Posicionamiento de Mario Delgado Carrillo de MORENA ante el Nuevo Gobierno
– “En una democracia no hay ganadores ni perdedores definitivos: todos ganamos”.
Versión estenográfica de la sesión de Congreso General del sábado 1 de diciembre de 2018, en la que el ciudadano Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, prestó Protesta Constitucional. Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, LXIV Legislatura.
El Diputado Mario Delgado Carrillo: Con su venia, señor presidente. Compañeras y compañeros diputados, senadores. Estimados invitados nacionales y extranjeros, sean ustedes bienvenidos al honorable Congreso de la Unión, la legislatura de la paridad.
Bienvenidos y bienvenidas a nuestro país y a esta ceremonia histórica del nacimiento de una nueva democracia en el mundo.
Es un gran honor para mí poderme dirigir a ustedes a nombre del Movimiento de Regeneración Nacional.
Quiero empezar por hacer un reconocimiento al gobierno saliente, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, por el acuerdo comercial firmado ayer con Estados Unidos y Canadá.
El viento de la esperanza recorre el país entero, esa esperanza que tiene el corazón de todos los mexicanos, que alimenta ese fuego interno, ese coraje, esa convicción de que nuestro país merece un mejor destino en la historia de todas las naciones.
Esa esperanza a la que le bastaron diez horas para consumar una de las gestas más memorables de nuestra patria. El primero de julio presenciamos una movilización cívica sin precedentes en nuestra democracia. A las 156 mil 792 urnas ubicadas en todo el territorio nacional acudieron más de 56 millones y medio de mexicanos y mexicanas para enfrentar, con boleta en mano, su destino.
Dos segundos nos tomó cruzar la boleta, dos segundos para crear en ese instante, ese momento estelar de valentía y dignidad que marcará el rumbo del país para siempre: la revolución pacífica de las urnas.
Hoy honramos también el legado de lucha de nuestros ancestros, a todos los mártires, a las víctimas, a quienes han dado su vida por forjar nuestra patria. Llevamos en nuestra sangre su voluntad indómita, esa que nos ha unido a lo largo de la historia para nacer como país independiente de la mano de Hidalgo y Morelos, para transformarnos en la reforma con Juárez, para ser una revolución por el sufragio efectivo con Madero y ahora para llevar a cabo esta cuarta transformación bajo el liderazgo de un hombre que le bastó ser decente para ser revolucionario: Andrés Manuel López Obrador.
Eso es lo que hoy nos trae aquí, es el triunfo de la gente, es tu victoria, es la de todos. Por eso esta ceremonia representa más que la transmisión de Poderes, es el fin de un régimen autoritario, corrupto e injusto, y el nacimiento de una nueva democracia. Es la inauguración del gobierno del pueblo y para el pueblo.
Celebremos todos, porque todos ganamos. Nos hemos demostrado que podemos dirimir nuestras diferencias de manera pacífica. En una democracia no hay ganadores ni perdedores definitivos. Nos necesitamos todos porque la única manera de enfrentar responsablemente los enormes retos del país es que lo hagamos juntos y de la mano de los ciudadanos.
Los desastres de gobiernos anteriores no tienen por qué ser el fracaso de la nación. El hambre y el frío de un niño en la Tarahumara es resultado de una política ineficaz y clientelar. El miedo de las mujeres a salir a las calles para ir al trabajo es la claudicación de la justicia.
La espera de los enfermos por hospitales inconclusos o por medicinas que no llegan es la cara más dura de una corrupción que mata. La angustia del desempleado, del trabajador al que cada vez le alcanza para menos. Es el fracaso de un modelo económico que excluye y empobrece a la mayoría. El dolor de las madres que desgarran sus manos en la tierra de las fosas clandestinas, es la mayor de las injusticias y el aciago triunfo de la impunidad. A pesar de tanta oscuridad nos hemos descubierto abrazados unos a otros para evitar que se nos diluyan nuestros sueños entre las manos.
La cuarta transformación es la victoria de una voluntad transformadora para recuperar el desarrollo nacional, consolidar una República democrática, ampliar la participación social, lograr la justicia y abolir los privilegios.
Que los adultos mayores tengan garantizada la dignidad en su vejez. Que los niños y niñas estén sanos, asistan a aulas dignas y los guíen maestros comprometidos. Que todos los jóvenes tengan un lugar en las escuelas, becas para seguir estudiando y encuentren puertas abiertas a oportunidades productivas.
