México, un pueblo indignado
México es actualmente un pueblo indignado porque ve con impotencia que sus gobernantes quieren vender al extranjero el petróleo que es un patrimonio nacional y que representa la última gran riqueza disponible para lograr su desarrollo económico libre y con equidad.
Dejar que el gobierno impunemente entregue el petróleo, la renta petrolera y las multinacionales petroleras y a los pocos súper ricos mexicanos que ya se frotan las manos junto con los altos burócratas que estarán en el negocio, será una de las grandes derrotas históricas de la nación. Por eso no se debe permitir.
Es cierto que el PAN, ante su pequeñez electoral ha decidido aliarse con el PRI en su Cogobierno deleznable, que a los dos partidos debiera avergonzar; pero también es cierto que en el PRI todavía quedan sectores nacionalistas y patrióticos que deberían oponerse a este latrocinio que se fragua en el Senado y en la Cámara de Diputados.
El pueblo mexicano está indignado, porque sus gobernantes ni lo ven ni lo oyen, sino que han adoptado un gran cinismo con el que se pasan las opiniones de los grandes magistrados, juristas y maestros universitarios “por el Arco del Triunfo”, y ahora dicen que los millón y medio o dos millones de ciudadanos que votaron el domingo en medio país “son muy pocos, ignorantes y no representan nada”.
Los senadores del PAN, encabezados por el malamente nieto del patriota Francisco I. Madero, que ahora deberá estar volteándose en la tumba de indignación por lo que hace su descendiente, han puesto oídos sordos a los argumentos vertidos en el propio Debate organizado por el Senado y no les importa lo que dijeron ante ellos mismos el ex Ministro de la Corte Juventino Castro y Castro, el ex Procurador General Sergio García Ramírez; el Maestro Universitario Emérito y altísimo jurista Raúl Carrancá y Rivas; y ni nadie; todos ellos demostraron palmariamente la inconstitucionalidad de las Iniciativas de Calderón; y los economistas como Carlos Tello, David Ibarra y otros, como Francisco Rojas, todos ellos ex secretarios de Estados o ex Directores de Pemex, demostraron los daños económicos y la lesión de intereses nacionales que sufriría el pueblo y Pemex si se aprobaran esas iniciativas de Calderón; pero no les hicieron caso, se taparon las orejas.
¿Cuándo dijo Calderón en campaña electoral que vendería el petróleo a las transnacionales? Si así lo hubiera hecho entonces, la población habría pensado de él de otra manera. ¿Por qué ocultó sus intenciones como Candidato?
Es necesario ratificarle al licenciado Felipe Calderón que el petróleo mexicano no se debe entregar al extranjero ni a los particulares mexicanos; que no puede pasar encima de la Constitución de la Historia de México y de la voluntad popular.
Se quieren borrar los estropicios que han hecho los gobiernos de Fox y el actual con los excedentes petroleros que suman miles de millones de dólares y sobre los cuales no hay un informe congruente y serio a la nación.
El petróleo es la última gran riqueza del pueblo mexicano; representa miles de millones de dólares y con ello la posibilidad de ser un país desarrollado e independiente.
Desoír al pueblo mexicano, a sus jurisconsultos más preclaros y patriotas y a los técnicos y maestros universitarios, será el peor error de Calderón y marcará el fin de una etapa independiente de México, para sumirnos en la condición de una colonia petrolera y un pueblo más explotado y despojado de sus riquezas.