México seguirá en un “túnel económico”, si no se aplican políticas adecuadas
Investigadores de la UNAM, advirtieron que el escenario económico para México no es catastrófico, pues el país “no se hundirá”, pero se encuentra en un “túnel oscuro en el que podrá seguir en un largo plazo” si no se aplican políticas en la materia que permitan el crecimiento.
Los especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), presentaron las perspectivas de la economía mexicana para el cierre de este año. Pronosticaron que, en un escenario inercial con la estrategia actual, la nación alcanzará un crecimiento en 2008 del 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en tanto en 2009 –por ser electoral–, es probable que no decaiga y sea del mismo porcentaje, muy lejos del potencial del país.
En conferencia de prensa, el director del IIEc, Jorge Basave, señaló que a diferencia del resto del mundo, los grandes grupos empresariales que exportan de México al extranjero no reinvierten sus capitales en el país y, con ello, se revierten las posibilidades de exportación y entrada de divisas.
La sobrevaluación del peso, subrayó, ha tenido un efecto importante para la adquisición de empresas en el extranjero por los mayores grupos nacionales; su exitosa expansión, desde los años 90, ha facilitado esta sobrevaluación del peso y con una presión para que se conserve esta política. Sin embargo, esta condición no facilita que las pequeñas y medianas industrias sean competitivas.
Por su parte, el investigador José Luis Calva Téllez, destacó que la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), publicó un estudio donde se detalla el incremento de la pobreza bajo el gobierno actual.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), argumentó, precisa que si no fuera compensado por un alza equivalente del poder adquisitivo, el incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos aumentaría en 15 millones el número de pobres extremos en América Latina, de los que tres millones estarían en México.
Por este motivo, resaltó la necesidad de “ver más allá del corto plazo” para modificar la estrategia de desarrollo y recuperar los prospectos de crecimiento económico.
Con una gestión pragmática de la economía, México puede crecer a una tasa mayor al seis por ciento anual. Incluso, dijo, el Banco Mundial reconoce que este país puede mejorar las tasas asiáticas, es decir, del siete u ocho por ciento anual; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha pronosticado que el avance puede ser del ocho por ciento.
En los últimos 25 años de aplicación de la estrategia neoliberal, la tasa media de crecimiento anual ha sido de 2.5 por ciento. De 1994 a la fecha, ha sido del tres por ciento anual, añadió
El investigador del Departamento de Análisis Macroeconómicos Prospectivos y de Coyuntura del IIEc, César Salazar, indicó que en un escenario inercial, habrá un saldo deficitario en cuenta corriente superior a los 10 mil millones de dólares este año y de 14 mil millones de dólares para 2009; éste y el siguiente año, sólo se crearán 350 mil plazas registradas en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
En el mismo comparativo, dijo que en un contexto inercial los precios se elevarán 5.6 por ciento este año y 4.5 el siguiente.
A su vez, la académica Mildred Espíndola, se refirió a la política fiscal. Dijo que mientras en Estados Unidos el crecimiento en el déficit aumenta por el gasto y la menor recaudación, en México el objetivo es un balance fiscal cero a costa de una estrategia que impide el crecimiento.
La reforma al Impuesto sobre la Renta (ISR), sobre sueldos y salarios, lejos de ser neutral, representa una merma a los ingresos de las clases trabajadoras con sueldos más bajos, quienes destinan la mayor parte de sus percepciones al consumo de bienes básicos, lo que sumado al incremento de los precios en los alimentos a nivel internacional, provoca que se reduzca más la demanda agregada
A ello, recalcó, se suma que la disminución de los ingresos no puede ser compensada con el incremento del cuatro por ciento al salario. Añadió que la ley profundiza más los desequilibrios de la economía del país ante una desaceleración, porque afecta a los estratos sociales con las percepciones más bajas, que representan el 72.48 por ciento de los contribuyentes que ganan entre uno y hasta cinco salarios mínimos.
La modificación del ISR, expuso, es “dramáticamente regresiva”, porque el incremento de la recaudación en trabajadores de menores ingresos es trágico, y, en cambio, a los de mayores percepciones no se les amplía la carga tributaria. Otra muestra de desequilibrio, dijo, es que el cobro de ISR decrece de los salarios más bajos a los mayores.
En cuanto al Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), manifestó que grava los ingresos percibidos. Antes, la tasa del impuesto al activo era de 1.25 y ahora es de 1.65. Así, alertó, el IETU tiene un carácter altamente regresivo, pues cada vez capta una menor proporción del ingreso a medida que éste se incrementa.