Trump regresa: ¿Qué Significa para México?

Por Tesi Tafich Romo

Con la próxima toma de posesión de Donald Trump, la tensión mundial ha aumentado ante las posibles repercusiones políticas de su mandato. México, como uno de sus principales países vecinos, sigue de cerca los movimientos del nuevo mandatario, consciente de que las decisiones que tome tendrán un impacto directo en diversas áreas que podrían agudizar y complicar la relación bilateral de ambos países.

Como fuimos testigos, durante la campaña electoral, Trump adoptó posturas controversiales que afectan directamente a México. Entre los temas más relevantes están el comercio, la migración y la lucha contra el narcotráfico y la entrada de fentanilo.

Con el arribo de un nuevo gobierno el 20 de enero, se comenzarán a implementar las nuevas medidas impuestas por Donald Trump. Esto significa, que la regencia de Claudia Sheinbaum deberá tomar las medidas necesarias para poder solventar los desafíos que tiene por delante. La nueva administración mexicana podría estar frente a un panorama complicado, que pondría en riesgo la continuidad de los programas sociales durante este sexenio. A esto se le suman los retos en el sector salud que requieren inversiones y mejoras urgentes.

Por ello, en estos momentos, uno de los retos que deben ser atendidos con mayor prioridad por parte de Sheinbaum es la renegociación del Tratado de Libre Comercio, el cual genera que el 80% de las exportaciones mexicanas esté destinado a llegar a los Estado Unidos. Las decisiones no serán sencillas, pues este acuerdo ha sido parte de la columna vertebral de la economía mexicana por más de dos décadas. Modificarlo, sin pensar en sus consecuencias, podría tener efectos económicos que vulneren las exportaciones mexicanas, el empleo y la inversión extranjera.

Por eso, lo primero que debe de resolverse es la nueva imposición de aranceles que Trump está considerando poner en marcha sobre las exportaciones mexicanas. De acuerdo con diversos analistas, México tiene varias opciones para responder a estas medidas. En un primer acercamiento, observamos que la relación comercial entre ambos países podría verse afectada sobre todo en los sectores clave como la industria automotriz y la agroindustrial, que dependen en gran medida del comercio con Estados Unidos. Esto quiere decir que la amenaza de estos aranceles repercutiría con las exportaciones mexicanas, que en su mayoría están destinadas al mercado estadounidense. Esto podría llevar a una disminución en la demanda de los productos mexicanos, lo que afectaría tanto la producción nacional como el empleo en estas industrias. La incertidumbre generada por estas políticas podría disuadir a los inversionistas extranjeros de crear nuevas industrias en territorio mexicano.

Esta incertidumbre podría obligar a que México tenga que diversificar sus mercados, y buscar nuevas alianzas con socios como la Unión Europea, América Latina o Asia. Es importante recordar que, durante el primer mandato de Trump, implementó políticas proteccionistas que afectaron directamente el sector automotriz en México, al aumentar los aranceles en acero y aluminio, además de amenazar que aumentaría los gravámenes si no se intensificaba el control migratorio en la frontera.

Esto exige que el gobierno mexicano proponga, con anticipación, respuestas claras y efectivas considerando que podría modificarse el Tratado de Libre Comercio. El cual podría ser empleado para endurecer las condiciones y limitar las capacidades de exportación de México. El sector más afectado sería el automotriz, que representa el 28% de las exportaciones mexicanas y da empleo a más de 800,000 personas.

El siguiente aspecto en el que México deberá prestar atención es en el tema de migración. La administración de Trump ha amenazado con deportar a un millón de indocumentados por año, el especialista Raúl Hinojosa, subraya que de cumplirse el impacto económico en México sería devastador. Uno de estos casos sería la repatriación masiva de migrantes, que en su mayoría son trabajadores que envían remesas a sus familias, y esto podría afectar los sectores más dependientes de estos envíos. Es importante recordar que durante su primer mandato, Trump, emprendió una serie de acciones que debilitaron el sistema comercial internacional. En particular, socavó las reglas y las leyes que regía la Organización Mundial de Comercio (OMC). Este organismo era fundamental para garantizar un comercio global más justo y equilibrado, sin embargo, en el 2020, quedó paralizada por el bloqueo estadounidense dejando disputas comerciales sin resolver y reduciendo la capacidad para arbitrar conflictos económicos entres países.

