“Nuestro único partido es México”: General Cienfuegos
Ciudadano Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, don Enrique Peña Nieto.
Señoras y señores integrantes del Gabinete de la República y funcionarios gubernamentales; señor Almirante Secretario de Marina.
Señores Generales y Almirantes en la honrosa situación de retiro.
Muy distinguidos invitados; respetables familias.
Representantes de los medios de comunicación; compañeros de armas.
A todos:
Buenas tardes.
Una vez más, en el marco del aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, llevamos a cabo la Ceremonia de Entrega de Condecoraciones y Ascensos al Personal de las Fuerzas Armadas.
Sin duda, el movimiento social de 1910 es uno de los acontecimientos más trascendentales en la historia de nuestro país. Tuvo su origen en las aspiraciones de igualdad y justicia social, cuyo resultado fue la promulgación de nuestra Constitución Política de 1917.
Es, precisamente, en este periodo revolucionario, que tiene su génesis el actual Ejército Mexicano, surgido para garantizar el orden constitucional y la naciente democracia.
Objetivo que sigue vigente y que está inscrito en las misiones constitucionales y orgánicas de nuestras Fuerzas Armadas.
Tareas ineludibles que requieren de cada marino y soldado disciplina, profesionalismo, entrega y vocación de servicio.
Cualidades indispensables para salir adelante en la carrera castrense, que implica retos, exige sacrificios y absoluta dedicación, pero también otorga alegrías, triunfos y satisfacciones. Las condecoraciones y ascensos son de éstas.
Son acciones propias de nuestras instituciones, que impulsan la superación personal y el eficaz desempeño de sus integrantes.
En el Ejército, Armada y Fuerza Aérea, son un acto de mando, un acto de ley, un acto de Estado.
Por ello, es altamente meritorio que, ante la distinguida presencia de nuestro Comandante Supremo, el ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, en esta ceremonia y en otras más, que simultáneamente se realizan en diferentes regiones del país, se reconozca:
Primero. La actitud profesional de 33 mil 377, entre Generales, Jefes, oficiales y tropa de Ejército y Fuerza Aérea, que han servido con perseverancia y lealtad a la Nación de manera ininterrumpida por más de 10 y hasta 50 años.
Segundo. El esfuerzo de 69 atletas de alto rendimiento, que han destacado en diversas disciplinas deportivas, representando a nuestras instituciones y a nuestro país en competencias nacionales e internacionales.
Y, tercero, el mérito de mil 656 compañeros de armas que, por su adecuada preparación y profesionalismo, ascienden al grado inmediato.
Mujeres y hombres a quienes su constancia y determinación los prepara para crecer en los ámbitos personal, familiar y profesional.
Mujeres y hombres cuyo objetivo es servir mejor al país y ofrecer una mejor calidad de vida a sus familias.
Es justo reiterar que detrás de estos logros, siempre se encuentra el apoyo incondicional de esposas, esposos, hijos, padres y hermanos, fuente de inspiración y principal motor para concretar cada objetivo planteado.
A los hoy reconocidos, les patentizamos nuestras felicitaciones.
A todas las familias presentes y ausentes, también, les expresamos nuestro emocionado reconocimiento.
Compañeros de la Armada, Fuerza Aérea y Ejército, hoy distinguidos:
Los mexicanos que tienen el privilegio de destinar su vida al servicio del país desde las Fuerzas Armadas, también tienen la obligación de prepararse constantemente para servir mejor, como ustedes que hoy son acreedores a estos merecidos logros, que con su buen desempeño se constituyen en ejemplo para sus subordinados, en apoyo e inspiración para sus compañeros en emblema de confianza para sus superiores.
Sin duda, han recorrido el camino de la disciplina, del mando y de la vocación del servicio; algunos también han palpado de cerca la dureza de la lucha contra la delincuencia.
Han tenido que tomar sus propias decisiones y afrontar las consecuencias de las mismas. Han tenido que soportar en algún momento la incomprensión y el señalamiento infundado e injusto, o a propósito tergiversado.
Pero, también, han tenido el reconocimiento de nuestro Comandante Supremo, de nuestros compañeros y, sobre todo, de la sociedad en general.
Los Secretarios de Marina y de la Defensa Nacional nos sentimos satisfechos y orgullosos del trabajo que han realizado ustedes y muchos compañeros más en todo el territorio nacional.
Hoy, las Fuerzas Armadas se mantienen como las instituciones más confiables y apreciadas por los mexicanos, gracias a esa entrega.
Les recordamos que esa confianza es el activo que debemos preservar y acrecentar todos los días, con ejemplo, liderazgo y profesionalismo, con honor y lealtad.
