… Ahora sigue la discusión sobre el petróleo
El país avanza en estos cuatro primeros meses de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto encarrilado sobre las vías del Pacto por México, en el que, el PAN y el PRD apoyan al nuevo mandatario mexicano, lo cual ha venido a dar una gran confianza hacia el interior del país, pero también hacia el exterior.
Incluso los medios de difusión masiva y hasta importantes diarios voceros de la izquierda han dado su anuencia y voto de confianza al nuevo gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, sobre la base de que era urgente un Gran Acuerdo Nacional, una especie de “Pacto de la Moncloa”, que lograron las fuerzas políticas de España a la caída del franquismo, con el propósito de que aquella nación pudiera progresar, ya que se había estancado bajo la dictadura de Francisco Franco.
LOS DE FOX Y CALDERON, GOBIERNOS DE TRANSICION
Y es que, lo que ocurrió con los gobiernos del PAN del 2000 al 2012, fue apenas una transición política en la que comenzaron a predominar los partidos políticos y que nos llevó a lo se denominó una “partidocracia”.
La debilidad de los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón permitió que los partidos políticos se enseñorearan de la vida pública y que, de múltiples maneras, se impusieran a esos dos Presidentes de la República; para demostrar este hecho, bastaría recordar la fea lucha política al interior del PAN por la designación del último candidato, mejor dicho candidata Presidencial, que terminó en un aquelarre, que está llevando a ese partido político no sólo al último lugar electoral, sino que está en riesgo de permanecer disminuido durante muchos años en el futuro, por la falta de eficacia de los gobiernos federales que produjo.
Ante la división y paralización del país que se dió durante los gobiernos del Vicente Fox y Felipe Calderón, la ciudadanía no solamente resolvió devolverle el poder al PRI, sino que las mayorías de los partidos políticos PRD y PAN decidieron darle un voto de confianza a Enrique Peña Nieto, con el fin de relanzar a la nación a una senda de progreso y desarrollo tanto económico como social, educativo y científico.
Unos dicen que los partidos políticos no dejaron avanzar a los gobiernos del PAN; otros dicen que estos que no fueron eficaces; algunos mencionan que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón tuvieron la infraestructura humana necesaria, los cuadros políticos capacitados y con experiencia para sacar adelante al país que al final se les fue de las manos.
Es por ello que la opinión pública nacional y también la opinión política admitieron desde un principio, desde el primer día del nuevo gobierno, un “Pacto por México”, que se está constituyendo, por su forma de funcionar, en un Nuevo Modelo Económico y Social de Desarrollo.
¿Usted podría haber creído hace pocos meses que Jesús Zambrano iba a presidir el Pacto por México para que el gobierno del Peña Nieto pudiera sacar adelante al país, como lo hace ahora?
¿Usted podría haber creído que el presidente de Acción Nacional Gustavo Madero, después de todo lo que dijo por televisión antes, no sólo en la campaña sino después de la campaña electoral podría decir ahora, como lo ha hecho, que “con Peña Nieto México da un paso histórico”, con el Pacto por México y por las reformas estructurales planteadas?
EL MILAGRO POLITICO
Si en los años 50’s y 60’s del siglo pasado se habló del “Milagro Mexicano”, a causa del crecimiento del 6% anual del PIB que se había logrado bajo los regímenes de Adolfo López Mateos y de Gustavo Díaz Ordaz, ahora se hablará del “Milagro Político Mexicano”, ya que ahora los partidos de oposición con excepción del sector de Morena, se han sumado en lo básico a los planteamientos del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Con todo, aunque hay “buena química” entre los dirigentes del PRD y el Presidente Enrique Peña Nieto y entre los dirigentes del PAN y el mismo gobierno, se aproxima lo que se llama en política “un choque de trenes” por la discusión en el asunto petrolero, que es el más delicado de todos y que por ya casi un siglo constituye la “piedra de toque” o “el tabú” máximo de la política mexicana.
En este punto, el gobierno de Enrique Peña Nieto tendrá que ser muy inteligente y cauto, para que no se desbarranque todo lo logrado en las reformas estructurales laboral, educativa y de telecomunicaciones.
“NO DARSE UN TIRO EN EL PIE”
En el tema petrolero el Presidente Enrique Peña Nieto se verá obligado a meditar a profundidad lo que se quiere lograr y lo que se puede, sin olvidar que una de las viejas definiciones dice que “política es el arte de lo posible” (Jesús Reyes Heroles), porque aunque se quiera lograr muchas cosas, tal vez no se pueda.
El análisis de la Reforma Petrolera lo tendrá que hacer a solas el propio Presidente Enrique Peña Nieto, porque él es el único que sabe como quiere que se desarrolle y termine su gobierno y de lo que se haga en esta reforma dependerá ello.
Así, por ejemplo, el Presidente no puede olvidar que el 40% del Presupuesto Federal proviene de toda la industria petrolera nacionalizada y que, si ésta industria de una u otra forma pasara al sector privado, el Gobierno Federal devendría en un gobierno empobrecido y hasta raquítico, con dificultades para sostener a la fuerza pública y a la enorme burocracia nacional, incluidos los maestros, las universidades, los servicios de salud y todos los gastos e inversiones en infraestructura.
Hasta ahora, las reformas estructurales laboral, educativa y de telecomunicaciones han ido como “miel sobre hojuelas”, con algún grado de resistencia, como todos conocemos, sobre todo en la educativa; pero la reforma estructural petrolera será diferente y hay que repensarla, replantearla y adecuarla a la realidad económica y política mexicana, porque el gobierno no puede darse, como se dice “un tiro en el pie”, tratando de lograr algo muy grande y en lugar de eso obtener resultados negativos.
México avanza ahora en el marco político del “Pacto por México”, que debe llevar a nuestro país a nuevos estadios de desarrollo económico y social, en un marco de diálogo entre los diferentes sectores que componen la nación; y ese logro hay que mantenerlo.
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano, Director General de la Revista Macroeconomía