Recuerdan la amistad de la Reina Isabel II de Inglaterra con México, los rotarios del Club Plateros Centro Histórico
El Presidente Luis Echeverría Álvarez y su esposa María Esther Zuno de Echeverría invitaron a Isabel II y al Príncipe Felipe a visitar nuestro país en 1975
CONFERENCIA DEL ROTARIO LIC. MAURO JIMENEZ LAZCANO ANTE SU CLUB ROTARIO PLATEROS CENTRO HISTORICO, CON EL TEMA “LA VISITA DE LA REINA ISABEL II DE INGLATERRA A MEXICO DEL 24 DE FEBRERO AL 1 DE MARZO DE 1975”, OFRECIDA EN LA SEDE DEL MISMO, CIUDAD DE MEXICO, 16 DE NOVIEMBRE DE 2022.
Honorable Oscar Domínguez Galván, Presidente del Club Plateros Centro Histórico;
Queridas rotarias;
Queridos rotarios;
Distinguidos invitados;
Señoras y Señores:
Es para mí un gran honor dirigirme a ustedes para recordar unos momentos de la historia de nuestra gran patria, México, en sus relaciones internacionales, en un momento histórico en que algunos de ustedes y este su servidor y amigo pudimos presenciar acontecimientos que enriquecieron nuestra vida nacional y proyectaron a nuestro país como una nación en pleno desarrollo, con objetivos de cooperación internacional pacífica.
Siendo este su servidor y amigo un joven periodista y economista egresado de la Escuela Nacional de Economía de nuestra amada Universidad Nacional Autónoma de México, fui llamado a incorporarme a la campaña electoral del Candidato Luis Echeverría Álvarez y luego fui invitado por el nuevo Presidente de la República a ser miembro de su Gobierno en el cargo de Director General de Difusión y Relaciones Públicas de la Presidencia de la República.
Lo que aquí narraré a ustedes lo viví y presencié en esos tiempos en que México se proyectó al mundo para proponer la paz y el establecimiento de un sistema de cooperación económica internacional más justo que precisamente permitiera mantener el desarrollo de los países más atrasados: “El desarrollo como el nuevo nombre de la paz”, según el pensamiento que el Papa Paulo VI dedicó a nuestro país en la visita que haría el Presidente Luis Echeverría al Vaticano para restablecer las relaciones diplomáticas entre México y el ya constituido Estado Vaticano.
La propuesta de nuestro país a la ONU, fue entonces una Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados que permitiera un desarrollo económico y social más equilibrado para los llamados Países del Tercer Mundo; para tal efecto, el Presidente México Luis Echeverría Álvarez, realizó un viaje tricontinental, que comenzó en Canadá, continuó por Inglaterra, siguió por Bélgica, Francia, y la entonces todavía existente Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y la República Popular China, periplo que duró 25 días del mes de abril de 1973.
Al pisar tierra de Inglaterra, en Manchester, el Presidente de México fue recibido por los integrantes del protocolo británico y conducido al aeropuerto de Heathrow; de ahí el Presidente y su esposa, Doña María Esther Zuno de Echeverría fueron conducidos al Castillo de Windsor, sede de la monarquía inglesa, donde los esperaban la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe de Edimburgo; con ellos estaba el Primer Ministro Edward Heath, y los principales ministros del Gobierno británico.
Era una Visita de Estado, con todo el protocolo inglés; la Reina Isabel II les dio la bienvenida al Presidente y su esposa y comitiva y a continuación de las palabras de la Soberana de Inglaterra, un contingente del Primer Regimiento de la Guardia de Gales presentó las Banderas reales, en tanto que la banda del mismo regimiento tocó el Himno Nacional Mexicano, mientras los cañones disparaban 21 salvas.
El Jefe del Estado Mexicano acompañado del Príncipe Felipe pasó revista a las tropas ahí presentes, al momento que se escuchó la Marcha de Zacatecas; luego, desfilaron contingentes de caballerangos, cadetes y militares.