Nuevamente, felicidades, por los merecidos logros que hoy alcanzan.
Señor Presidente:
Quienes formamos parte de las Fuerzas Armadas nos sentimos orgullosos y complacidos de que por sexta ocasión nos acompañe en esta importante ceremonia en el cierre de su mandato.
Le reconocemos su destacada labor como nuestro Comandante Supremo, así como su valentía y determinación para conducir el destino de nuestro país.
En estos últimos seis años, gracias a su aprobación, señor Presidente, nuestras instituciones incrementaron de manera significativa los ascensos en las diversas jerarquías del escalón militar, aspecto que, sin duda, ha redundado en el fortalecimiento de la moral de marinos y soldados, pero, sobre todo, en el bienestar de sus familias.
Como usted lo mencionó el pasado 6 de noviembre, en el Campo Militar Número 1, este sexenio ha sido del desarrollo, fortaleza y engrandecimiento de las Fuerzas Armadas.
Hoy, gracias a su apoyo, México cuenta con Fuerzas Armadas más sólidas, más unidas y más fortalecidas; con un claro concepto del papel que les ha tocado desempeñar ante las exigencias actuales.
Fuerzas Armadas que se han mantenido colaborando de manera subsidiaria con las autoridades y gobiernos en las tareas que éstas realizan para procurar la seguridad y tranquilidad de los mexicanos.
Así ha sido, así es y así seguirá siendo.
De manera personal, señor Presidente, le hago público mi profundo agradecimiento por haberme brindado la oportunidad y confianza para desempeñar el honroso cargo de Secretario de la Defensa Nacional y Alto Mando del Ejército Fuerza Aérea, máxima y legítima aspiración de todos los que ingresamos a la carrera de las armas.
Fue un verdadero honor y privilegio haber servido a México bajo su mando.
Agradecimiento que hago extensivo a los más de 200 mil soldados de tierra y aire, mujeres y hombres que día y noche, los 365 días del año, nos ayudaron a cumplirme a México, e hicieron posible mantener el prestigio militar y la confianza de la ciudadanía.
A las diversas autoridades de los tres niveles de Gobierno y al sector empresarial, que decididamente apoyaron diversos proyectos que benefician a las tropas y sus familias, que benefician a los mexicanos.
Y a la sociedad en general, a los sectores que la conforman, que comprenden y valoren la incesante labor de las Fuerzas Armadas, que hicieron patente su respaldo y confianza a marinos y soldados.
De manera especial al Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz por su amistad, camaradería y entusiasmo para el trabajo conjunto entre nuestras instituciones.
A los mandos superiores navales y a cada integrante de la Armada con quienes compartimos el alto honor de servir a México.
A todos, mi más significativo agradecimiento.
Señoras y señores:
La Revolución Mexicana sentó las bases de un país de leyes y de instituciones; un país con democracia e identidad propia; un país de gente tenaz y trabajadora.
No debemos poner en duda el alcance de nuestras fortalezas como mexicanos.
Recordemos a nuestros héroes que unieron sus ideales a un objetivo común para salir adelante. Valientes mexicanas y mexicanos que actuaron con lealtad y patriotismo, sin engaños, sin egoísmos, sin centralismos.
Tenemos un México que vive profundas transformaciones, donde prevalece la conciencia democrática, la equidad, la no discriminación, la igualdad de oportunidades, la educación y el empleo.
Las Fuerzas Armadas, como lo hemos hecho, seguiremos cumpliendo los mandatos del Comandante Supremo, apegados a lo establecido en la Carta Magna y las leyes que de ella emanan, sin protagonismos, sin pretensiones políticas y sin mayor interés que el bien superior de la Patria.
La lealtad e institucionalidad que encarnan las Fuerzas Armadas no distinguen colores partidistas, reiteramos que nuestro único partido es México.
Somos respetuosos de las decisiones políticas. Decisiones que deben ser tomadas con absoluta responsabilidad y mesura.
Marinos y soldados asumimos la responsabilidad que corresponde a nuestro compromiso institucional con México y con la sociedad.
La Revolución nos dejó como lección que podemos crecer como Nación, desterrando la corrupción, la división y la mentira.
Nos dejó como aprendizaje que debemos seguir el camino de la unidad y de la honradez; el camino de la legalidad y de la justicia; el camino de la tolerancia y de la inclusión.
A 108 años del movimiento revolucionario, reflexionemos sobre nuestro pasado, actuemos con responsabilidad en el presente y forjemos un futuro promisorio para las nuevas generaciones.
Sigamos construyendo juntos un México mejor.
Gracias.