Por Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx
Tratando de que los tiempos legales del proceso de la sucesión presidencial, no lo atropellen, el líder y dueño de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado, sigue dándole largas a la definición del personaje que su partido habrá de postular como su candidato presidencial. Y es que, con todo y la sobrevaloración que hace el senador del posicionamiento político de su partido y sus posibilidades competitivas en esta carrera presidencial, sus mejores fichas tienen muy clara la realidad política-electoral de MC, cuál es su papel en este proceso y qué les puede aportar para su proyecto político personal.
Por lo pronto, dos de sus cuatro cartas para la carrera presidencial, decidieron no participar. El presidente municipal de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, en una inteligente y madura decisión, y el actual gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, cuyo desempeño en el cargo, ha dejado mucho que desear. Los otros dos personajes, Marcelo Ebrard y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, tienen su propio juego, con la complicidad de MC.
Dante Delgado, ha sido sigiloso en cuanto a su estrategia para la participación de su partido en este proceso electoral. A diferencia de los otros contendientes, las coaliciones Juntos Hacemos Historia y Frente Amplio por México, a MC le ha resultado conveniente respetar las etapas y los tiempos que fija la ley electoral.
El acelere y anticipación con que llevan a cabo estas alianzas, al menos la oficialista, la definición de sus candidaturas a los diferentes cargos de elección popular, permite a MC esperar pacientemente para reclutar, con tiempo, aspirantes frustrados, políticos decepcionados de sus partidos, que esa institución podría postular como candidatos con posibilidades exitosas. No en balde, los propios estatutos emecistas señalan que el 50 por ciento de sus candidaturas son para aspirantes externos. Así lograron convertirse en gobierno, en Nuevo León y en Jalisco, sumándose a la causa de aspirantes sin partido, pero competitivos.
Recientemente, el senador Delgado declaró que sus gallos para la final presidencial podrían ser el gobernador neoleonés, Samuel García, como candidato propio y el ex canciller Marcelo Ebrard, como candidato externo. Por lo pronto, y respondiendo a una jugada más personal que del partido, el todavía gobernador de Nuevo León solicitó y obtuvo, en una accidentada sesión del congreso local, licencia para abandonar su cargo durante seis meses, válida a partir del 2 de diciembre, con la finalidad de participar en la presidencial.
Llama la atención que este joven político, que fue un duro crítico de su antecesor, Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, por haber abandonado su cargo para irse a una aventura política, la carrera presidencial, sin la menor posibilidad de éxito, y que, además afirmara cuando asumió la gubernatura, que él si permanecería en el cargo los seis años, ahora haya caído en la misma tentación, repitiendo la historia, a solo dos años de haber tomado posesión. En este contexto, cabe la sospecha que, más que aspirar a la silla presidencial, para la que no se le ve posibilidad alguna, pareciera estarse prestando a un juego perverso en beneficio de la 4T, y quedar bien con el huésped de Palacio.
Por su parte, Marcelo Ebrard, de vacaciones por Europa, tendrá que regresar ya y desvelar su juego, cada vez más complejo y misterioso, pues la candidatura presidencial del MC, ya casi tiene dueño, tras la licencia otorgada al gobernador Samuel García. Aunque, claro está, todavía hay un mes de distancia para hacerla efectiva y, mientras, todo puede suceder.
Sin mayores elementos, ante la ausencia de información del ex canciller, podríamos especular sobre las posibilidades de este personaje en el proceso de la sucesión presidencial. Está claro que no existe la menor intención, por parte de Morena, de atender la impugnación presentada en contra del proceso de elección de la candidata Clara Sheinbaum. Los cuestionamientos y duras críticas de Marcelo en contra de este proceso, le habrán cerrado, prácticamente, las puertas para incorporarse al equipo de la candidata morenista.
Sin embargo, el trato suave que le han dado los de Morena, podría suponer algún acuerdo en lo oscurito, que le permita sobrevivir, quizá, fuera del país. No se le ven mayores posibilidades en el Frente opositor, ni intenciones de sumarse. Lo que significaría un rompimiento con Palacio Nacional de pronóstico reservado. Todavía le queda la posibilidad de aportar servicios a la 4T, si decide incorporarse a MC. EL ideal, como candidato presidencial, en lugar del gobernador neoleonés. Su postulación le vendría como anillo al dedo a Morena, por los votos que le restaría al Frente Amplio por México.
En este contexto, Dante Delgado juega el papel de gran malabarista, con el reconocimiento, apreciación y agradecimiento de la Cuarta Transformación, además del reforzamiento en votos con que saldría beneficiado su partido.
Noviembre 2 de 2023