Que los campesinos tengan créditos y garantías para ver germinar su tierra marchita. Que las mujeres sean respetadas, empoderadas y la igualdad sea la norma. Que termine el olvido de los pueblos originarios y les regresemos su dignidad. Que la justicia destierre a la impunidad, la fraternidad al individualismo salvaje y que por el bien de todos siempre primero los pobres.
Necesitamos un nuevo espíritu en el servicio público, donde se tenga claro que la satisfacción de servir a los demás no tiene precio y se renuncie a los privilegios, donde la austeridad republicana sea la regla de una administración sin despilfarro, que cuide y transparente cada peso de los contribuyentes. El Estado de derecho no puede seguir siendo un estado de excepción, ni el poder público una fuente de abuso e impunidad protegida por fueros.
En la cuarta transformación el gobierno manda obedeciendo al pueblo, que participa de manera permanente bajo reglas claras en las decisiones más importantes de la nación. Es tiempo de poner fin a la guerra que nos ha convertido en un país de muertos y apostarle con toda nuestra fuerza y talento a la construcción de la paz.
Nos toca ser audaces para dotar constitucional y materialmente al país de una organización policial moderna que permite regresar las armas de la guerra a los cuarteles. Una institución diseñada con una misión clara, una mística cívica y una preparación permanente en el auxilio a la comunidad y el respeto a los derechos humanos. La apuesta por la paz nos obliga a nunca olvidar que este es fruto de la justicia y el bienestar.
Tenemos un presidente con la mayor convicción democrática en los últimos años. El único que pide la eliminación del fuero después de haber sido injustamente desaforado. El único que después de haber sufrido el fraude electoral funda un movimiento, un partido para luchar por la Presidencia bajo las reglas de la democracia.
La separación del poder político del poder económico a unos cuantos les genera incertidumbre, pero es la resistencia de los ganadores de siempre a enfrentar nuevas reglas del juego alejadas de la corrupción y el compadrazgo.
Una economía sin corrupción representa un atractivo mayor para las inversiones, incentiva la innovación y la incorporación de nuevos jugadores en competencia. Una democracia participativa con economía de libre mercado es el mejor diseño institucional posible para las inversiones de largo aliento.
El Presupuesto de Egresos de 2019 lo prepara el equipo económico bajo los mismos principios que utilizó el presidente López Obrado cuando gobernó esta Ciudad. Austeridad, bajo endeudamiento, no aumento de impuestos y no gastar lo que no se tiene.
Un gobierno austero y eficaz, mayor inversión en la gente y en infraestructura, un Estado de derecho pelo y un país en paz y sin corrupción, es la fórmula del gobierno entrante que se inaugura para el desarrollo económico. Y de eso se trata la curta transformación, de aumentar el bienestar de todos y atrevernos a alcanzar la felicidad.
Lo quiero decir muy claramente. El gobierno no puede solo. Necesitamos mantener la esperanza en acción, la gente que vigila, que acompaña, que decide, que se organiza, que forma redes y se comunica, que multiplica los momentos que se vuelven estelares hasta que nos convirtamos en una verdadera democracia participativa. Para lograr el cambio verdadero debemos estar todos juntos todos los días en la lucha por hacer patria.
El mandato de las urnas nos incluye a todos, por eso me dirijo a ustedes, compañeras y compañeros de otras fracciones, con humildad y mirándolos a los ojos. Vamos a escucharnos, especialmente donde no coincidamos para construir juntos en la diferencia.
Honremos el nombre de la patria que nos heredaron nuestros padres…
El presidente diputado Porfirio Muñoz Ledo: Señor diputado, por favor.
El diputado Mario Delgado Carrillo: …fundadores: Estados Unidos Mexicanos. Celebremos el triunfo de los ciudadanos que lograron lo impensable.
El presidente diputado Porfirio Muñoz Ledo: Por favor, diputado.
El diputado Mario Delgado Carrillo: Alcancemos lo imposible. No renunciemos nunca a la esperanza que nos sostiene. Es un honor estar con Obrador.
El presidente diputado Porfirio Muñoz Ledo: Señor diputado, su tiempo ha concluido.
El diputado Mario Delgado Carrillo: Termino. Es el tiempo del cambio verdadero, es la hora de la democracia auténtica. No mentir, no robar, no traicionar. No les vamos a fallar. Que vivan los ciudadanos del primero de julio, que viva la cuarta transformación nacional y que viva, que viva, que viva México.
El presidente diputado Porfirio Muñoz Ledo: Les ruego a las ciudadanas diputadas.