Que hablen los votos el 1 de julio
Ante el nuevo intento que se hace por polarizar al país con motivo de las Elecciones Presidenciales del 1º de julio, el único camino que garantiza la continuación de la vida nacional por el camino de la ley, es que los ciudadanos acudan a las urnas y expresen en ellas su voluntad civil.
Cualquier acción que intentara provocar desorden y caos en el país es condenable, venga de donde venga; el sistema democrático que se ha dado la nación mexicana, siendo imperfecto todavía, es garantía de expresión de las preferencias electorales y, habiendo como hay, sectores minoritarios que quieren hacer prevalecer sus opiniones electorales sobre otros sectores mayoritarios, tienen que acatar las leyes electorales como están escritas, o de otra manera, serán rechazados por amplios sectores nacionales.
Precisamente, la democracia es el sistema político-electoral en el que se dirimen las diferencias entre las ideologías, los partidos políticos y las opiniones ciudadanas, así como las preferencias políticas y filosóficas; y en este caso, cabe recordar que, como se atribuye a Churchill, “la democracia es un sistema político con muchos defectos, pero no se ha inventado todavía uno mejor…”.
Es claro que estudiantes universitarios de las más diversas ideologías y tendencias políticas quieren un cambio del sistema político mexicano, por todos los defectos que tiene; pero eso también lo desean muchos otros ciudadanos, que para ello acudirán a las urnas, a expresar esa voluntad de transformación nacional.
Alentar la “Primavera Mexicana”, es un deseo juvenil comprensible, pero no se debe caer en imitaciones de otras latitudes, como lo que ocurrió en Egipto, donde lo único que lograron las redes sociales, después de tirar a la dictadura de Mubarak, fue la instalación de un régimen militar. ¡Cuidado, jóvenes!
No se puede ignorar que el sistema político mexicano vigente es una democracia, desde luego, imperfecta; pero capaz de perfeccionarse; y en la democracia no queda otro camino que acudir a las urnas, para que ellas hablen.
¡Que hablen los votos el 1º de julio!