“La próxima Presidenta o Presidente encontrará en México a un aliado estratégico para enfrentar los desafíos económicos y de seguridad que compartimos”: Enrique Peña Nieto
Muy buenas tardes a todos.
Quiero, en primer lugar, agradecer al Presidente Barack Obama ésta muy amable invitación para tener esta Visita Oficial, probablemente la última que tenga lugar aquí, en la Casa Blanca, durante su Administración.
Quiero aquí, particularmente significar la amistad que ha tenido el Presidente Obama para con México. Ha sido él, y su Administración, un buen vecino; un Presidente, en primer lugar, comprometido con los menos favorecidos de su país, con la estabilidad y la armonía en el hemisferio, y con la solución de los grandes retos globales: el cambio climático, migración internacional, disminución en armas nucleares.
Quiero reconocer en su Administración el decidido apoyo en favor de los inmigrantes, incluyendo a las más de 35 millones de personas de origen mexicano, que viven en los Estados Unidos, que forman parte de la generación de riqueza y de empleo en este país.
He aprovechado para expresarle nuevamente nuestras condolencias, las del pueblo de México y personales, por los lamentables hechos ocurridos en Texas y en Louisiana.
Reconozco en el Presidente Barack Obama a un líder comprometido en nuestra relación bilateral, la cual, debo decir, vive hoy uno de sus mejores momentos y etapas en la relación de la historia entre ambos países.
En esta visita, acordamos trabajar sobre una agenda, desde 2013, multitemática en favor de la competitividad regional.
Coincidimos, durante nuestro encuentro esta mañana, en la importancia de institucionalizar sus logros para que perduren en el tiempo.
Con el Foro Bilateral sobre Educación Superior, este año más de 64 mil estudiantes mexicanos realizarán actividades académicas en los Estados Unidos.
Por su parte, el diálogo económico de alto nivel, que involucra a funcionarios de ambos Gobiernos del más alto nivel, sin duda se ha convertido en una plataforma para la integración, la competitividad y el crecimiento.
Y hemos acordado en este encuentro darle un carácter permanente, a efecto de que los beneficios que derivan de este diálogo se extiendan en el tiempo.
Ahora, tenemos programas de preinspección conjunta de carga, que ayudan a reducir costos hasta en un 50 por ciento, es decir, la mitad; y tiempos de espera que se han reducido hasta en un 60 por ciento.
Se ha implementado ya este proyecto o este programa en el Aeropuerto de Laredo, Texas, en el cruce fronterizo Mesa de Otay-Baja California, y próximamente también estará operando en Ciudad Juárez un programa similar.
Con proyectos como éste, estamos construyendo una frontera más segura, moderna y ágil. Una frontera que genera, sin duda, prosperidad para ambos países.
Bajo este marco de competitividad, celebramos la próxima entrada en vigor del Acuerdo Aéreo Bilateral, que fortalece la conectividad entre ambos países. Se trata de que, a partir de la entrada en vigor de este acuerdo, haya más vuelos que nos conecten mejor a Estados Unidos y a México.
Además, hoy formalizamos el Consejo de Negocios de Energía, para apoyar la transición de México hacia un mercado abierto y competitivo.
Refrendamos que temas como seguridad y migración deben abordarse desde una perspectiva integral y bajo el principio de responsabilidad compartida.
Coincidimos en que el combate al consumo y tráfico de heroína es prioritario y que debemos encontrar soluciones conjuntas. Para ello, hemos establecido un grupo de alto nivel sobre drogas, enfocado en heroína y fentanilo.
También acordamos estrechar la cooperación con los gobiernos de Centroamérica, particularmente Guatemala, Salvador y Honduras, para atender el fenómeno migratorio, especialmente en la protección a los niños que viajan solos.
Y, finalmente, quisiera referirme al proceso electoral que se vive aquí, en los Estados Unidos.
Y parto de decir que la cercanía entre Estados Unidos y México es más que una relación entre Gobiernos. Es una relación sólida e inquebrantable entre millones de personas que viven en ambas naciones.
A mexicanos y norteamericanos nos unen tres mil kilómetros de frontera, donde colindan 10 estados; con una población en la frontera superior a los 15 millones de habitantes y cuyo bienestar depende del bienestar de sus vecinos.
Para el pueblo y el Gobierno de México, la buena relación con los Estados Unidos de América es esencial.
Desde ahora, expreso mi absoluta voluntad de colaboración a quien, en noviembre, sea electo como líder de esta gran Nación.
El próximo Presidente o Presidenta de los Estados Unidos encontrará en México y en su Gobierno una actitud constructiva, propositiva y de buena fe, para engrandecer la relación entre nuestras naciones.
Estoy seguro que el proceso político en los próximos meses se caracterizará por la intensidad del debate, el contraste de las ideas y la vitalidad de la participación ciudadana, conforme a la gran tradición democrática que caracteriza a los Estados Unidos.
El Gobierno de México observará con gran interés el proceso electoral, pero no opinará, ni se involucrará en dicho proceso. Es un asunto que corresponde exclusivamente al pueblo norteamericano.
A la señora Hillary Clinton y al señor Donald Trump quiero expresarles mi mayor respeto.
Desde ahora, propongo entrar en un diálogo franco y abierto con quien resulte electo, sobre la relación entre nuestras naciones.
Estoy seguro que con el Gobierno de los Estados Unidos será posible dar un paso hacia adelante para enfrentar retos comunes, aprovechar nuestras enormes oportunidades compartidas, y encontrar soluciones a posibles diferencias.
Sin duda, para México es importante que a Estados Unidos le vaya bien y tenga una economía fuerte; y a Estados Unidos le conviene que a la economía de México también le vaya bien.
Su próxima Presidenta o Presidente encontrará en México a un aliado estratégico para enfrentar los desafíos económicos y de seguridad que compartimos.
Reitero al señor Presidente Barack Obama mi agradecimiento por su hospitalidad, por este encuentro fraterno, productivo, que promete y traza una ruta para seguir construyendo, juntos, como naciones amigas y hermanas.
Y le reitero mi más amplio reconocimiento por ser invariablemente un gran amigo de nuestro país.
Muchas gracias.