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El Museo de Medicina Tibetana, de Xining, capital de la meseta Qinghai-Tibet, único en el mundo

El Museo de Medicina Tibetana, fundado en 1999 es único en el mundo y en su interior existe una pintura denominada Tangka que con 600 metros de largo y dos y medio de altura es la obra de la medicina más extensa del orbe. A lo largo de siete etapas plasma la historia tibetana de la medicina y contiene en ella expresiones que van desde lo conocido como el soplo divino, la concepción y muerte del ser humano, el lugar resguarda también documentos históricos que datan de miles de años y otros que se refieren a la medicina actual y su influencia en el mundo.

Dicho museo se ubica en Xining, capital de la Provincia Qinghai. Su sala principal esta diseñada para la difusión de la medicina tibetana; se divide en siete etapas, que inician desde mediados del siglo 17 y concluyen con el intercambio actual con la medicina china y el resto del mundo, incluido México.

Para entender mejor la exposición hay guías especializados quienes, paso a paso, van explicando cada uno de los conceptos plasmados; aseguran que 48-263a mediados del siglo XVII, en una montaña de la meseta se formó la primera escuela de medicina tibetana en el mundo. También se refieren a lo que se considera la primera etapa de la medicina tibetana relacionada con los seres humanos y muestran las primeras herramientas de la medicina tibetana hechas en piedra y pedernal.

Enseguida se ubica la época de la nueva herramienta, donde ya hay elementos elaborados con metales así como los aparatos utilizados por los tibetanos en aquella época. Mas adelante destacan diversos descubrimientos que datan de unos cuatro mil años, pero que aseguran fueron factores importantes para el desarrollo de la medicina tibetana. Sobresale el busto dorado del fundador de la teoría de la medicina tibetana.

En otra parte están una colección original completa de herramientas metálicas con unos 400 años de antigüedad y que fueron utilizadas en cirugías, otros para realizar sangrías y detectar diferentes enfermedades, principalmente de la sangre.

Al llegar a la sala donde inicia la Tangka (pintura), la guía explica que es originaria de una de las etnias tibetanas, agrega que su nombre en chino es “pintura en rollo”, que se requirieron 27 años para elaborarla y la concluyeron cuatro mil pintores. En ella se plasman reglamentos y ética de los médicos tibetanos, da especial énfasis en el intercambio de la medicina tibetana con otros países como India y Nepal. En México hay un centro de intercambio entre la medicina tibetana y la local.

La pintura muestra una idea sobre el mundo de los tibetanos, del universo, y destaca la formación de la meseta Quinhai-Tíbet, que estudiosos consideran que en el principio era un océano, pero el choque de dos placas teutónicas, elevaron la corteza terrestre y se formo la meseta que supera, en algunas partes, los cuatro mil metros sobre el nivel del mar.

Deja en claro la imagen más importante es la de diferentes budas e incluye 33 imágenes de buda. Explica también que es idea del budismo tibetano, que si un hombre tiene mucho apetito de dinero o del poder, para poder disfrutar de él va a sufrir muchas penas durante su vida y después de su muerte va a sufrir más, por esto es que el budismo tibetano cree que, los hombres deben mejorar su espíritu para ser más puros y así evitar sufrir después de su muerte, es la doctrina del budismo tibetano.

Apunta que del siglo catorce hasta el 16 la medicina tibetana contaba con su propia teoría y sistema para curar las enfermedades; no sólo para aprender de la medicina de otros países. Asimismo, agrega, hubieron monjes del siglo XX que dieron realce a la historia de la medicina tibetana; hay algunos medicamentos inventados por ellos que son utilizados hoy en día.

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Antes, en el siglo XVII la medicina estaba muy adelantada, en esa época se publicaron muchos libros, entre ellos murales gráficos que muestran el avance de la medicina tibetana; muchos de ellos están en templos y lugares donde la medicina tibetana existe.

En otra parte, de la sala, se muestra una colección completa de libros sobre la medicina tibetana. Ahí se encuentra el libro de medicina más grande del mundo -escrito a mano y elaborado en papel hecho con la raíz de arboles-. Las tintas empleadas en él, fueron hechas con material de minas naturales (minerales); la primera línea es de oro puro y el blanco perla natural, por esa razón se prohíbe tomar fotos porque pueden afectar los colores que datan, algunos, de miles de años.

Muestra de ese lujo, es que en la antigüedad, los libros médicos formaron parte importante de los cánones de la medicina tibetana y se utilizaron tintas naturales y metales preciosos como respeto al conocimiento, la sala de exhibición de las muestras de medicamentos, se divide en tres partes, vegetales, animales y minerales.

Los guías aseguran que en la actualidad el 30 por ciento de medicamentos vegetales, son iguales a los medicamentos tradicionales de china, pero explican que algunas hierbas solo crecen en la meseta del Tíbet, por eso es que la mayoría de ellas son utilizadas en la medicina local.

La Tangka (pintura en rollo) muestra asuntos relacionados con la medicina tibetana; tiene una historia de más de cien años. En ella se Indican los métodos para curar enfermedades en base a cuatro ramas: comidas, medicamento, modo de vida y operaciones. Hay un kantra (cuadro) que muestra todo el proceso de la vida desde el soplo divino, la concepción, el nacimiento y la muerte; pone como referencia a tres animales; pez desde la concepción hasta la novena semana, las siguientes nueve semanas son etapa tortuga; luego hasta el nacimiento etapa del cerdo, ¿porque se usan estos tres animales?. Porque son la evolución del ser vivo, desde el pez hasta tortuga y el cerdo, comenta la guía.

Este Kantra, añade, fue inventado hace 3,300 años por eso que esta teoría fue muy desarrollada en aquella época. Otra parte se refiere al modo de vida, que se fundamenta en la creencia porque es muy buena para el espíritu. Otro, señala, que no se puede comer pez y leche, frutas y leche o comer demasiados alimentos asados.

Como punto de referencia explica que en la zona tibetana hay muchos ancianos, que se rigen por los planes anteriores, lo que les permite longevidad gracias a ese sistema de vida y para reforzar su explicación señala una foto, esa mujer, dice, hasta 2010 había vivido 119 años.

Para finalizar comenta que la mayoría de las pinturas exhibidas en el lugar tienen una historia de más de 1300 años y que en la región ha prestado mucha importancia al mantenimiento de la salud. Se refirió a la orino terapia, asunto muy especial es tratamiento de la orina que aplican los monjes y el pueblo los respeta mucho a ellos.

Un edificio moderno, de mucha amplitud, es donde se localiza dicho museo el cual desde su entrada principal sorprende al visitante, ya que inmediatamente se puede observar un gran libro labrado en mármol y al fondo una enorme pintura, que se interpreta como el gran desarrollo de la medicina Tibetana y su influencia con la del mundo antiguo y actual, en fin una esplendida experiencia para los periodistas mexicanos, que en esta oportunidad estuvieron en la meseta Qinghai-Tíbet, como producto del intercambio entre la Asociación Nacional de Periodistas de China y el Club de periodistas Primera Plana.

 

Por José Luis Uribe Ortega (enviado especial)

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