Política

El verdadero valor del oro y la crisis monetaria

Corría el año 1942. Tenía yo 10 años de edad. Acompañaba a mi padre que manejaba su automóvil, y regresábamos a casa por la tarde, de su oficina en la tienda “Salinas y Rocha” de Palma No. 42, en el centro de la Ciudad de México.

Mi padre sacó un billete de la Lotería Nacional de su bolsillo, y me dijo: “Saqué reintegro de $100 pesos con este billete. Te regalo los $100 pesos. ¿Qué quieres hacer con los $100 pesos?” Le contesté: “Por favor, cómprame 10 moneditas de oro, de $2 pesos oro cada una, que costarán $100 pesos en total.”

Así se hizo. Todavía conservo esas moneditas. Papá me dio la combinación a su caja fuerte, y durante años, abría yo la caja para ver y tener en la mano, esas pequeñas monedas de oro.

Cada monedita de $2 pesos oro – que todavía se consiguen en la Casa de Moneda de México, Paseo de la Reforma 295, México, D.F. – contiene 1.5 gramos de oro puro.

El oro tiene un precio actual de más o menos $1,100 dólares por onza. La onza Troy contiene 31.1 gramos. Así que $1,100/31.1 = $35.37 dólares por gramo de oro. Multiplicamos 1.5 X $35.37 = $53.06 dólares el valor de 1.5 gramos de oro en la moneda mexicana de $2 pesos oro.

$53.06 dólares X $18,000 (pesos originales, antes de la cirugía cosmética que les aplicó el Presidente Salinas de Gortari) = $955,080 pesos, el valor actual, en pesos originales, del oro en la moneda de $2 pesos oro que compré en – ¡$10 pesos! en 1942. (Nota: La Casa de Moneda aplica un fuerte sobreprecio a la moneda de $2 pesos oro.)

La moneda que valía $10 pesos en 1942 se convirtió (en esos mismos pesos) en $955,080 pesos. La monedita sigue igual, pero los pesos que usamos se convirtieron en pesos microscópicos en el curso de 74 años.

Lo que valía $1 peso en 1942, hoy vale $95,508 pesos (originales) de papel de curso legal, emitido por el Banco de México.

Según Hacienda, el 57.8% de la población económicamente activa en México, está en la “informalidad fiscal”, o sea, no paga impuestos. Hacienda se queja de la baja productividad del sector informal y lo considera un “lastre”. Está claro que su productividad tiene que ser baja, porque lo que incrementa la productividad de la mano de obra es el uso de Capital, y de lo que carecen los “informales” es, precisamente de Capital, que no es más que ahorro acumulado.

¿Por qué carece de Capital el sector informal? Porque éste sector está pagando el costo de la «gobiernitis» sufrida durante 74 años. No nos dimos cuenta, pero eso fue lo que pasó: una serie de gobiernos demasiado costosos consumió el Capital – que debía ser intocable y que constituía el Ahorro Nacional – por vía de la destrucción de la moneda de curso legal, el peso mexicano; los que están pagando la «gobiernitis» crónica son los desafortunados «informales» de México.

Y ahora ¿Qué? Ahora nada, el daño ya se hizo y seguimos padeciendo de «gobiernitis». Usted dirá, qué nos espera como nación.

 

Por Hugo Salinas Price

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