Entrevista

Existen recursos, pero hay poca demanda de crédito: Rangel Domene

La abstención a tomar crédito, una falta de apetito en todos los sectores –empresas y personas físicas—determina en la crisis cuya recuperación no se contempla a corto plazo una atonía en la actividad financiera. El crédito es una parte, causa y efecto de la situación que se presenta en la economía del país: descenso en la producción, principalmente en la industria manufacturera, incremento del desempleo y perspectivas de una caída en el producto interno bruto de entre 5 y 7 por ciento para el año próximo, entre otros efectos.
El ingeniero Héctor Rangel Domene, director de Nacional Financiera y del Banco Nacional de Comercio Exterior, es claro al valuar la situación que vive el país. Sin embargo de los signos adversos, el esfuerzo debe continuar, afirma. En relación con las acciones presentadas por el Presidente de la República y el programa anunciado por el gobierno específicamente para impulsar las obras de infraestructura, en los que deberá tener una participación importante la banca de desarrollo dice:
“Sí, gradualmente se hará; en función de que la confianza se recupere y haya signos más favorables de reactivación económica, se reanimará también la demanda de crédito al sector productivo y con los programas ya en marcha en la banca de desarrollo se podrá atender dicha demanda en conjunto con la banca comercial. La banca de desarrollo cuenta con el suficiente capital y liquidez para apoyar la política gubernamental contracíclica y así lo está haciendo tanto en apoyo a las pequeñas y medianas empresas como al comercio exterior, al campo o a la infraestructura.”
pag39-194 Ex presidente de la Asociación de Banqueros de México, del Consejo Coordinador Empresarial y de BBVA Bancomer entre otras experiencias en el campo empresarial y de las finanzas, Rangel Domene hace un análisis del panorama económico del país y de las posibilidades de recuperación en la crisis.
“El problema de la demanda de crédito se presenta sobre todo en el sistema de manufacturas que está muy ligada nuestra economía –observa–.Y obviamente el desempleo se ha incrementado, pero el consumo interno y la capacidad de compra no se ha caído tanto como en 1995. Entonces, la crisis no ha sido tan generalizada sino que ha estado concentrada en ciertas industrias.”

–Lo que se llama la confianza del consumidor
–Eso es un índice para medirlo. Pero esta crisis le ha pegado muy duro a la industria automotriz, a la electrónica, a los bienes duraderos, a la construcción también, pero sobre todo a la industria manufacturera Ahí es donde se ha profundizado mucho. Eso es lo que ha generado la caída del producto del interno bruto tan fuerte, y evidentemente el empleo, igual que en Estados Unidos, va a seguir creciendo hasta probablemente principios del año que entra…

–Y en México el desempleo ha sido fuerte…
–Ha sido, sí. En Estados Unidos ha sido ya casi en el 10 por ciento de la población económicamente activa. En México, creo que vamos en el 6 por ciento…

–Sin contar el empleo informal…
–Sí, aquí en México es una ilusión por la forma en que se mide, pero son las únicas estadísticas formales que tenemos. El turismo se recuperó bien en el verano y creo que vamos a terminar con un menos 10 por ciento en los ingresos, lo cual no es tan malo dada la recesión mundial que hay y la epidemia que sufrimos aquí.

–Pero recursos, dinero para créditos existen…
–Existen recursos, lo que no necesariamente existe el apetito ni para tomarlos ni para prestarlos. Para tomarlos porque muchas empresas, evidentemente, al ver una caída en sus ventas pues no piden prestado, y para darlos, los bancos están más conservadores, están con más precaución, y es por eso que el crédito, particularmente el crédito al consumo, se ha caído fuerte; el crédito a la construcción se ha caído también, así como el hipotecario.

