Luego de imprecaciones a “sus adversarios”, el Presidente dijo: “¡Vámonos a desayunar!”
Llenó el Salón Tesorería con sus carcajadas y contó cuando era del PRI
El Presidente de la República, Lic. Andrés Manuel López Obrador, llenó hoy, 23 de enero de 2024, con sus carcajadas el Salón Tesorería de Palacio Nacional y contó cuando era del PRI, empleado del Gobierno de Tabasco, que encabezaba el Ing. Leandro Rovirosa Wade.
Antes, el Mandatario había soltado una serie de imprecaciones contra “sus adversarios”, con motivo de las críticas que ha recibido por presionar a los medios de comunicación social, particularmente, por el despido del Grupo Milenio de la periodista Azucena Uresti.
“¿Cómo creen ustedes que le voy a hablar al dueño del Milenio para que corriera a esta señora Azucena…?”.
Los periodistas que asisten al Salón Tesorería le habían mencionado que en las redes sociales y en los periódicos de circulación nacional, así como en los programas de radio y televisión, se están denunciando las presiones que realiza el propio Presidente para que los dueños acallen a las voces críticas.
RELATÓ UNA ANECDOTA DE CUANDO ERA DEL PRI
El Presidente López Obrador aprovechó entonces para contar una larga anécdota de cuando era del PRI, en el Gobierno del Tabasco, cuando el Gobernador era el Ing. Leandro Rovirosa Wade, “a quien respeto y guardo muy buenos recuerdos de él, ahora ya fallecido”.
Relató que entonces él mismo era jovencito, de veintitantos años de edad, “y que ya desde entonces todos los periodistas de Tabasco y Villahermosa, la capital, me atacaban, que estaba la ciudad tapizada con las críticas contra mi persona y mi retrato”, “y que entonces el periódico principal de Villahermosa sacó algo contra mí, y me llamó por teléfono el Gobernador Rovirosa; me puse el periódico en la bolsa y fui a ver al Gobernador, esperando me corriera; pero no fue así me dijo que no le hiciera caso a los periódicos porque atacan a todos los políticos, incluyéndolo a él en aquel tiempo”.
El propio Presidente al ver aburridos a los periodistas con esas anécdotas echó una carcajada estentórea y gritó: “¡Vámonos a desayunar!”.