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Se inicia el declive sexenal del Presidente Andrés Manuel López Obrador

III Informe Presidencial, en Palacio Nacional, ante 30 personas

Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,

Director General de la Revista Macroeconomía

El pasado 1° de septiembre se inició la segunda mitad del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y con ello la declinación sexenal; de aquí en adelante, lo que interesará a los miembros del Gabinete, a los políticos del partido oficial y de la oposición, al sector privado, a los sindicatos y al resto de los ciudadanos, es quien será el sucesor o sucesora, y a eso estarán atentos.

Los norteamericanos, a una situación parecida, cuando finaliza el Mandato Presidencial le llaman el fenómeno del “pato cojo”, porque el mandatario en turno ya no podrá reelegirse.

En nuestro caso, como la Constitución prohíbe la reelección presidencial aunque el Presidente López Obrador ganara en la consulta de marzo próximo la Revocación, ya no podrá reelegirse para el siguiente sexenio; y lo curioso es que tanto se ha hablado de la Revocación del Mandato, que no se entiende bien si el Presidente Andrés Manuel López Obrador deveras quiere irse y dejar el Mandato, que por lo demás, nadie le ha discutido, pero que todas las mañanas insiste en tener esa votación popular.

La frase más importante del III Informe Presidencial, que la dijo hasta el final en el Recinto “Benito Juárez” del Palacio Nacional, frente a su esposa, la señora Beatriz Gutiérrez Müller, frente al Secretario de la Defensa Luis Crescencio Sandoval; el nuevo Secretario de Gobernación, muy amigo suyo, Adán Augusto López, y los demás miembros de su gabinete, es que puso en duda la terminación de su mandato, cuando dijo “si tengo suerte y la Naturaleza, la Ciencia y el Creador me lo permiten, entregare la Banda Presidencial en septiembre de 2024”.

Y esto lo dijo como parte final del III Informe Oficial Presidencial, lo cual no se le había oído a nadie de los ex Presidentes anteriores desde Madero, Obregón, Calles, Portes Gil, Cárdenas, Ávila Camacho, Alemán, Ruíz Cortines, López Mateos, Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Carlos Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

¿En qué está pensando el Presidente?  ¿Por qué dice eso en su III Informe y además ahora lo repite en la mañanera del día 2; y antes ya lo había dicho también? Eso no es normal y siembra muchas dudas sobre su psicología, sobre todo cuando al mismo tiempo sustituye en la Secretaría de Gobernación a la señora Olga Sánchez Cordero y pone a un amigo suyo, muy amigo, el señor Adán Augusto López, quien según la Constitución sustituiría al Presidente en cualquier falta temporal o definitiva que ocurriera. 

SURGEN DUDAS SOBRE LA CONSTRUCCION DE LA PREGUNTA PARA LA REVOCACION DEL MANDATO

Sin que nadie se lo pidiera o exigiera, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido que en marzo próximo se haga una consulta oficial sobre la “Revocación de su Mandato Presidencial” cosa que solo puede hacerse si tres millones de ciudadanos en plenitud de sus derechos exigen que renuncie por “pérdida de confianza”; y se sabe que ningún partido político ha ideado o exigido, hasta el momento, esa Revocación de Mandato.

El problema planteado ahora para la Cámara de Diputados y el Senado es que el partido oficial Morena no quiere que la pregunta se realice correctamente como está planteada originalmente, en el sentido de si el votante “desea quitarle o revocarle el mandato al Presidente Andrés Manuel López Obrador por falta de confianza”.

Los legisladores morenistas saben que esa pregunta es riesgosa porque los votantes podrían expresar la respuesta más fácil que es “sí”; por lo tanto, los legisladores oficialistas quieren construir una pregunta que diga: “¿quieres que el Presidente Andrés Manuel López Obrador siga en la Presidencia hasta el último día de su mandato en septiembre de 2024?”

De ser así la pregunta, carecería de sentido la “consulta de Revocación de Mandato”, que así establece la Constitución de la República; y simplemente sería una pregunta para la “ratificación del Mandato”, pero ese término no lo establece la Constitución y ni siquiera tendría sentido hacer esa pregunta, ya que el mandato otorgado en las elecciones de 2018 al Presidente Andrés Manuel López Obrador es por 6 años, que terminan en este caso el 30 de septiembre de 2024; y la Constitución no sólo permite que el Presidente termine su periodo sexenal, sino que lo obliga a ello, ya que los puestos de elección popular “no son renunciables”, según la propia Constitución de nuestro país.

Así que, estos tres años últimos del Sexenio del Presidente López Obrador marcan ya el declive de su Administración.

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