El avance y proyecciones de las próximas elecciones primarias entre Demócratas y Republicanos
Por Tesi Tafich Romo
Las elecciones de Estados Unidos para el año 2024 continúan avanzando en su proceso electoral; cada vez estamos más cerca de conocer a los participantes finales que representarán a los partidos tanto demócratas como republicanos.
Las fichas ya están sobre el tablero y la confrontación que anticipamos hace algunas semanas se está haciendo realidad. Donald Trump y Joe Biden se postulan como los únicos candidatos después de las encuestas del “Supermartes” que decidieron el rumbo de las próximas elecciones de noviembre.
Debemos decir que el panorama político se encuentra en un estado fragmentado dado que cada candidato ha presentado plataformas y visiones diferentes sobre cómo abordarán los desafíos de esta gran nación. La disparidad de soluciones que proponen los participantes va desde la economía, el cambio climático, la justicia racial y la política exterior. Hay que reconocer que las propuestas de cada aspirante modificarán el curso del país durante los próximos cuatro años.
En esta carrera donde los candidatos luchan por convencer a la mayor cantidad de delegados posibles, el martes 5 de marzo del 2024 se celebraron las elecciones primarias en 16 estados. Esto significó que del lado republicano 854 de los 2429 delegados estuvieron en juego, mientras que para los demócratas la apuesta subió con la disputa de 1420 delegados.
Trump y Biden, decantaron la balanza de su lado, y se quedan como los únicos representantes de sus partidos para definir las elecciones de noviembre. Se esperaba que con el “Supermartes” algunas cosas pudieran agitarse, y los candidatos favoritos pudieran ver sus posiciones comprometidas, pero no fue así.
Estas elecciones tuvieron un impacto crucial en el panorama electoral. En donde han dejado claro quiénes serán los candidatos para asumir la presidencia por parte de los partidos demócrata y republicano. Esta es una nueva etapa en la cual los delegados ya eligieron cuáles son las propuestas y los intereses que van a respaldar, durante los próximos cuatro años, para que sean escuchados por su aspirante en caso de llegar a la presidencia.
El expresidente Donald Trump lidera la contienda de estas elecciones primarias republicanas al asegurar su victoria con 1031 delegados hasta el momento. Es preciso mencionar que para asegurar su nominación oficial deberá alcanzar lo que se considera el número mágico de 1093 delegados. Resultados que esperamos consiga dentro de las siguientes elecciones después del abandono de su rival Nikki Haley.
Este registro no solo representa una cuota numérica, sino que nos hace ver que cuenta con un respaldo significativo por parte de su partido. Una vez haya alcanzado esta meta se le considerará como el presunto nominado en las elecciones generales. Como hemos visto, es un proceso que no solo implica ganar delegados, sino que garantiza el apoyo de cada estado, de sus líderes y sus representantes, quienes confían que el ganador es la persona más apegada a sus intereses.
Con todo esto, no podemos olvidar el trabajo realizado por la ex gobernadora de Carolina del Sur, quien esperaba ser una oposición y una respuesta para aquellos que buscaban una alternativa para Trump. Para el analista, historiador y politólogo Fernando Pedrosa, ella representaba una competencia de peso, con un porcentaje de votación considerable. Que podría haberse hecho un camino hacia la nominación presidencial de su partido.
Después de las elecciones de Washington en donde la excandidata logró su primera victoria, Olivia Pérez Cubas, portavoz de Nikki Haley, destacó que “no le sorprende que los republicanos más cercanos a Washington hayan rechazado a Donal Trump y todo el caos que representa”. Además, señaló con orgullo que la exgobernadora se convirtió en la primera mujer en ganar unas elecciones primarias por parte del Partido Republicano en la historia de Estados Unidos. Es importante considerar que este estado tiene una inclinación demócrata, con solo 23,000 republicanos registrados en la ciudad. Durante las elecciones generales del 2020, Joe Biden ganó el 92% de los votos.
Continuando con lo que sucedió el martes pasado, los medios estadounidenses informaron que el actual presidente ganó en los estados de Arkansas, California, Alabama, Colorado, Maine, Massachusetts, Oklahoma, Utah y Virginia. Solo perdió en Samoa contra Jason Palmer. Por otro lado, Trump obtuvo victorias significativas, asegurando la gran mayoría de delegados asignados en los estados que votaron simultáneamente.
Estas elecciones suelen ser de los factores más importantes de la contienda electoral. Sin embargo, este año se pronosticaba que los dos nominados no tendrían una oposición sustancial que pudiera afectar sus campañas, y este “supermartes” ha sido uno de los menos disputados de la historia. Con estos resultados, las elecciones previstas para el 5 de noviembre nos sugieren un enfrentamiento reñido entre el actual presidente y su predecesor.
