A la memoria de Enrique Ramírez y Ramírez
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de Macroeconomía
Con su voz de trueno, en la Cámara de Diputados de Donceles, señalaba el camino de México. Era un pensador intransigente, intérprete del Materialismo Histórico en nuestro país. Su discusión era de altura; no respondía a los “leperillos vulgares” que siempre se filtran en los partidos políticos de derecha, de izquierda y del centro y que suelen convertir al Congreso en un circo, como ocurre hoy.
Ramírez y Ramírez era un luchador social; había transformado al periódico El Día, que era una cooperativa de trabajadores intelectuales, en un verdadero político, desde donde guerrilleros intelectuales combatían las malas políticas del gobierno y las realidades sociales y económicas que ya eran negativas, aunque menos que ahora, porque las políticas sociales del gobierno atenuaban en algo la miseria de los grupos marginados y las políticas de educación y salud daban acceso a las nuevas clases sociales emergentes a niveles de vida de superación.
Ramírez y Ramírez era marxista-leninista desde su juventud y luchó siempre al lado de la clase trabajadora, de los campesinos y de las bases de empleados de la burocracia; supo combatir y oponerse a las injusticias políticas y sociales de la época, y a la desigualdad económica que permeaba a la estructura social mexicana.
Fue intransigente en su trato con el gobierno y con los plutócratas de entonces, que ya eran ricos, pero no tanto como los de ahora, que alcanzan los primeros lugares mundiales.
Vivió don Enrique Ramírez y Ramírez definitivamente en otro México que no es el de ahora; el viernes 5 de marzo pasado un grupo de amigos y familiares celebraron el 95 Aniversario de su Natalicio, agrupados alrededor de su hija la licenciada Lucía Ramírez Ortiz, celebración que se llevó a la práctica en una pequeña plaza pública de la colonia Portales, que lleva ahora el nombre de Don Enrique Ramírez y Ramírez, cuyo busto en bronce presidió orgullosamente la asamblea de vecinos y ciudadanos libres que acompañaron a Lucía Ramírez Ortiz y a otros familiares de Don Enrique Ramírez y Ramírez.
En esa ocasión dijeron sentidos discursos el licenciado Manuel Jiménez Guzmán, dirigente liberal y el licenciado Humberto Hernández Haddad; también el doctor Raúl Moreno Wonche y Lucía leyó un poema de su padre Enrique Ramírez y Ramírez. Yo dije, a invitación de Lucía, unas breves palabras, que se resumen en este artículo, y terminé mi alocución gritando, como lo hacía Don Enrique Ramírez y Ramírez al finalizar sus preclaros discursos en la Cámara de Diputados de Donceles, en donde lo conocí y reseñé sus intervenciones siendo yo reportero entonces como ahora: “¡Viva México!”.