celebran de acuerdo al calendario electoral pero los <mandatos> que otorgan los votantes a quienes las ganan son líquidos y escurridizos.

Lo que hacen los políticos con el poder varía; pero la aspiración a poseerlo es el rasgo fundamental que tienen en común. Como dijo Max Weber hace un siglo: El que se dedica a la política lucha por el poder, bien como medio para lograr otros fines, ideales o egoístas, o bien para alcanzar “el poder por el poder”, es decir, para disfrutar del sentimiento de prestigio que el poder confiere. Pero ese sentimiento de prestigio es una emoción quebradiza. Y en estos tiempos la codicia y el desprestigio son hermandad. 

Inició con el siglo XXI un mundo kafkiano para el proyecto histórico de la derecha democrática. Escenario de sinsabores para una formación política que luchó durante seis décadas buscando el poder, pero le llegó en el momento más inesperado y por vías insólitas una candidatura impuesta, una alianza incómoda y Fox nunca entendió lo que significaba ese triunfo electoral, no supo qué era la gobernanza (dinámica, compleja y diversa), como resultado, seis años perdidos.  Y se agudiza el periodo decadente de Pemex

Durante ese sexenio México llegó a extraer cerca de 5 millones de barriles diarios, al precio internacional promedio de $100 dólares por barril; la abundancia petrolera llevó al país a un crecimiento económico sin precedentes. Pero su ineptitud fue evidente un gobierno sin brújula, resultado, inseguridad y corrupción creció. El “gobierno del  cambio” no pudo con el paquete. El sexenio del cambio y la refundación de la República, como reiteradamente afirmó Vicente Fox se convirtió en un sexenio perdido.

Aunque el PRI del pasado, adolecía defectos innegables, su desaparición implicó la pérdida de importantes reservas de conocimiento y talento muy especializado que no ha sido fácil que reproduzcan los grupos políticos o hasta los carismáticos individuos que los reemplazaron.

Llega Calderón y ensu lucha frontal en contra del crimen organizado,  les declara la guerra, pero se le cuestionó su falta de estrategia en esa lucha y su terquedad de mantener a García Luna al frente de la seguridad pública federal, le tocó paliar la crisis económica financiera de 2008 con más pena que gloria.

Durante seis años no se aplicó el término de gobernar: “gobernar puede entenderse como la totalidad de las interacciones en las que participan los sectores públicos y privados a fin de dirigirse al objetivo de resolver problemas de la sociedad y crear oportunidades, prestando atención a las instituciones que están a la vista en las áreas de políticas  de bienestar social y son los contextos de estas interacciones de gobernar para establecer fundamentos normativos en todas las actividades”.

Con Don Jesús Reyes Heroles, Dr. Hector San Roman A. y Lic. Fidel Herrera B. Hablando sobre la reforma política de 1976

En el último año de Calderón, la economía del país creció 3,9 %, pero

la delincuencia  organizada y la corrupción también crecieron.

En 2012 aparece un candidato réplica de muñeco de pastel mal hecho, con una porra de mugrositas y  con el auxilio de la mercadotecnia ganó la elección con altas expectativas, pero, siempre el pero, pronto exhibió ineptitud, complicidades y corrupción. La inexplicable fuga de un peligroso delincuente el chapo Guzman fue la cereza de un pastel de complicidades y corrupciones. Y la pobreza en México según datos del INEGI, paso de 53,3 a 55,3 millones de pobres representando el 46,2% en una población de 120 millones de habitantes, tres mil nuevos pobres diarios. Por ineptitud y corrupción se dilapidaron recursos financieros que se debieron utilizar para atacar los determinantes estructurales de la pobreza en el país.  

Un gobierno ejemplo de escándalos, evidente corrupción, cinismo, complicidad e impunidad con un ex presidente inmensamente enriquecido que no aclara ni convence sobre donaciones, herencias, “enfoques de negocios” con Grupo HIGA, OHL, Odebrech, Pemex, Altos Hornos, etc. para acumular una fortuna que apesta a corrupción, provocando la indignación de todos los mexicanos de bien que buscaron un candidato a la presidencia que castigara de acuerdo a la ley tales abusos de poder y pusiera fin a la política del desorden financiero propicio para las estafas maestras, apoyado en la utopía neoliberal convertida en abandonos tranquilizadores del laisser-faire. 

Su reforma energética en un mar de corrupción desmanteló a Pemex desde el punto de vista financiero, tecnológico y despidió a empleados quienes por su alto nivel profesional y experiencia eran valiosos para la empresa, así se perdió la capacidad de exploración y producción petrolera y nuestro orgullo paraestatal llegó a un estado de quiebra.

Lopez Obrador quien como perredista, desde los tiempos de Fox codició la silla de águila, aprovecha la irritación y resentimiento de una clase media que repudiaba y repudia a “peña nieto” y la convence de que al votar por él  se castigaría a todo un grupo de ladrones que estaban amafiados en un gobierno inepto y corrupto, bajo ese engaño la puso al alcance de su mano.