Como hemos visto, Biden se presentó como la única opción del partido demócrata, mientras que Trump venía con una ventaja considerable sobre su única competidora. Y tras la victoria de este martes cada uno ha hecho un comunicado para conectar con sus votantes. En el caso de Biden, ha mencionado que “el electorado quiere luchar contra el plan extremo de Donal Trump que quiere hacernos retroceder”. Mientras que Trump, con sus característicos comentarios celebró su victoria calificando a su oponente como “el peor presidente de la historia.”
Biden también salió a hablar de sus logros en materia de empleo y salarios, y apuntó que este seguirá siendo su objetivo, y que dependerá del electorado si sigue por ese camino o no. Además, agregó que: “Trump está centrado en su propia venganza y quiere eliminar libertades fundamentales cómo la capacidad de las mujeres para tomar sus propias decisiones en cuanto a la atención médica”, en referencia al aborto, en Estados Unidos. Solo el tiempo nos dirá si esta estrategia de campaña funcionará para convencer a sus votantes y si el peso de estos logros en materia económica y social es suficiente para volver a la Casa Blanca.
Trump, en cambio, sigue con el juego migratorio que le consiguió la presidencia hace ocho años, en esta ocasión mencionó: “En algunos sentidos somos un país del Tercer Mundo, somos un país del Tercer mundo en nuestras fronteras”. Esto se debe a que en algunos estados como Carolina del Norte es un factor importante que debe ser resuelto cuanto antes. En las últimas encuestas el 43% de los votantes republicanos dijeron que lo que más les preocupa es la inmigración. Sin duda hay votantes que se relacionan con este tipo de propuestas en donde la seguridad fronteriza debe de ser de los temas principales que aborde la agenda presidencial.
En el caso de Biden aunque su campaña ha sido menos combativa al no tener ningún rival de peso dentro de su partido, las encuestas no lo favorecen. El nuevo sondeo efectuado confirma la ventaja de Trump para las elecciones de noviembre. El porcentaje de votantes que desaprueba la administración demócrata se eleva al 47% según las fuentes del “The New York Times”. Es el porcentaje más alto de desaprobación que ha recibido durante toda su gestión.
Lo que nos acerca a la cuestión más importante, de realizarse las elecciones presidenciales en este momento, el 48% de los votantes se inclinaría por el expresidente Trump, mientras que el 43% seguiría a Biden. Sin embargo, hay un 10 % de votantes que aún están indecisos, una cifra nada despreciable al cerrar la contienda. Al realizarse esta encuesta se les solicitó a los participantes que respondieran a la pregunta si creían que el país estaba yendo por el rumbo adecuado, a lo que solo uno de cada cuatro votantes respondió que sí. Esto se debe a que la gran mayoría de ellos no percibe una mejora en la economía, especialmente debido al aumento de la inflación, que en las últimas semanas ha crecido debido al recalentamiento de los precios y en particular al de los alimentos.
Otro factor que obstaculiza el apoyo hacia Biden es su manejo dubitativo en torno a la guerra de Israel y Gaza. Desde que comenzó el conflicto el 7 de octubre del año pasado, la administración de la Casa Blanca ha tomado decisiones que han generado tensiones en su coalición. Sobre todo, después de mostrar desde el principio su intención de apoyar al pueblo israelí y continuar respaldando la asistencia armamentista en su intención por considerarlos un país independiente. Ahora la administración optó por enviar ayuda humanitaria a Gaza mediante aviones, con el fin de abordar la amenaza de la hambruna en esta región.
Estas acciones comenzaron el sábado, cuando una serie de aviones lanzaron raciones de alimento desde el aire para la población de Gaza. Esto lo realizó la Fuerza Aérea estadounidense, solo dos días después de que soldados israelíes dispararan contra la población hambrienta que se reunía en un convoy con ayuda humanitaria. En los registros de ese día murieron 116 personas, lo que generó que los ojos del mundo se detuvieran de nuevo, esto aumentó la presión sobre la administración de Biden para tomar medidas y garantizar la seguridad de los civiles en la región.
Este tipo de acciones pueden resultar confusas para los votantes. Aunque la mayoría de las opiniones sugieren que el público estadounidense tiende a apoyar a Israel en el conflicto bélico, existen sectores dentro de la coalición demócrata, especialmente los jóvenes, quienes no están de acuerdo con este respaldo. Los recientes cálculos políticos sugieren que el gobierno estadounidense debería encontrar un equilibrio entre los diferentes grupos electorales dentro del partido Demócrata.
