“El Presidente ha convertido sus mañaneras en un Tribunal que enjuicia, descalifica, minimiza y acusa”: dice la Senadora Beatriz Paredes

PRESIDENCIA DEL SENADOR
ÓSCAR EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR

El Presidente Senador Óscar Eduardo Ramírez Aguilar: A continuación, se concede el uso de la palabra a la Senadora Beatriz Paredes Rangel, del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, hasta por 10 minutos.

La Senadora Beatriz Elena Paredes Rangel: Nacionalizar la política interior en un país, la política interior que ejerce un gobierno que se postula democrático es pasar revista a la situación que guardan los indicadores más relevantes del Estado en el que se encuentra la democracia, la gobernanza democrática con sus componentes básicos de vigencia del Estado de derecho, de estabilidad política, de respeto al federalismo, de seguridad ciudadana, de respeto a la libertad de expresión, de armonización de las contradicciones sociales para poder convocar a la unidad nacional, la reflexión a compartir en la Glosa del Informe de Gobierno en materia de política interior, debe trascender para serle útil a la sociedad.

Los comentarios o juicios sobre los párrafos que sobre el tema se mencionan en el Informe para tratar de dilucidar en qué ha consistido realmente la política interior de la presente administración y cuál es su impacto en la sociedad mexicana.

Señor Presidente.

Honorable Mesa Directiva.

Compañeras y compañeros legisladores:

La actuación de todo ente público y de quienes no ostentan responsabilidades públicas debe ceñirse a las disposiciones del orden jurídico.

La democracia es y puede ser forma de gobierno, régimen político y sistema de vida en la ley, no al margen de ella.

El concepto del Estado de derecho se articula en normas de cumplimiento obligatorio, pero se basa en valores y principios.

Los valores más destacados del Estado mexicano actual son: libertad, justicia, igualdad, equidad, tolerancia, integridad, probidad y seguridad.

Los principios articulados en la Constitución son diversos, pero subrayaré constitucionalidad y legalidad, respeto de los derechos humanos, no discriminación, reglas y prácticas democráticas para acceder al poder y para ejercerlo, convivencia democrática entre quienes piensan distinto, transparencia, honradez y rendición de cuentas.

El proceso político implica un esfuerzo de armonización y conciliación, es parte de la política interior.

Este bagaje conceptual que da cuerpo a la política interior ha sido sustituido por un instrumento privilegiado, “Las mañaneras”, que son el eje de la estrategia de política interior de la presente administración.

“La mañanera” fija la agenda pública que ocupa el espacio mediático de manera contundente, lo que proyecta un estilo unipersonal que subordina la funcionalidad del gobierno a la voluntad de un solo hombre.

La tradición política del sistema mexicano acostumbraba a que en lo general la voz presidencial se utilizara con menos intensidad, que las intervenciones de los presidentes fuesen sobre temas estratégicos y en general propiciando en encuentro entre diversos sectores de la sociedad.

Ahora, la voz presidencial enjuicia, descalifica, acusa, minimiza, nos recuerda a veces a los viejos tribunales populares de la Francia revolucionaria, y lo que es más dramático para la sociedad mexicana, esa voz polariza.

El señor licenciado Andrés Manuel López Obrador tiene todo el derecho de abanderar los propósitos y proyectos de la 4T.

El Presidente de la República, licenciado López Obrador, es titular del Poder Ejecutivo del régimen constitucional mexicano, debe ceñirse a lo que establece la ley y el ejercicio de su función idealmente debe ser para todos los mexicanos.

Nunca como en la pandemia ha sido tan necesario convocar a la unidad nacional.

La pandemia marca un punto de inflexión en la realidad nacional, se rebasó la cifra que se había señalado por el subsecretario vocero, como escenario catastrófico, y llevamos por la pandemia más de 70 mil muertos, es evidente que algo no está bien.

Miles de muertos por la inseguridad pública y por la realidad sanitaria lo testifican, pero si hay algo que caracteriza la política interior de esta administración es la incapacidad autocrítica.

La imposibilidad de considerar el pensamiento distinto por más aportador que se presente como una suma de construcción para enfrentar de mejor manera la problemática que la realidad presenta, incapacidad autocrítica que prefiere a partir de una estrategia comunicacional, excepcional, generar una nueva realidad con los datos que se requieran, para eso existen otros datos y a partir de esa nueva realidad seguir impulsando tomas de decisiones que muchas veces no corresponden a los éxitos que se presumen.

Sin embargo, queremos subrayar algunos aspectos de la política interior.

Las relaciones con los demás órdenes de gobierno.