Esa promesa resultó atractiva para la clase media, millones de votantes que estaban hartos de la corrupción, el cinismo, la impunidad y el decepcionante ejercicio de tres sexenios con tres depredadores, le dieron su voto. 

Muchas de esas atractivas <<caras nuevas>> que reemplazan a los partidos políticos y a los líderes de siempre, suelen ser lo que el historiador suizo Jacob Burckhardt llamo <<terribles simplificadores>>, demagogos que buscan obtener el poder a base de explotar la ira y la frustración de la población y mediante promesas atractivas pero <<terriblemente simples>> y en definitiva engañosas.

Dr. Héctor San Román. en la Organización Internacional del Trabajo 2017

Pero esa clase media desconocía lo que reveló el periodista Alejandro Aguirre Guerrero (El Universal 19/08/2021) El telefonazo de 29 de Julio entre AMLO y EPN. Siete minutos de conversación donde se pone de manifiesto una aparente tranquilidad entre ambos. Lo malo del poder es que da una sensación irremediable de impunidad. En política los secretos son susurros y los susurros no permanecen secretos, se olvidaron que los secretos son ánforas huecas y se reproducen con el eco.

Y accedió a la silla del águila  “Protestando Guardar y hacer Guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República”. Aun así, se ha gobernado sin sentido de Estado, bajo un sello, la ausencia en pro de un bien superior: la democracia en favor de la República. Y se ha instalado un gobierno unipersonal, que desconoce la división de poderes.

33 meses han pasado, el país con una población económicamente activa de casi 57 millones, una población con más de 126 millones de habitantes, tiene 15 millones sin acceso a la salud. Entre 2018 y 2020 hubo un incremento de 3.8 millones de nuevos pobres, un aumento del 41.9% al 43.9% = 55.7?? millones; la percepción sobre inseguridad es creciente, hay escasez de medicamentos, reducción de recursos para la salud, educación, el campo, la ciencia, la tecnología, el número de muertes causadas  por pandemia o por delincuencia crece.

Cada quien con su leyenda y su camino, pero estamos hartos, es evidente la antipolítica en relación con las manifestaciones de indignación contra la corrupción, los escándalos, la dilapidación del dinero público y su malversación con fines clientelares; contra la ineficiencia del control ético sacada a la luz de la administración pública en la mayoría de los casos. El efecto de todo ello no podía ser otro que un profundo sentimiento de ultraje, seguido de un alejamiento de la política con una sensación denáusea y de repudio. Porque todos al llegar al poder han contado con aliados, cómplices codiciosos, hombres y mujeres que hacen de su inmoralidad un emblema y de su corrupción un mérito.   ¿Donde he oído, o leído, que: un Gobierno -de- Honrados es uno en el que se roba en silencio?

Inmersos en la utopía transitamos bajo un modelo de desarrollo en el cual se incluye las remesas enviadas por 40 millones de mexicanos a nuestro país que ascienden a más de 40,000 millones de dólares y seguramente para 2021 será superior esa cifra, bajo ese modelo se incluye un amplio sistema de tarjetas de subsidio a grupos vulnerables de una población clientelar que incluye adultos mayores, madres solteras, becas para jóvenes ociosos que significan una derrama anual de 400,000 millones de pesos, (equivalente a 20,000 millones de dólares) pasando por alto que dilapidar las arcas públicas no genera riqueza. 

De acuerdo con estudios elaborados por organismos financieros internacionales consideran al crecimiento de la economía como una condición indispensable, aunque no la única, para reducir la pobreza. Pero bajo ese mundo kafkiano no se protegió a los trabajadores víctimas de la pandemia cuando involuntariamente perdieron su empleo, fueron obligados al retiro de su precario fondo de pensión. Una de las principales razones de la desesperación de quienes perdieron su empleo o su pequeña empresa a causa de la pandemia, procede, en realidad, de que el Estado los abandonó ante el infortunio y sus consecuencias, y que ese abandono se ha replicado en cierto número de sectores de la vida social que corresponde y es responsabilidad del Estado.

La historia social enseña que no existe política social sin un gobierno social capaz en gestionarla y que no es el mercado, ni las remesas como se intenta hacer creer actualmente, sino es el gobierno quien puede fortalecer nuestra economía dando certidumbre a la inversión, y a la vez contribuir enormemente a su eficacia.

Esas remesas que se publican como orgullo del gobierno, debiera hacernos reflexionar ya que demuestra que por muchas décadas, diferentes gobiernos no han sido capaces para crear empleo digno a millones de mexicanos, tampoco para combatir desigualdad y pobreza.