–De manera que no se espera una recuperación del crédito en lo que resta del año.
–No, no creo. Depende del segmento. Yo creo que este año va a ser muy malo. El segundo semestre va a ser menos malo que el primero. En el año hay diferentes estimaciones que van desde el 5 al 7 por ciento de caída del producto interno bruto. Esa es la estimación que tienen los analistas. Y yo creo que el año que entra ya habrá un crecimiento positivo. Ya hay señales en varias partes del mundo de una incipiente recuperación de empresas, de segmentos de las economías en Estados Unidos, en Asia, en Alemania, etcétera. En el consumidor se observan altas y bajas, pero está un poco mejor. En fin, yo creo que hay suficientes señales para poder afirmar que ya lo peor pasó.

pag40-194 –En la crisis se ha planteado la necesidad de que el Estado prácticamente intervenga en algunos aspectos de la economía. Para apoyar a las empresas, muchas han sido intervenidas por el gobierno, sobre todo en Estados Unidos. ¿Eso será temporal o se mantendrá?

–Yo creo que va a ser temporal. En un par de años, o tres, el gobierno de Estados Unidos va a tratar de salir o de vender, de consolidar los bancos que ha intervenido, y deshacerse de esas propiedades. Hay dos grandes instituciones en las que el gobierno norteamericano va a tener que repensar qué hacer con ellas, que son las sociedades hipotecarias Fanny Mae y Ferly Mc, que eran cuasi gubernamentales y ahora ya se hicieron totalmente gubernamentales. Y otra es la gran aseguradora AIG, que es de un tamaño inmenso. Y ahí no está muy claro qué es lo que va a hacer, si las va a convertir en instituciones públicas o si va a tratar de venderlas en pedazos…

–Fue donde se generó lo visible de la crisis, en el mercado hipotecario…
–En el mercado hipotecario empezó y se trasmitió al resto del mundo por el sector financiero, al haber estos grandes bancos de inversión y aseguradoras vendidas en paquetes, estas hipotecas que compraron miles de inversionistas y de otros bancos en el mundo. Esa fue la correa de trasmisión…

–¿Y entre las medidas que se han tomado o que se pueden tomar está un control más estrecho en cuanto a los créditos que dan, yo creo que todas las hipotecarias?
–Particularmente aquellas entidades o aquellos productos que generaron los problemas y corren los riesgos, para que tengan ese colchón, en caso de un riesgo sistémico, como el que ocurrió. Y sí creo que puede haber una oleada de nuevas regulaciones en diferentes temas tanto en Estados Unidos como en Europa.

–Se ha hablado de la necesidad de restringir los paraísos fiscales, denunciarlos, y de restringir también la participación de capitales en esos lugares.

–Sí, porque ahí se evaden impuestos, en muchos países del mundo, porque todos los países son afectados por esos capitales que se van a esos paraísos fiscales y que no pagan impuestos en su país de origen. Entonces afecta lo mismo a los Estados Unidos que a Alemania, que a México, a Italia, a todo mundo. Como se sabe, Suiza tiene un status especial desde hace más de cien años, a lo mejor, y que para los suizos es una cosa muy compleja, muy difícil. Porque está prácticamente en su definición de país.

–¿Y equivale a un paraíso fiscal?
–Sí, en cierta manera sí, porque ahí se permiten cuentas numeradas y cosas de esta naturaleza.

–Otra propuesta que se planea es establecer una serie de topes o controles a los ingresos vía bonos para los ejecutivos…
–Yo creo que esa es otra de las regulaciones que va a emanar de esta crisis, en el sentido de alinear los incentivos de los ejecutivos correctamente, de tal manera que no tengan estos enormes beneficios personales que pueden llevar a pérdidas institucionales muy importantes o a demérito de los patrimonios de los inversionistas.

