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Diálogo en Los Pinos

En forma inusitada y dramática, el Presidente Enrique Peña Nieto abrió las puertas de Los Pinos, a los adoloridos padres de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y a los deudos y familiares de otros jóvenes que fueron heridos o muertos en la trágica noche del 26 de septiembre, en la ciudad de Iguala, Guerrero.

Con el Presidente estaban los altos funcionarios de su Gabinete encargados de los sectores de justicia y seguridad pública y orden político, destacadamente el Secretario de Gobernación, Lic. Miguel Angel Osorio Chong; el Procurador General de la República, Lic. Jesús Murillo Karam, así como el Consejero Político de la Presidencia de la República, Lic. Humberto Castillejos, y el Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Maestro Aurelio Nuño Mayer; por parte de los afligidos padres de los normalistas, estuvieron presentes abogados y consejeros jurídicos.

La reunión en Los Pinos, que se prolongó durante cinco horas, produjo importantes acuerdos entre las dos partes, que dejan abierto un diálogo permanente y una atención continua y clara por parte del Gobierno Federal, para llegar a las últimas consecuencias del caso, hasta encontrar a los normalistas.

El Gobierno aceptó intensificar sus métodos de búsqueda y mejorarlos, independientemente de proseguir las líneas de investigación que surjan a juicio de la propia Procuraduría General de la República.

EL DIALOGO COMO METODO POLITICO

A lo que se ve, el diálogo ha sido adoptado como el método político del actual Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, según se pudo apreciar en el caso planteado por los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y ratificado ahora en el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Es cierto que algunos sectores de la opinión pública nacional quisieran que empezara a verse una política “de mano dura”, o de “contención”, ante los desmanes que diversos grupos radicales han cometido en las principales ciudades del Estado de Guerrero, como son Iguala, Chilpancingo y Acapulco; pero el Gobierno, hasta el momento, ha preferido la aplicación de una política de “tolerancia amplia”, sobre todo para satisfacer a las organizaciones y observadores de diversas instituciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

El Gobierno mexicano, hasta el momento, ha aplicado a plenitud una política de “respeto a los derechos humanos”, a pesar de los costos materiales que ello implica por la destrucción de bienes muebles e inmuebles a manos de bandas de anarquistas y de grupos sin control de la CNTE y una organización regional denominada” CETOEG”.

Esta política de “tolerancia amplia” del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto se explica, de un lado, por un sincero respeto a los Derechos Humanos, y a las leyes y disposiciones nacionales e internacionales que existen sobre esta materia; pero también el Gobierno actúa en este sentido, bajo la presión de los organismos internacionales de derechos humanos tanto de Europa, como de Estados Unidos y otros.

Así por ejemplo, el parlamento de la Unión Europea, ha ejercido presiones sobre México, que han sido respondidas debidamente por nuestra Cancillería, a cargo del licenciado José Antonio Meade; así como más recientemente, las observaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la que también se han dado las explicaciones pertinentes y se ha demostrado el ejercicio del poder público del Gobierno Federal apegado siempre al marco de la ley nacional y del derecho internacional.

PREOCUPACION DEL PAPA FRANCISCO Y DE BARACK OBAMA

A últimas fechas el propio Papa Francisco y el Presidente Barack Obama, de Estados Unidos, expresaron su preocupación por el caso de Iguala y de Ayotzinapa, observaciones que han sido tomadas a bien por el Gobierno mexicano, que ha respondido a esas actuaciones y presiones internacionales mostrando su claro interés por llegar a la solución del caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

LOS FAMILIARES LOS QUIEREN VIVOS DE REGRESO

Como es lógico y a la vez muy dramático, los padres y familiares quieren a sus hijos vivos de regreso y ojalá que eso se logre, aunque todos sabemos que es difícil, pero siempre puede haber un milagro.

“¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos de regreso!” Es el grito; y es un grito donde todo el mundo tiene puesta su esperanza; sin embargo, la realidad de los hechos tiene su propio peso.

Lo importante ahora es que el país vuelva a la calma y que en las pantallas de televisión ya no se vean los incendios de tiendas o palacios municipales y del Gobierno de Guerrero, destruidos por bandas de encapuchados que actúan a sus anchas, ante la pasividad policiaca.

QUE EL ESTADO DE GUERRERO VUELVA A LA CALMA

Ahora, importantes sectores de la opinión pública desean que el Gobierno Federal aplique la ley en los casos de vandalismo que se han visto en el Estado de Guerrero y que esa entidad vuelva a la calma, para bien de los guerrerenses y de la industria turística tan importante que tiene ese Estado, particularmente Acapulco.

Es de esperarse que ya con el nuevo Gobernador, Rogelio Ortega Martínez, y con todo el apoyo económico, político y de seguridad pública que le ha ofrecido ya el Presidente Enrique Peña Nieto, el Estado de Guerrero volverá a la calma.

Como dijo el Rector José Narro Robles: “Iguala está en Guerrero; Ayotzinapa está en Guerrero: es una asunto de Guerrero”.

Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano, Director General de Macroeconomía

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