La migración se convierte en otro desafío significativo para el gobierno mexicano. Aunque han logrado reducir en los últimos años el cruce de personas hacia Estados Unidos instaurando controles fronterizos más estrictos, aún no hay una solución concluyente que pueda frenar el flujo migratorio. Lo que ocasiona que se instauren políticas migratorias más intensas y deshumanizadas, considerando que Trump obligaría a México a tomar medidas más severas para controlar la frontera.

Si el gobierno mexicano cede a estas imposiciones tendría que dar la cara frente a organizaciones sociales, defensores de los derechos humanos que consideran que las políticas migratorias vulneran los derechos humanos de los migrantes, especialmente de aquellos que huyen de la violencia en sus países de origen. Esto podría ocasionar que México sea visto como un aliado de políticas que no favorecen la integración ni la seguridad de los derechos de los migrantes. Este desafío no solo se convierte en un tema social o económico, sino que marca implicaciones externas que podrían repercutir con la relación de México y varios organismos internacionales.

Otro de los aspectos que podría generar complicaciones para México son las posibles restricciones comerciales con China. En los últimos años, las importaciones mexicanas provenientes de China han experimentado un crecimiento que representa un poco más del 19% del total de las importaciones nacionales. Además de que una parte de las inversiones extranjeras en México proviene de sectores clave como la manufactura y la tecnología que provienen de las empresas chinas, lo que ha generado que tengan una presencia más abundante en el país.

Este auge entre las relaciones comerciales de México y China ha generado tensiones con Estados Unidos, que percibe a México como un punto de entrada de productos chinos a su mercado. La administración de Trump ha asegurado que México es un trampolín para eludir las restricciones comerciales debido a que mucha de la mercancía entra al territorio americano a través de la frontera.

Estas amenazas por parte de Trump se deben a que, en el 2018, Donald Trump inició una guerra comercial con China, lo que llevó a un aumento de los aranceles sobre los productos chinos. México, se benefició de esta disputa, y les dio un hogar a las empresas chinas que buscaban una alternativa para evitar los elevados aranceles impuestos a sus productos. Es por eso, que en este contexto, México se logró posicionar como una opción atractiva para la reubicación de las cadenas y producción, esto debido a su mano de obra accesible.

Y a medida que nos acercamos al segundo mandato de Trump, las tensiones entre México y Estados Unidos se intensifican con amenazas por parte del nuevo presidente; ha dicho que aumentará los aranceles de los productos mexicanos en territorio estadounidense un 25% desde el primer día de su mandato a menos que México tome medidas más estrictas para frenar la entrada ilegal de migrantes a través de la frontera sur.

La percepción que preocupa a Washington es que México sea una plataforma de transición en donde los productos chinos logren entrar evadiendo las políticas comerciales de Estados Unidos. De continuar con esta dinámica, se podría poner en riesgo la estabilidad del Tratado de Libre Comercio, y la posibilidad de que este acuerdo sea modificado, pondría en aprietos el futuro económico de México, lo que afectaría el comercio con Estados Unidos, quien es uno de sus principales socios comerciales.

Para solventar esta preocupación, la presidenta Claudia Sheinbaum ha adoptado una postura que favorecerá las relaciones con Estados Unidos, implementando medidas que mitiguen las tensiones comerciales. Ha dicho que creará un organismo que regule y evalúe las inversiones extranjeras, con el objetivo de garantizar que las empresas cumplan con los estándares del país y eludan las políticas arancelarias de Estados Unidos. Además, la presidenta, ha mencionado que harán un esfuerzo por sustituir los componentes importados por China y fabricarlos directamente en México. Es una solución para reducir la dependencia que han generado los productos chinos y al mismo tiempo fortalecer la economía nacional. Podemos mencionar que esta iniciativa tiene como principio mejorar la competitividad de las empresas mexicanas, y cumplir con las expectativas comerciales de su vecino del norte.

El siguiente punto de este artículo será analizar cómo se encuentra la relación entre Trump y los migrantes. Tal como lo expresó en toda su campaña del 2024, sus amenazas siguen enfocadas en llevar a cabo deportaciones masivas. Sin embargo, las acciones que planea tomar han escalado, y considera tomar medidas intervencionistas más drásticas. Esto implicaría que el ejército de Estados Unidos sea el encargado de realizar las deportaciones, sin importar el riesgo de las violaciones de los derechos humanos con los migrantes.