La Reina y el Duque de Edimburgo ofrecieron una comida al Presidente de México y su esposa y luego el Alcalde de la Villa de Windsor, R.E. Shaw, les dio la bienvenida a los huéspedes, quien expresó: “Recibimos a su Excelencia como Jefe de un país que siempre ha estado al frente de la civilización latinoamericana y que ha hecho su propia y destacada contribución al mundo presente”.
El Presidente contestó: “Mi visita pretende enriquecer la comunicación entre nuestras naciones y su guía natural de cumplimiento es el diálogo”.
Por su parte, el Presidente del Consejo del Condado Real Administrativo de Berkshire, dijo al Mandatario mexicano que “veía en su visita la renovada evidencia de los lazos de amistad entre los dos pueblos”.
A la hora tradicional del té, el Presidente de México y su señora esposa se reunieron con la Reina Madre y, terminando éste, efectuaron un recorrido por el Castillo de Windsor, que fue el lugar de su alojamiento.
Por la noche, la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe ofrecieron a los ilustres visitantes mexicanos un banquete de Estado; la Reina tomó la palabra y al dar la bienvenida dijo: “Nuestros dos países pueden estar separados geográficamente y tener tradiciones culturales muy distintas; sin embargo ambos están igualmente preocupados con los mismos problemas sociales e industriales. Estoy convencida que Usted, señor Presidente, y la señora Echeverría, están sumamente preocupados acerca de estos problemas. Usted debe saber que estamos preparados para colaborar con ustedes, como amigos y socios, en encontrar soluciones a estas dificultades que afligen al mundo de nuestros días”.
El Presidente, en respuesta a la Reina, habló de la paz y la necesidad de la colaboración internacional para lograr el desarrollo de los pueblos con mayor atraso.
Al día siguiente, en el Castillo de Windsor, el Presidente de México y la señora de Echeverría recibieron el saludo del H. Cuerpo Diplomático internacional acreditado en Inglaterra.
A continuación, la señora Echeverría desarrolló actividades para el conocimiento de la educación y la cultura en Inglaterra en tanto que el Presidente visitó al Primer Ministro Edwar Heath, en su residencia de 10th Downing St., donde conversaron una hora sobre los asuntos entre México y el Reino Unido, la forma de aumentar las relaciones económicas, culturales y diplomáticas entre las dos grandes naciones, conversaciones que desarrollaron acompañados ambos de los integrantes de sus respectivos Gabinetes.
En el banquete ofrecido por el Primer Ministro Edwar Heath en su residencia 10th Downing St., dijo un discurso en que felicitó al Mandatario mexicano por los esfuerzos realizados en favor de la paz mundial.
Terminada la comida, el Presidente se dirigió a la Tumba del Soldado Desconocido, en la Abadía de Westminster, donde también se hayan los restos de los Reyes, Príncipes y grandes hombres y mujeres ingleses.
A las puertas de templo, el Obispo Eric Abbot, de la iglesia Anguiclana pronunció una oración en la que expresó: “Nunca hubo un momento más propicio para el viaje de un Jefe de Estado por el mundo, como ahora, cuando Usted inicia un largo recorrido a través de seis países. Sí Usted va a buscar la paz, bendito sea. Ruego a Dios para lo que Usted haga nos acerque un poco más a México, un país que no ha conocido la guerra; porque lo que Usted haga, una más al mundo, para que el sacrificio de este soldado y los que como el murieron, no sea en vano”.
Los integrantes del Gabinete Presidencial de México y los del Gabinete del Primer Ministro Edwar Heath se reunieron cada quien con su contraparte, para tratar asuntos de colaboración entre las dos grandes naciones.
Los grandes hombres de negocios de Inglaterra, encabezados por Leopold de Rothschild, se reunieron con el Presidente de México para acordar nuevas inversiones en nuestro país.
En la segunda noche de su estancia en Londres, el Presidente y su esposa asistieron al Guildhall, sede de ayuntamiento de Londres, a la que asistieron también los Príncipes de Gloucester y el Lord Mayor de la ciudad.
En esa reunión se habló también de las relaciones económicas entre México e Inglaterra.
Durante la visita se realizaron múltiples contrataciones comerciales entre los dos países.
