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Cambio de Gobierno Constitucional: Peña Nieto entrega a López Obrador

Los mexicanos debemos estar orgullosos de haber logrado hoy, 1° de diciembre de 2018, un cambio de Gobierno Constitucional, en un clima de paz social, de orden legal y de respeto a las instituciones.

El cambio se ha dado en el recinto de la Cámara de Diputados en donde se reunió, en pleno, el Congreso de la Unión, es decir, el total de los integrantes de la Cámara y del Senado; este acto, que parecería ordinario, no deja de ser sorprendente en un país tan grande y con tantos problemas como tiene México.

El hecho más importante de la Historia de México en este momento es precisamente ése: la transmisión ordenada, pacífica y constitucional del Poder Ejecutivo de México.

No siempre ha sido así en nuestra historia: después de la Conquista fuimos un virreinato, en el que hubieron 64 virreyes, muchos de los cuales  enfrentaron graves problemas; el movimiento de Independencia fue muy trágico y le costó la vida al Padre Don Miguel Hidalgo y a muchos de sus seguidores, inclusive Don José María Morelos y Pavón; en el período independiente tuvimos diversos mandatarios, desde el primer Presidente, Don Guadalupe Victoria hasta el fugaz Emperador Agustín de Iturbide; luego vinieron presidentes que cubrieron períodos distintos hasta encontrar a otro Emperador, Maximiliano de Habsburgo, quien tuvo un final dramático.

Don Benito Juárez restableció la República y después de Sebastián Lerdo de Tejada asumió Don Porfirio Díaz, quien después de una larga dictadura de más de 30 años abandonó el país en el barco Ipiranga con motivo de la Revolución Mexicana y vivió en París varios años hasta morir, reposando allá sus restos hasta ahora.

La traición a Don Francisco I. Madero, su aprehensión y su ejecución por Victoriano Huerta, dio lugar, por formalidades, a un Presidente de 45 minutos, el señor Pedro José Domingo de la Calzada Manuel María Lascuráin Paredes, para cubrir formalidades de la Constitución vigente entonces, el 19 de febrero de 1913, tras la forzada firma de renuncia del Presidente Madero.

Los exabruptos de la Revolución produjeron la muerte violenta de Emiliano Zapata, de Pancho Villa, de Don Venustiano Carranza, Primer Jefe Constitucionalista y luego, la ejecución del General Álvaro Obregón, quien pretendía reelegirse, en tiempos del Presidente Elías Calles.

Vinieron tres presidentes de períodos cortos de menos de dos años: Emilio Portes Gil, Pascual Orozco y Abelardo L. Rodríguez, para dar paso al General Lázaro Cárdenas del Río, quien amplió el período de 4 a 6 años.

Al General Manuel Ávila Camacho le tocó en suerte declarar la guerra a Alemania, Italia y Japón, las potencias del Eje y sumarse a los aliados encabezados por Estados Unidos e Inglaterra.

De entonces para acá, la sucesión Presidencial ha sido difícil, pero dentro de los marcos legales y pacíficos.

Hoy culmina una etapa de desarrollo económico y social de larga duración, que abarca prácticamente desde el 1 de diciembre de 1934 a la fecha, un período de 84 años de transmisión del poder pacífico y constitucional, que le ha permitido a nuestro país avanzar sin pausas y llegar a constituirse en la 15ª. potencia mundial.

Que la transmisión del poder de Enrique Peña Nieto a Andrés Manuel López Obrador sea para bien de México, deseamos los mexicanos.

 

Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,

Director General de la Revista Macroeconomía

 

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