Editorial

Un México en desarrollo con justicia y paz sociales

Al ser México un país multiclasista y multicultural es muy difícil lograr consensos sobre temas particulares; así ha ocurrido con la Reforma Laboral que sólo obtuvo la aprobación mayoritaria en la Cámara de Diputados, por una alianza PRI-PVEM-PAN; fue imposible, como era natural, que la izquierda, aún fraccionada como está, hubiera dado su visto bueno a una Reforma de esta naturaleza.

De ser aprobada por el Senado de la República, como parece lo más seguro, es de esperarse que la Reforma Laboral conduzca a México a un estado de mayor desarrollo económico y de gran competitividad mundial.

Hoy en día, tanto la fuerza laboral como la industria, el comercio y el campo de nuestro país, están incorporados a la globalización y por eso mismo se están tomando medidas modernizadoras que permitan a nuestras fuerzas productivas competir en mejor medida y con las ventajas posibles, con otras naciones.

Nuestro país está obligado a crecer en forma sostenida para darle viabilidad a una gran cantidad de jóvenes que se incorporan a la población económicamente activa; hay que darle viabilidad a una población creciente de niños, jóvenes, maduros y ancianos cada vez más demandantes de educación, salud, habitación y vestido, empleo, cultura, justicia; y para ello se requiere una modernización a fondo y, sobre todo, la vigencia verdadera, real, de lo que se denomina el Estado de Derecho.

La Reforma Laboral que ahora está en proceso de aprobación no consiste más que en un esfuerzo por regular lo que ya existe de hecho en las relaciones laborales de nuestro país, como son el outsourcing y el pago por hora o a destajo; pero también para garantizar los derechos de seguridad social y pensión por retiro, enfermedad o accidente de trabajo.

En la Reforma también se intenta regular el trabajo infantil, que es una infausta práctica en nuestro país y sobre todo en muchos estados agrícolas donde los niños han sido incorporados como peones sin derecho alguno.

Los derechos de las mujeres trabajadoras también son reforzados, para que sea respetada la igualdad en el trabajo.

Intenta ésta Reforma Laboral dar un impulso a la modernización del país; pero también deben cuidarse ahora los derechos laborales tanto industriales, agrícolas como comerciales, para que se aplique el Estado de Derecho y prive en el país la justicia social y la paz social.

La nación mexicana tiene un futuro promisorio  que sólo podrá cumplirse si se respeta a plenitud el Estado de Derecho.

El pueblo mexicano en su conjunto: trabajadores, empleados, burócratas, empresarios, agricultores, comerciantes, tiene derecho a vivir una vida de progreso y desarrollo, en un ambiente pacifico y agradable, donde pueda florecer la cultura, la tecnología y la ciencia; todo ello, en un ambiente de justicia social.

Esta es la nueva etapa que se nos abre y tenemos a la vista, y a la que todos debemos contribuir  con nuestra actitud, con nuestro pensamiento y nuestra conducta.

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