Inesperadamente, el señor Donald Trump ha desarrollado hasta ahora una campaña de odio no sólo contra México y los mexicanos, sino contra los chinos, los islámicos, la gente de color y los periodistas; y eso, ha sido un mal comienzo que se traducirá en un pésimo final.
No solamente porque lo dijo el Presidente Barack Obama (8 de marzo de 2016, en la reunión U.S.-ASEAN, Washington, D.C.), Macroeconomía vaticina que “Trump no será Presidente” de los Estados Unidos de América; ese gran país no se merece un líder así, que lo podría llevar al caos interno y a la confrontación internacional.
Por parte de México lo han confrontado, a Trump, el Presidente Enrique Peña Nieto, quien en su discurso ante la ONU, advirtió de los peligros de un “populismo de derecha”, que sería riesgoso para el mundo (septiembre 28 de 2015, Naciones Unidas, Nueva York).
También los Ex Presidentes mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón, condenaron el racismo que Trump ha manifestado en contra de los trabajadores mexicanos, quienes sin deberla ni temerla han sido víctimas de un lenguaje bajo e indecente, usado por ese señor Precandidato que hasta sus propios correligionarios republicanos repudian, como lo hizo notar en público el ex Candidato Presidencial Willard Mitt Romney.
Tanto es así, que el señor Donald Trump se ha visto envuelto en numerosas acusaciones y escándalos, siendo uno muy notable el que provocó el bullying que le hizo a la propia esposa de su colega Precandidato Republicano a la Presidencia de Estados Unidos Ted Cruz, quien al responder al insulto de haber sido exhibida su mujer en una fotografía impropia en la televisión, en un anuncio pagado por Trump, le dijo: “…es Usted un cobarde!”.
Y Ted Cruz se lo dijo con valor, pero también con odio, porque lo que ha sembrado Trump es eso, y lo continúa propagando por todo el territorio norteamericano.
No tenemos los mexicanos por qué ser condescendientes ni agachar la cabeza frente a los insultos de ese señor Trump quien, por lo demás, no tiene ni razón ni mucho menos respaldo moral, social ni económico, para insultar a los mexicanos trabajadores que se van a Estados Unidos a buscar la vida, “el sueño americano”.
Nada justifica la actitud de Trump ni contra los mexicanos, ni contra los chinos, ni contra nadie; la respuesta contundente y dolorosa la encontrará en el camino, como lo demostró el arresto de su Jefe de Campaña por haber maltratado a una periodista de su propio país y de su propio partido.
El “establishment” del Partido Republicano, o sea los altos dirigentes de ese instituto político que le ha dado a los Estados Unidos numerosísimos Presidentes, encontrará el mecanismo legal para que ni siquiera llegue a ser el Candidato Presidencial, mucho menos el Presidente de los Estados Unidos de América.