¡Tzu Chi, te damos (cien veces) un millón de gracias!
Los terremotos ocurridos los días 7 y 19 de septiembre nos recordaron lo frágil de la condición humana ante la naturaleza. Como consecuencia de estos eventos, miles perdieron bienes, seres queridos, e incluso cientos la vida. Estos hechos siempre son lamentables, pero abren una ventana para mostrar lo mejor de nuestra sociedad. Así surgieron innumerables ejercicios de generosidad en los sitios afectados, en los centros de acopio, y en casi cualquier lugar hacia donde uno mirara. Es increíble, que a 3 meses de ocurridos estos hechos, muchos de estos héroes, a veces anónimos o casi “invisibles”, siguen poniendo lo mejor de sí en favor de los afectados. Esto se hace aún más significativo cuando el apoyo viene de lugares remotos, tan remotos como Taiwán, Nación en la que se origina la Fundación Tzu Chi (traducido como Alivio Misericordioso).
Durante los días 7 al 14 de diciembre del 2017, el apoyo de Tzu Chi se hizo visible en las 7 Magnas Jornadas de Distribución de Apoyo en: Tláhuac, Xochimilco, Tlaquiltenango, Zacatepec y Jojutla. En éstas se entregaron 4,629 tarjetas de $8,000 pesos, 4,637 de $12,000 y 977 de $16,000. ¡Esto equivale a 108 millones 308 mil pesos! Pero esta cifra, sin contexto, no alcanza a mostrar lo profundo de la ayuda ofrecida. Para comprender mejor, se ofrecen algunos datos igualmente relevantes.
Para identificar quienes requerían este beneficio, y el monto total que se les otorgaría, se llevó a cabo una evaluación extensa y detallada en las áreas en las que decidieron repartir los apoyos, visitando casa por casa. El estudio fue realizado por más de 60 voluntarios de la Fundación provenientes de 12 países. En algunos casos los voluntarios estuvieron por más de 2 meses en nuestro País (pagándose con sus propios recursos viáticos, traslado y hospedaje). También participaron voluntarios locales entrenados por miembros de la Fundación. Fue así como se obtuvo un censo con los daños y se pudo contar con la información necesaria para la entrega de apoyos.
La labor de Tzu Chi fue coordinada por el Director Ejecutivo Global de Voluntarios, Stephen Huang, quien comentó:
“Hoy en día, vivimos en una aldea global y somos una sola familia. Los terremotos ocurren a menudo en Taiwán. Nosotros sufrimos grandes dificultades después del gran terremoto de Septiembre de 1999. Cuando supimos del terremoto aquí en México, nos apresuramos a traer nuestro amor y atención para hacerle saber al pueblo mexicano que no está sólo, y que comprendemos su sentir.”
Tuve el privilegio de colaborar en la Jornada realizada el día 9 de diciembre del 2017 en la Explanada del Centro Deportivo Xochimilco, invitado por Claudio Cruz, compañero del Club Rotario Plateros Centro Histórico. Dentro del Club Rotario hicimos cosas muy significativas en apoyo a las víctimas de los terremotos; más allá de eso, quedé impresionado por el nivel de organización y atención en la Jornada. La Jornada iniciaba a las 9:00 AM, y nos citaron 8:30. Para cuando llegamos, las sillas, carpas, podios, computadoras para el registro, y todo lo necesario ya estaba dispuesto, incluido el dispositivo de Vigilancia donde participaron policías locales y miembros del Ejército. A las 9:00 en punto, quienes recibirían los apoyos empezaron a pasar en medio de porras y canciones organizadas por los voluntarios para que se sintieran bienvenidos. Las autoridades estaban presentes, y tras un breve acto protocolario encabezado por el Delegado de Xochimilco, Avelino Méndez, y el Director General de la Oficina Económica y Cultural de Taiwán, Carlos Liao. También acudieron una serie de invitados distinguidos de la comunidad Taiwanesa. Entre los apoyos, desde luego se destacaba la tarjeta, pero no se puede dejar de lado la atención médica y medicamentos que se ofrecían, así como un sarape y una alcancía. Es increíble que incluso estos dos artículos guardaban una lección para los receptores.
Cuando la gente recibía el sarape, se le explicó que cada uno de éstos se había hecho con entre 70 y 75 botellas de plástico. Puesto que se donaron más de 10,000 sarapes, esto implica que se reciclaron más de 700 mil botellas sólo para estas Jornadas. Esto en sí mismo ya fue positivo, y al entregar el sarape a la gente se le comentaba el daño que causan las botellas al medio ambiente; así que, se les invitaba a evitar su uso.
Pero, probablemente lo mejor de todo lo que recibieron los asistentes, fue la alcancía; o más bien, la historia de ésta. Tzu Chi fue fundado en 1966 por Cheng Yen, una Monja Budista que acudía a un mercado en su pueblo con una alcancía que no era sino un carrizo de bambú. Lo que ahí recolectaba no le servía para subsistir, sino para apoyar las obras que ella consideraba requerían de un apoyo. A su causa se sumaron más tarde 30 amas de casa que diariamente guardaban 50 centavos en alcancías similares, y fue así como se fueron sumando adeptos, hasta ser hoy día más de 10 millones de fieles. A quienes recibieron la alcancía, se les pidió que siguieran el ejemplo de la Madre Fundadora, y que guardaran diariamente algo en ella. Además, se les solicitó que cuando finalmente estuviera llena, le dieran su contenido a quienquiera que consideraran que la requiriera, ya fuera una persona o una fundación. Ahora ellos conocen “el poder” de la alcancía, gracias al apoyo que recibieron cuando tanta falta les hacía. La alcancía siembra en quien la recibe un mensaje muy claro: si tú eres constante, saldrás adelante y podrás ayudar a los demás, como hoy te ayudaron a ti. Por eso me atrevo a decir que este fue el mejor obsequio, pues nada alivia más al caído, que la confianza de que podrá levantarse, salir adelante y ayudar a alguien más.
Por todo esto, no queda sino decir, un millón de gracias a Tzu Chi (para obtener más información de Tzu Chi visite la página www.tzuchi.org.tw/es/).
Maestra Cheng Yen, Madre Fundadora de Tzu Chi (fuente imagen: https://www.thextraordinary.org/cheng-yen)
Por Alejandro Flores Méndez