El Jefe del Estado Mexicano fue invitado a visitar el World Trade Center, donde fue recibido por Lord Aldington, Presidente de ese organismo.
El Presidente fue invitado a un recorrido por los muelles y una breve travesía por el Río Támesis, donde observó en la lancha Nore los trabajos que se realizaban para disminuir la contaminación de esa vía fluvial, lográndose un convenio para combatir la contaminación ambiental en México.
El Presidente y su comitiva visitaron el Museo Británico, donde visitó especialmente la sala dedicada a México, donde está el Espejo Negro de Texcatlipoca, y la Máscara de colores del Dios Xipe Totec.
El Presidente y su esposa Doña María Esther Zuno de Echeverría, y su comitiva asistieron a una recepción en el Palacio de Buckingham.
El Presidente de México ofreció, antes de salir de Inglaterra una cena a la Reina Isabel II, al Príncipe Felipe, a la Reina Madre y las princesas Margarita, Alejandra y Ana, y otros miembros de la nobleza inglesa, con manjares de la comida mexicana.
En esa cena, el Presidente Luis Echeverría y su esposa invitaron a la Reina Isabel II de Inglaterra y su esposo el Príncipe Felipe de Edimburgo a visitar nuestro país, invitación que aceptaron y cumplieron en el año de 1975, en visita del 24 de febrero al 1 de marzo.
VISITA DE LA REINA ISABEL II Y SU ESPOSO EL PRINCIPE FELIPE, DUQUE EDIMBURGO, A MEXICO, DEL 24 DE FEBRERO AL 1 DE MARZO D 1975
El lunes 24 de febrero de 1975, la Reina Isabel II de la Gran Bretaña y su esposo el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, llegaron a la Ciudad de México para iniciar una visita oficial de seis días.
Horas antes, los ilustres visitantes habían arribado al Puerto de Cozumel, Quintana Roo, temprano en la mañana, a bordo del Yate Real Britannia, H.M.F.
Cuando el Yate mencionado atracó en el puerto, subieron a bordo el Embajador de Gran Bretaña en México, señor John Galsworhy y su esposa así como el licenciado Juan Pellicer, Director del Ceremonial, de la Cancillería mexicana; el tiempo no estaba bien en la Isla y la Reina y el Príncipe no pudieron apreciar la belleza de las aguas del Caribe mexicano.
El Gobernador de Quintana Roo, Lic. David Gustavo Gutiérrez y las autoridades estatales recibieron a la Reina Isabel II y al Príncipe Felipe en sencilla ceremonia y posteriormente se trasladaron en automóvil hasta el aeropuerto para ser llevados a la Ciudad de México.
Es de hacer notar que el Yate Britannia llegó escoltado por la fragata de guerra tartar de la Real Armada Británica.
Cuando llegaron al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe fueron recibidos por el Presidente de México, Lic. Luis Echeverría Álvarez y su esposa la señora María Esther Zuno de Echeverría.
En el Hangar se habían adaptado tribunas especiales donde cientos de personas les dieron afectuosa bienvenida a los visitantes.
En la plataforma del aeropuerto estaba un cuerpo de cadetes del H. Colegio Militar y un destacamento de guardias presidenciales, a los que la Reina pasó revista acompañada del Presidente de México.
La Banda de Música de Guardias Presidenciales tocaron el Himno Nacional y el Himno Dios Guarde a la Reina; y después, la alegría con la interpretación de La Negra y la Marcha de Zacatecas, que imprimió un ambiente de fiesta a la recepción de la soberana.
Los dos matrimonios salieron de las instalaciones del Hangar Presidencial y subieron a un vehículo descubierto, en el que efectuaron el recorrido hasta Palacio Nacional: recorrieron la Avenida Hangares, el Boulevard Aeropuerto, las avenidas Fray Servando Teresa de Mier y 20 de noviembre hasta desembocar en el Zócalo, en medio de una gigantesca valla formada por cientos de miles de personas.
