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Un desastre interno y en las relaciones con Estados Unidos y Canadá le heredó Obrador a Sheinbaum

Su política de abrazos y no balazos dejó al país en manos de cárteles criminales, por lo que hoy interviene Trump

Un verdadero desastre interno le heredó López Obrador a Claudia Sheinbaum, con empresas quebradas como Pemex y la CFE, grandes deudas nacionales e internacionales, obras faraónicas sin terminar y un déficit público gigantesco, a lo cual se suma el grave problema internacional con Donald Trump, el próximo Presidente de Estados Unidos y con Canadá, cuyo Primer Ministro, Justin Trudeau piensa que México podría salir del T-MEC.

Con estos graves problemas en  sus manos y mucho más, la recién electa Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se nota inquieta y muy limitada en su acción; encuentra un Congreso de la Unión dividido por sus líderes mayoritarios, miembros de su partido Morena, Adán Augusto López Hernández, del Senado y Ricardo Monreal Avila, de la Cámara de Diputados, y un gobierno y partido oficial en manos de los amigos de López Obrador y de sus familiares, entre ellos sus hijos encabezados por “Andy” López Beltrán, quien se proyecta a sí mismo como sucesor de Sheinbaum y próximo Presidente de México.

Así que Sheinbaum Pardo sólo tiene frente a sí problemas económicos, problemas políticos, problemas internacionales y más problemas, con pocos y muy limitados recursos económicos, esperando sacar dinero de donde haya, especialmente ahora del Infonavit, en donde existe una fortuna de ahorros de los trabajadores, en efectivo, de 2 millones de millones de pesos 400 mil millones de pesos, que la 4T intenta controlar mediante modificaciones constitucionales y legales, para manejar a su discreción.

PELIGROSO CHOQUE DIPLOMATICO CON TRUMP

Y en medio de los graves problemas internos que le dejó López Obrador a Claudia Sheinbaum, porque desfalcó todos los fondos en efectivo para desastres y otras necesidades y pidió prestado tanto al Fondo Monetario Internacional como a otros bancos internacionales, elevando a más de la mitad del PIB la deuda externa mexicana; en medio de todo ello, ahora hereda la derrota en el panel del T-MEC sobre la importación de maíz transgénico, del que México compra a Estados Unidos 18  millones de toneladas anuales para alimentación y para la industria, hecho al que ahora quiere Sheinbaum “darle la vuelta” mediante prohibiciones constitucionales que serán muy difíciles de implementar pero, sobre todo, que causarán daño a la alimentación de ganado y a la producción de insumos industriales que se obtienen de ese maíz.

Así que López Obrador hizo lo que quiso como Presidente de la República, pero los resultados de esos estropicios económicos y de relaciones diplomáticas internacionales los tiene ahora que resolver Claudia Sheinbaum, entre ellos, el combate al crimen organizado que trafica fentanilo por cuyo consumo mueren anualmente 100 mil personas en el País del Norte; de la misma forma se ve obligada ahora, la misma Presidenta mexicana a implementar las costosas medidas para frenar la migración de trabajadores, tanto de México como de otras naciones a los Estados Unidos y, lo que será todavía más costoso y dificultoso, que consistirá en recibir aquí a millones de mexicanos que serán deportados por Trump así como a otros millones de otras nacionalidades, que serán arrojados a México por la frontera por la que entraron.

A todo esto y más se enfrentará la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, como la herencia costosa, desastrosa y negativa que le dejó su antecesor López Obrador.

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