Se aprecia un saldo negativo por la descalificación y la confrontación con quienes ejercen funciones de representación popular y tienen militancia en partidos y organizaciones distintas a las que sustenta el Ejecutivo Federal.

Las relaciones del Ejecutivo Federal con los ejecutivos locales, emanados del PRI, PAN, MC y PRD está caracterizada por la atención y la confrontación.

Por otro lado, el federalismo ha sido cuestionado estructuralmente.

La lucha entre centralismo y federalismo ha caracterizado los momentos de mayor tensión en el siglo XIX mexicano.

Resulta sorprendente que una fuerza política que se asume progresista al mismo tiempo tenga actitudes centralistas y centralizadoras.

La imposibilidad de reconocer el peso del orden federal, de valorar la importancia del vigor de las entidades federativas es una deuda dramática de la presente administración, por eso nos sumamos a los llamados para que se realice una nueva Convención Fiscal que revitalice el Pacto federalista y le dé fuerza al territorio mexicano.

Por cierto, saludamos que el día de ayer se conmemoró un año más de la decisión soberana de Chiapas, de sumarse al Pacto Federal mexicano.

Qué bueno que eso se simbolice con la presencia de un chiapaneco en la Presidencia de nuestro Senado.

Quiero sugerir, señor Presidente, que pasando la pandemia podamos hacer una ceremonia solemne que recuerde ese evento estructural en la conformación de la República que hoy compartimos, las relaciones con otros poderes y con los organismos autónomos.

Saludo con orgullo el esfuerzo que ha realizado el Senado de la República para establecer un espacio de diálogo y de concertación, sería saludable que esta visión democrática se comparta en todos los poderes y órdenes de gobierno.

El Senado de la República se ha sumado con un análisis serio y consistente de iniciativas de ley y ejercemos nuestro derecho a modificarlas cuando del bien de la patria se trata; sin embargo, podemos observar que, aunque positiva la relación con el Poder Judicial en ocasiones se desdeña la función de los jueces y se hace tabla rasa de las acusaciones de corrupción.

En el caso de los organismos autónomos la relación ha sido realmente accidentada.

En primer lugar, debilitando el profesionalismo de sus órganos de conducción.

En segundo lugar, casos dramáticos como lo que ha sucedido en la CNDH.

Y algo que prende la luz de alerta a todos los demócratas de nuestro país, la insistente descalificación del Instituto Nacional Electoral.

El Instituto Nacional Electoral es un órgano autónomo que ha sido un baluarte en la evolución democrática del sistema político mexicano, sin duda es perfectible pero jamás aceparemos que se pretenda suplantar y mucho menos por un poder las funciones democráticas neutrales de esta institución.

Las relaciones con los medios de comunicación han sido paradójicas.

Alzo la voz de manera contundente en defensa de la libertad de expresión.

Creer en la libertad de expresión no significa sólo saludar a quienes nos ofrecen loas o condiciones subordinadas.

El Presidente Senador Óscar Eduardo Ramírez Aguilar: Concluya, Senadora.

Creer en la libertad de expresión es creer en el derecho que tienen todos los mexicanos para expresar su verdad.

La Senadora Beatriz Elena Paredes Rangel: Concluyo, señor Presidente.

En materia de seguridad pública la verdad es que el saldo no sólo nos preocupa, sino nos duele; no ha podido ejercerse a plenitud el Estado de derecho en todo el territorio nacional.

El fracaso del operativo realizado en Culiacán, en octubre de 2019, es una muestra dramática de esa circunstancia.

El número de muertes en el país que va en el sexenio de alrededor de 60 mil personas asesinadas en México nos habla que tenemos que sentarnos a discutir la estrategia de seguridad pública y hacer un pacto nacional verdadero, de buena fe, por la seguridad en nuestro país.

Compañeras y compañeros legisladores.

Hay pocos momentos en la historia del mundo en donde la sociedad humana se ve impelida a hacer una reflexión sobre el destino universal, las sociedades locales también tienen qué plantearse ese desafío. Es ahí donde se mide el valor de la política si tiene sentido el quehacer político.

Las nuevas generaciones nos demandan y cada quien somos responsables ante nuestra biografía y nuestro entorno, no le fallemos a México.

Hagamos un esfuerzo que nos permita enfrentar de la mejor manera la peor situación económica y el deterioro social consecuente que existirá en nuestro país en los próximos años.

Este no es un tema electorero, no es sobre la hegemonía o desaparición de una u otra fuerza política, es sobre la sobrevivencia de la patria y sólo así nuestra conciencia nos permitirá expresar con tranquilidad los 15 de septiembre subsecuentes.

¡Que viva México!

(Aplausos)