En la Avenida 20 de noviembre, una verdadera catarata de papel picado cayó sobre la comitiva; en ambas aceras había gente representativa de todos los estratos sociales de la población que llevaba mantas, pancartas y estandartes; era una recepción ensordecedora de matracas y cencerros; los conjuntos orquestales de música moderna y los grupos de mariachis hacían llegar las notas de melodías mexicanas.
CEREMONIA EN EL ZÓCALO
La comitiva llegó frente a Palacio Nacional donde se había dispuesto una tribuna para el Presidente y la Reina Isabel II y sus respectivos cónyuges: la señora María Esther Zuno de Echeverría y el Príncipe Felipe de Edimburgo, así como los representantes de los Poderes Legislativo y Judicial y de los miembros del Gabinete.
El Presidente y la Reina caminaron hasta el centro de la Plaza de la Constitución, donde está el Asta Monumental, en tanto los integrantes del Consejo Consecutivo de la Ciudad de México sostenían el lábaro patrio, que fue izado por el Primer Mandatario, a los acordes del Himno Nacional.
En las tribunas de enfrente 5000 niños poblanos realizaron mosaicos humanos de bienvenida a la Reina Isabel II y al Príncipe Felipe, formando palabras en inglés y en español.
También se armaron en los mosaicos de cartulina de colores efigies de la Reina Isabel II, del Presidente Echeverría y de Héroes de la Independencia Mexicana; se pudieron ver también las figuras de las Palomas de la Paz, símbolo mundial; del Big Ben; del Monumento a la Revolución y de artistas de México e Inglaterra como Charles Chaplin y Cantinflas.
A continuación se realizaron en el Zócalo ejercicios masivos de gimnasia artística.
Fue una recepción verdaderamente calurosa y afectuosa que conmovió a la Reina Isabel II y al Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo.
RECEPCION EN PALACIO NACIONAL
Por la noche, el Presidente Echeverría y su esposa la señora María Esther Zuno de Echeverría ofrecieron una cena a la pareja real británica, Reina Isabel II y al Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, en el patio central del Palacio Nacional.
El color rosa mexicano, de los manteles, daba un toque de alegría y la presentación de los cantantes y conjuntos musicales provenientes de regiones de nuestro país fueron muy apreciados y aplaudidos por los ilustres visitantes.
La Reina Isabel II de Inglaterra llegó cubierta por una capa larga de terciopelo negro, forrada con tisú de lamé dorado, abrochada por un cuellito tieso bordado; un vestido de georgette color verde, el corpiño y el ancho dobladillo abundantemente bordados en oro y verde; lucia una diadema rusa que había sido obsequiada a la Reina Alexandra en 1888, quien la legó, en testamento, a la Reina María, la Reina Madre de la Reina Isabel II de Inglaterra; un collar de tres hileras de diamantes y aretes de gota de diamantes.
La señora Doña María Esther Zuno de Echeverría vestía un traje de Los Altos de Jalisco, color rosa mexicano, ribeteado con encajes azul y blanco y morado en el talle y en la falda y lucia un tocado a base de flores naturales y arracadas.
Antes de la cena hubo intercambio de regalos: del Presidente Echeverría para la Reina, una caja de plata de petatillo y para el Duque de Edimburgo, Príncipe Felipe, un juego de maletas de piel.
De la pareja Real a los esposos Echeverría, obsequiaron un mecano para su hijo Adolfo, el menor y aun niño, un juego completo para escritorio, en piel, una fotografía de la Familia Real, un reloj para la señora Echeverría y un libro intitulado “Castillo de Windsor, Historia de un País”.
ISABEL II AMIGA DE MEXICO
Lo que dejó el encuentro tanto en Inglaterra como en México entre el Presidente Luis Echeverría Álvarez y su esposa Doña María Esther Zuno de Echeverría y la Reina Isabel II y su esposo el Príncipe Felipe Duque de Edimburgo fue una gran amistad y colaboración económica, científica y tecnológica entre las naciones de México y el Reino Unido.
Fue la Reina Isabel II de Inglaterra una gran amiga de México; por ello, le rendimos un gran reconocimiento por su tarea, de 70 años como Soberana; por eso hemos sentido los mexicanos su fallecimiento ocurrido el 8 de septiembre de 2022.