La Reunión de Washington asegura la libertad de empresa en México
La Reunión de Washington convocada urgentemente por el Presidente Joe Biden para que asistieran el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador y Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, el 18 de noviembre pasado tenía obviamente, como finalidad profunda asegurar la libertad de empresa en México, la vigencia de la democracia, la vigencia del Estado de Derecho y el respeto pleno a las inversiones realizadas dentro de la normatividad del T-MEC, Tratado México-Estados Unidos-Canadá, de Comercio.
Al llamar con urgencia a esa reunión, el Presidente Joe Biden evidenció la preocupación que se había producido a nivel nacional e internacional sobre el respeto al Estado de Derecho en México, en relación con la Reforma Eléctrica que ha planteado el Gobierno de México y que provocó diversas quejas de las empresas extranjeras inversionistas ante los gobiernos de Estados Unidos y de Canadá.
Ha trascendido, aunque no se ha expresado abiertamente en los boletines de prensa y declaraciones, que en las reuniones a puerta cerrada del Presidente Andrés Manuel López Obrador con el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau y luego con el Presidente de Estados Unidos Joe Biden, y posteriormente en la reunión privada sostenida entre los tres, se abordó el tema para llegar a un consenso de respeto a las inversiones privadas extranjeras en la producción de energías limpias en México.
Y es natural que así ocurriera, porque el avance de los tres países en materia económica y de acuerdo al propio T-MEC tiene que realizarse de acuerdo a las normatividades aceptadas por los tres países, que incluyen desde luego un respeto absoluto a la legislación vigente en cada país y en el Acuerdo económico T-MEC, cuyo origen fue el TLCAN desde hace 27 años.
Como es natural, el encuentro que se produjo entre los tres mandatarios: Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador y Justin Trudeau, apareció ante la opinión pública como terso y amable, y en realidad así fue, aunque los tres mandatarios mostraron sus cartas, llegando al consenso de que los tres países tienen que trabajar en un sentido de beneficio para todos, dentro del marco legal vigente y con respeto pleno a la libertad de empresa, la libertad de comercio, el respeto a los derechos humanos y la vigencia interna de la democracia, la libertad y la libre expresión.
Los tres mandatarios coincidieron en que la región de América del Norte debe mantenerse trabajando en un clima de libertad, de democracia, y comercio libre, dejando de lado cualquier pretexto que impida la libertad económica en cualquiera de los tres países.
Fue una buena y oportuna convocatoria de Joe Biden a esa reunión cumbre de Estados Unidos con México y Canadá; los tres mandatarios se vieron a los ojos, se semblantearon y expresaron sus intenciones respecto del mantenimiento de la democracia y la libertad en cada uno de sus países y en la toda la región que abarca en Norteamérica el T-MEC. La alianza entre los tres países es económica y va más allá todavía.