¡La vida debe continuar!
Por Hugo Salinas Price
Según los datos que anexo al final, procedentes de dos organizaciones dedicadas a elaborar estadísticas y proyecciones, en 2017 murieron en el mundo 58 millones de personas, por diversas causas. Y su proyección es que, en 2020, morirán 60 millones de personas.
Debido al Coronavirus han fallecido 17,507 personas en el mundo, al día de hoy – 24 de marzo, 2020.
En vista de estas cifras, ¿podemos suponer que este virus significa un “apocalipsis” que pone en peligro a toda la humanidad – como tanto se pregona? Y más importante, ¿suena racional que el mundo se paralice por completo para intentar contenerlo?
El pánico que ha desatado el Coronavirus quizá puede comprenderse en su inicio, pero después de reflexionar un momento y observar estos datos, deberíamos ubicarlo en su justa dimensión.
Y es urgente que lo hagamos.
Porque, como van las cosas, parece que no moriremos por Coronavirus, pero sí de hambre.
La decisión que están tomando todos los gobiernos del mundo, de suspender drásticamente toda actividad económica, frenar la marcha normal de la sociedad y mandar a todos los habitantes a sus casas, para evitar contagio, no producirá nada positivo, sino crisis y desesperación para millones de personas, dentro de muy poco tiempo.
Sería bueno recordar que, en México, la inmensa mayoría de la población no vive de un sueldo, de sus ahorros o del gobierno – vive al día. Por lo cual, si la mayoría de la población deja de generar ingresos hoy, simplemente, no tiene qué comer mañana; como tampoco tendrán que comer muchos que hayan podido aguantar el aislamiento pero, al regresar, encuentren cientos de empresas quebradas.
Paralizar toda la actividad económica de tajo, significa hambre. Y, por lo tanto, significa que dentro de muy poco tiempo se desatarán la delincuencia, la rapiña y el caos. Porque resulta que el estómago no sabe esperar.
Urge que recapacitemos. Urge frenar esta locura. No podemos darnos el lujo de rendirnos ante el pánico, con medidas que resultarán peor que la enfermedad.
En efecto, el Coronavirus parece un nuevo tipo de neumonía, muy fuerte, pero al final de cuentas, una neumonía más. Y también es cierto que lamentablemente algunas personas morirán por esta causa, principalmente los más viejos – como demuestran los datos.
Que, por cierto, yo me encuentro en ese grupo – estoy en riesgo. Pero no por eso pretendo que el mundo entero se detenga, a costa de heredar una crisis monumental, a los más jóvenes.
Vamos a cuidar nuestra salud, preparemos al país con más camas de hospital, evitemos los abrazos, si eso ayuda; vamos a quedarnos en casa los abuelos y los niños, si se considera prudente; consigamos algo de medicamentos – se dice que la hidroxicloroquina es efectiva para tratar esa enfermedad. Y pidamos a Dios que nos conceda más tiempo, a los viejos.
Pero más allá de eso, ¡no podemos suicidarnos! Tenemos que comer, y para eso hay que regresar a la actividad normal. ¡La vida debe continuar!
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El Coronavirus en el contexto de la realidad mundial
Fallecimientos mundiales en 2017 – 58,000,000 (estimados)
Causas de fallecimiento (seleccionadas):
Alta presión sanguínea: 10,440,000
Fumar: 7,100,000
Exceso azúcar sanguínea: 6,530,000
Contaminación aérea: 4,900,000
Gordura excesiva: 4,720,000
Alcohol: 2,840,000
Abuso de droga: 585,000
Fallecimientos mundiales en 2020 – 60,200,000 (proyectados)
Casos mundiales de Coronavirus – al 24 de marzo, 2020:
Total de casos mundiales: 402,054
Fallecimientos: 17,507 = 4.35% de los casos
Total de casos en EU: 49,544
Fallecimientos en EU: 622 = 1.2% de los casos
Total de casos en México: 367
Fallecimientos en México: 4 = 1% de los casos
Fuente: www.ourworldindata.org / www.worldometers.info