–¿Y esto no representa una política diferente a la libertad de empresa?
–Pues sí, pro la industria financiera es una de las más reguladas en el mundo. Y siempre ha sido así o ha ido creciendo esa regulación a través de los años, porque juega una función pública muy importante de asignación de recursos y como fiduciario del ahorro de los cuentahabientes. Entonces, yo creo que una de las quejas y uno de los problemas que ha habido o que hubo en esta última crisis es que muchos, sobre todo banqueros de inversión en Wall Street y en algunos de los grandes bancos del mundo, tenían incentivos muy poderosos por sus bonos y por la manera en que está estructurada la generación de productos aunque fueran tóxicos y venderlos rápidamente, venderlos a gente que a lo mejor, o no conocía bien el producto o tenía confianza de que la institución les estaba vendiendo un producto adecuadamente estructural. Entonces se demeritó allí el rigor del análisis y como el incentivo de estos ejecutivos era muy poderoso, pues yo ceo que abusaron de esa forma de compensación para beneficiarse en lo personal, y precisamente lo que se discute ahora es cómo alinear los incentivos de los altos ejecutivos a los objetivos de la corporación y a los de los accionistas, inversionistas y público en general…

–Y a la función pública que desempeñan esas instituciones…

–Sí, y ahí lo difícil va a ser encontrar un punto medio que no disuada o que no haga que el talento deje de llegar a esas instituciones.

–Y también se debe reducir la evasión fiscal

–Yo creo que en México hay un problema muy severo de evasión fiscal, de elusión, y también una falta de reglas y normas, y una ley fiscal que haga que todos los individuos paguen impuestos dependiendo de sus ingresos. Hay muchísimas excepciones, muchísima gente que no paga ni un centavo de sus impuestos, muchísimos huecos en la legislación fiscal que hacen que haya una enorme proporción de la actividad económica que no paga ningún impuesto. La recaudación fiscal en México es de 11 por ciento del producto interno bruto, cuando hay países que tienen el doble o el triple.

–¿Países latinoamericanos?
–Sí, Brasil creo que tiene el 22 o 23 por ciento. Pero en esos países que tienen el doble o más de tributación, en primer lugar todo mundo paga; el que gana poco, paga poco, y el IVA es generalizado. En China es 17 por ciento a todo, no hay excepciones de ninguna especie. En fin, hay muchas cosas que en otros países son gravadas. En México el otro problema es una economía informal que no paga nada, absolutamente nada. Y sin embargo, consumen servicios públicos: drenaje, agua, pavimento y seguridad y todo lo demás que provee un estado. En México hay un problema muy serio de recaudación fiscal y ampliación de la base tributaria. Está concentrado en unos cuantos, gente que está cautiva; los empleados, por ejemplo, estamos cautivos. Creo que en México también se debe tener en cuenta cuando se hace un régimen fiscal, cualquiera que éste sea, que se tiene que lograr que sea sencillo, que sea universal y que sea competitivo con el resto del mundo para que fluya también la inversión a México.

–Que pagar impuestos sea fácil…
–Que sea fácil, que no se tenga necesidad de un contador o de un fiscalista para hacer una declaración de impuestos, y también que el tratamiento sea más universal, que no haya tantas excepciones, exenciones, maneras de eludir. Hay mucho qué hacer.

–¿Cuál es la situación en este momento del comercio exterior? ¿Hay oportunidades para exportar?
–Seguro que si. México es un gran exportador. Tiene un comercio exterior muy importante que representa alrededor el 30 por ciento del producto interno bruto, o algo así. México está posicionado estratégicamente y muy privilegiado para avanzar más y convertirse en una potencia exportadora manufacturera, dados los costos elevadísimos de fabricación que tienen Estados Unidos y Canadá, Se pueden traer plantas enteras que están ubicadas en Estados Unidos. Por ejemplo, en la industria automotriz, lo cual ya ha venido sucediendo, pero que se traigan cada vez más; la logística de estar al lado de los Estados Unidos es una ventaja enorme. Tiene también sus desventajas, pero en ese sentido tiene unas ventajas enormes de estar al lado del mercado más grande del mundo.

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