Sin embargo, el hecho de que las acciones políticas de un país se manejen a partir de conveniencias políticas que favorezcan la apreciación de la campaña puede restar seriedad a los actos. El apoyo o la determinación que se tomen en este tipo de decisiones debería estar más allá de los intereses políticos y centrarse en resolver desde una visión humanitaria. Al apreciar cómo se están desarrollando las cosas estos actos pueden interpretarse como poco naturales al responder a los intereses particulares del presidente. Esto solo puede inclinar la balanza a cualquiera de los lados.
Jim Zogby, presidente del Instituto Árabe Estadounidense, también señala que “la gente está molesta, y que hay que darles la razón de que estén molestos, esto al referirse a los esfuerzos del gobierno de Biden, que para él solo están haciendo “declaraciones torpes y de paños tibios de cómo lamentamos no haber expresado mayor solidaridad y estamos trabajando tras bambalinas. Aunque esto no significa que la resolución del presidente en torno a Gaza sea un factor determinante en las elecciones, si deja una huella en el camino que los votantes considerarán al acudir a las urnas.
Sin duda el candidato demócrata de 81 años está navegando sobre decisiones con cargas políticas y económicas que resultan controvertidas. Cualquier acción que tome durante los meses restantes puede terminar por sentenciar las elecciones. Sobre todo, porque se enfrenta a una oposición significativa en las encuestas entre los votantes menores de 45 años, lo que añade un desafío adicional a su campaña.
Otra de las preocupaciones que surgen en las encuestas para la campaña de Biden tiene que ver con su edad. Para el 73% de los votantes es viejo para ser un presidente eficaz, en contraste con su rival republicano, quien es solo cuatro años menor que Biden, solo un 43% lo considera muy mayor para tomar el puesto. Independientemente de quien asuma el cargo en enero del 2025, será la de mayor edad que jamás haya ocupado el cargo de la presidencia de Estados Unidos.
Este dato es fundamental debido a que la media de la población estadounidense ronda los 38,9 años, según la Oficina del Censo en Estados Unidos. Esta disparidad de edades implica una brecha generacional entre la visión de los jóvenes y la persona que está a cargo de las decisiones importantes del país. Al preguntarle a un residente de Nueva York de 29 años sobre su apreciación de las elecciones, este respondió: “ninguno de los dos es el ideal. No estoy de acuerdo con la mayor parte de la política de Trump, y la edad de Biden es un problema, porque en comparación con Trump, parece un poco más frágil.”
La importancia de la edad no debería ser un problema que descalifique a los candidatos. Lo que realmente interesa a los jóvenes es la falta de acción en temas que les importen y les afecte, especialmente a nivel legislativo, donde esperan que sus preocupaciones sean abordadas de manera significativa.
Zack, un joven de 26 años del Medio Oeste del país se cuestiona: ¿los candidatos tienen exactamente los mismos puntos de vista que mis abuelos? Esto nos recuerda que las problemáticas generacionales pueden ser determinantes para decidir quién será el candidato que se quede con la presidencia.
Por último, me gustaría retomar: ¿qué pasa con el voto de los hispanos? El año pasado se realizaron encuestas para determinar las preocupaciones de este sector y los intereses que necesitaban atender con urgencia. El 50% de la población hispana respondió que se siente presionada por las problemáticas económicas en relación con la subida de precios y el aumento de los costos de vida. A esto hay que sumarle lo que implican los gastos cotidianos como la atención sanitaria que obtuvo un 27% y el precio de la vivienda 25%.
Un dato sobresaliente que ejemplifica esta situación y las inconformidades de los hispanos son que, aunque el 53 % de los votantes considera que Trump a crímenes federales y está bajo sospecha criminal, aun así, mantiene una sólida ventaja sobre su opositor, especialmente en los estados clave. De esta manera, los hispanos otorgan un 46% de sus votos, lo que superaría la cifra recabada por el expresidente Bush en 2004.
Independientemente de cómo se estén gestando las encuestas, es claro que Biden se enfrenta a condiciones adversas. Y aunque su rival sea considerado como un posible criminal, su candidatura no parece tener el eco esperado. Solo podemos esperar cómo se moverá la aguja los próximos meses, sin olvidar que el voto latino puede valorar más la economía, el empleo y la seguridad por encima de cuestiones como los derechos humanos. En medio de estas incertidumbres, solo el tiempo dirá cómo evolucionará la situación y qué factores serán determinantes en la elección del próximo presidente de Estados Unidos.
Bibliografía
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https://www.bbc.com/mundo/articles/c4nvd5eplqxo
https://cnnespanol.cnn.com/2024/03/04/que-es-super-martes-elecciones-eeuu-trax/