No importa la ceguera ante la historia respuesta a la vieja frase de Groucho Marx: ¿A quien va a creer? ¿A mi o a lo que ven sus ojos?. México ha sufrido millares de pronunciamientos y conoció tres revoluciones verdaderas: la independencia, la reforma y la nueva era social que trajo la revolución. “Prospere la yedra vividora en las tumbas de sus héroes y de sus víctimas“. La tendencia histórica que pretende convertir el prejuicio en un juicio final no solo impide, sino que paraliza el desarrollo conciencial de las sociedades. Cada día que pasa es más ostensible. Tema más grave cuando los prejuicios se transforman en artículos de fe, esto es, en letras y voces con fuego. La fe en lo legendario se diferencia, críticamente, de la verdad en tres niveles: el antropológico, el epistémico y, sin duda, en la dimensión ética. La idea maquiavélica de que el fin justifica los medios es, sin duda, un ejercicio patente y poderoso de corrupción moral que despega con solo negar la certeza científica.

¿Nos interesa la verdad? ¿Tiene alguna importancia?, donde la ignorancia es una bendición es una locura la dialéctica. Abrir las páginas de la historia no solo es la base del conocimiento y ordenamiento de la cultura, sino también una natural ampliación de la vida.

Parece ingenioso pero no basta para hacer comparaciones, mucho menos para asumir una continuidad histórica. Las circunstancias no pueden ser más distintas ni más diferentes los actores. El país cambió desde entonces, declaración ociosa que parece pertinente frente a los intentos retóricos por ignorar este hecho, jugar con la historia es entretenido, pero pretender engañar con ello para hacer propaganda y autoelogiarse es detestable. No vale la pena detenerse mucho en las mentiras y las trampas de la propaganda pero hay que señalarlas, sobre todo cuando hay sospechas de que estas son truculentos medios para borrar las instituciones.

Moralmente es tan malo no querer saber si algo es verdad o no, siempre que permita sentirse bien, como lo es prostituirse, no querer saber como se recibe el dinero siempre que se consiga, es vender artículos robados, bajo la disculpa de trabajar en un lupanar.

Todo ello tiende al mismo perfil psicológico con su cáscara amarga, la protervia; la inmediatez, la “efimerización”, la mentira, el rencor con los lazos del hombre, con las cosas que le rodean, así observamos una misteriosa y terrible estampa y una pretendida trasparencia oscura y desdibujada. Ese vicio nacional, el resentimiento de un rey mezquino con su corte de enanos envidiosos, conscientes del horror de que regresarán a la miseria si abandonan su condición de manadas abyectas.

La propensión de los líderes políticos siniestros a sus “verdades” fantasiosas y sus creencias incuestionables, es potenciada por la abyección de sus vasallos, una obediencia ciega al dueño de esos caprichos. Pero son inocultables los errores y desconfianza, y sin confianza no se puede gobernar. Inquieta la confrontación verbal y el hostigamiento a sus adversarios reales o supuestos, la intolerancia y satanización, la actitud dogmática que predomina en sus rebaños contra quienes cuestionan sus declaraciones y puntos de vista o sus caprichos autoritarios ya que con ello se contradicen principios básicos de la democracia, tales como la crítica y la dialéctica .

Uno de los ejemplos más extremados del capricho es querer un teatro en que la variedad llegue al máximo, y poder presentar cualquier cosa, desde una comedia corriente a una asamblea política, pasando por una canción en una sala de prensa, ya que todo bolero puede tener una interpretación política; desde una exhibición de danza hasta un combate de lucha libre y, de ser posible todo al mismo tiempo, zona de capricho total. Resultado de ello un plan fantástico en el palacio de la risa, para una pieza teatral multimodal de duración efímera, solo una silueta deslucida proyectándose contra la realidad, pretende sobrevivir a la posteridad en ese “Palacio de la Risa”, visiones fantasmales convertidas a capricho en una supuesta realidad. Y pensar que bajo este guion se escribió una opereta en que se nos informó iniciando septiembre con la frivolidad musical debida, “que todo va de maravilla”, pero lo que vemos, escuchamos y padecemos son otros datos.

En la deformación de la historia: Nadie que sepamos les ha pedido ese “sacrificio, ni los ha elegido para tan alta responsabilidad”. La garantía del cumplimiento de las reglas de la democracia sólo puede depositarse en instituciones y normas representativas con la participación plural de los ciudadanos dentro del marco constitucional.

Tenemos que deshacer de punta a punta el telón de la mendacidad, ese telón “que cuelga en el palacio de la risa”, con el fin de liberarnos de la protervia, lamentira, la calumnia, la diatriba, expresiones de quien declara la doctrina de la intolerancia y la pone en práctica, diseñando una lucha entre el bien y el mal a la luz de una mente confusa, esperemos que el mal tenga un efecto bumerán en quien lo provoca con perversa irracionalidad porque, Les dieux ont soif (Los dioses tienen sed).

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button