Trump ha dicho que no solo se enfocará en aquellos inmigrantes indocumentados, sino en aquellos nacidos en Estados Unidos y que pertenecen a familias con integrantes que tengan una situación migratoria irregular. Esta postura ha tomado fuerza y se han contratado funcionarios con ideas firmemente anti inmigrantes, dispuestos a aplicar políticas represivas en el control de los flujos migratorios.

Un claro ejemplo de la dirección que guiará la política migratoria de Trump es la elección de figuras como la de Kristi Noem; la próxima secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, ella, fue gobernadora de Dakota del Sur y tiene un historial de colaboración con el Gobernador de Texas, Greg Abbott, quienes implementaron programas en contra de los migrantes. Juntos, lideraron la creación de políticas que incluyeran la construcción de barreras en la frontera.

También, se está planeando que la Fundación Heritage con el apoyo de 100 grupos conservadores y ultraconservadores, diseñe las nuevas políticas migratorias del gobierno de Trump. A este proyecto se le ha llamado “Proyecto 2025”, y afectaría a los trabajadores migrantes quienes podrían enfrentarse a un retroceso en sus derechos y garantías; esto significa que las personas sin documentos para vivir y trabajar en Estados Unidos se verán más vulnerables a la explotación laboral. El riesgo de que sean deportados aumentará y podría crear un ambiente de terror. Lo importante en este caso es resaltar que la voz de los migrantes perderá impulso, pues los trabajadores no podrán denunciar con tanta facilidad las injusticias por miedo a ser expulsados del país. En términos de salud, estas normativas impactarían negativamente en su salud física y psicológica.

La especialista Martha Esquivel, a sugerido que las estrategias para apoyar a los migrantes deberían estructurarse de manera regional. Esto quiere decir que la situación que vive cada migrante no es la misma en todos los estados. Por ejemplo, en California las familias migrantes viven una menor persecución por parte del gobierno local en contraste con lo que sucede en Florida o en Texas, donde los gobiernos estatales son más agresivos y poco tolerantes.

Por último, Trump ha mencionado que los cárteles de drogas serán tratados como terroristas. Lo preocupante de esta situación es que durante su gobierno se decidan hacer intervenciones, lo que implica que el ejército estadounidense  tome posesión en territorios latinoamericanos. El argumento de la administración de Trump para realizar estas acciones es que los países afectados cooperen con ellos para frenar y acabar la lucha contra el tráfico de drogas, sobre todo con la entrada de fentanilo que afecta la vida de miles de personas.

Ante el aumento de las muertes por sobredosis de fentanilo, especialmente en estados como California o Texas, la administración de Trump podría ampliar la presión sobre México para que actúe y tome medidas más agresivas para controlarlo. De no hacerlo, Estados Unidos, ha demostrado que estaría dispuesto a imponer sanciones económicas como parte de su estrategia, lo que desestabilizaría aún más las regiones fronterizas y la vida diaria de los habitantes de estas zonas.

Para poder beneficiarse de estos desafíos, México, tendrá que transformarlos en oportunidades, y adoptar posturas proactivas como la formalización de los procesos de comercio exterior, de seguridad y darle orden al flujo migratorio. Además de la necesidad de adaptarse a un nuevo contexto económico, político y social, en el que la diversificación de mercados y alianzas será vital para solventar los efectos adversos. La postura de Trump sobre la migración y el tráfico de drogas, sumado a la presencia de China en la economía mexicana, pone en peligro la estabilidad bilateral de ambos países, y exige respuestas rápidas y estratégicas.

Nos encontramos en un periodo crítico que definirá cuál será la agenda que se deberá seguir, teniendo en cuenta como objetivos el bienestar económico y social de México, pues deberá enfrentar la posible renegociación del Tratado de Libre Comercio, la amenaza de aranceles, la repatriación masiva de migrantes, y la presión sobre el control de la frontera. Es un momento donde debemos tener la cabeza fría y decidir lo que es mejor para los mexicanos.

Bibliografía

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https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2025/01/06/ni-te-ilusiones-mexico-trump-niega-que-le-bajara-dos-rayitas-a-su-plan-de-aranceles/

https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2025/01/06/avizoran-opciones-para-mexico-ante-aranceles-de-trump/