Malas noticias para los interesados en los precios del oro y de la plata
La Confusión al público es el objetivo en el mercado de metales preciosos
Por Hugo Salinas Price
Presidente de la Asociación Cívica Pro-Plata, A.C.
Fuente: http://www.plata.com.mx/esES/Mas/603?idioma=1
La mala noticia es que no existen precios verdaderos del oro y de la plata accesibles en el mundo del hoy.
Es inútil seguir las recomendaciones de inversión que hoy se ofrecen, de buena fé, por individuos como Peter Schiff.
Los precios que presentan los Medios en nuestro mundo los determinan un pequeño grupo de individuos en Londres y Nueva York; este grupo decide cada día cuáles serán los precios de estos metales.
Una sección del sitio de Internet de Kitco.com se dedica a comentarios acerca de los mercados de los metales preciosos, y quizá sea divertido leer esos comentarios; pero, por otra parte, son totalmente inútiles. Algunos días, se permite que suban los precios de los metales preciosos, y los inversionistas se alegran. Pero en seguida viene un colapso, y los inversionistas que compraron metales preciosos hace unas horas ahora registran pérdidas.
Luego, en otros días, caen los precios de los metales preciosos y los inversionistas se precipitan a vender sus tenencias, para evitar mayores pérdidas: de pronto, el precio da la vuelta y comienza a subir – pero los inversionistas ya liquidaron toda o parte de sus tenencias de metales preciosos, y no pueden aprovechar el alza en su valor.
El verdadero propósito de los mercados de los metales preciosos, hoy en día, es: CONFUNDIR AL PÚBLICO.
Este objetivo, la CONFUSIÓN COMO META, por medio de la difusión de información ficticia sobre precios de los metales preciosos – el ORO y la PLATA – ha hecho posible que se prolongue la vida del Dólar Americano como la moneda No. 1 del Mundo de Hoy.
Existe una forma – y SÓLAMENTE UNA FORMA – de registrar ganancias en los mercados de los metales preciosos: comprar, al precio que sea, cuando quieras comprar, y ESPERAR.
Puede ser que te mueras antes de que suban los precios del oro o de la plata. Por otra parte, si todavía respiras, y el dólar ha fallecido y ya fue a dar al Inferno, lo que podrás adquirir con una onza de oro será una magnífica sorpresa, fruto de una vida de paciencia.