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La Olimpiada México 68, Gloría y Tragedia

El Milagro Mexicano y Tlatelolco

Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,

Director General de la Revista Macroeconomía

En el Cairo, en el año de 1960, México ganó el honor de organizar y realizar los XIX Juegos Olímpicos de 1968, en la Ciudad de México, nuestra capital; fue el Lic. Alejandro Carrillo Marcor quien en nombre del Gobierno mexicano que presidia entonces el Lic. Adolfo López Mateos obtuvo el triunfo con una brillante exposición de lo que ofrecía nuestro país para que la comunidad internacional realizara aquí ese magno evento.

El Gobierno de México iba a mostrar al mundo lo que el Ministro de Economía de la entonces Alemania Occidental había definido como “El Milagro Mexicano”, sólo que ya sería el sucesor del Presidente López Mateos quien tuviera la responsabilidad de organizar la XIX Olimpiada; cuatro años después se supo que sería el sucesor, el Lic. Gustavo Díaz Ordaz, Presidente de la República, quien inauguró esa fiesta de la juventud mundial el 12 de octubre de 1968.

Sin embargo, nadie sabia la tragedia que sobrevendría para México en ese año trágico de 1968.

LA REPUBLICA DE SUDAFRICA FUE EXCLUIDA POR EL APARTHEID

A mediados de ese año de 1968, el periódico “La Prensa”, donde yo era reportero, me comisionó para entrevistar al Arq. Pedro Ramírez Vázquez, quien había sido nombrado Presidente del Comité Organizador de la XIX Olimpiada, con la anuencia del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, y me explicó por qué sería excluida la República de Sudáfrica de participar en la XIX Olimpiada: fue por el apartheid, la odiosa e insoportable discriminación racial que había en ese país.

El Arq. Pedro Ramírez Vázquez despachaba en un rascacielos que se había construido en la esquina de Avenida Universidad y el Río Churubusco, y desde ahí dirigía y ordenaba, mientras hablaba conmigo, sobre las múltiples obras que estaban en proceso: la Villa Olímpica de Insurgentes y Periférico, donde se alojarían miles de atletas y sus entrenadores; los grandes conjuntos habitacionales de Villa Coapa, en grandes superficies limitadas por las avenidas Acoxpa, Miramontes, colindantes con el Periférico Sur; al mismo tiempo, se inauguraba la gigantesca Torre de Telecomunicaciones, que daría servicio a miles de periodistas y permitiría la transmisión por radio y televisión a todo el mundo de la gran fiesta de la juventud mundial; el Palacio de los Deportes, cuyo techo era de cobre; el Velódromo Olímpico; el canal de Cuemanco y la pista y tribunas, para las carreras de canotaje y remo; la terminación del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria; la terminación del Estadio Azteca; la Alberca Olímpica sobre División del Norte y Rio Churubusco; el Polígono Olímpico de Tiro; el Gimnasio Olímpico, la Arena México para eventos de boxeo; el Club de Golf Avándaro para la Prueba de los Tres Días de las competencias ecuestes; el Campo Marte, para los pruebas de adiestramiento y de salto individual de obstáculos, en competencias ecuestes; el Estadio Jalisco, en Guadalajara, para pruebas de futbol; el Estadio León, en León Guanajuato, para eliminatorias de futbol; el Estadio Cuauhtémoc, en la Ciudad de Puebla, para eliminatorias de futbol; el Auditorio Nacional, para las competencias de gimnasia; el Estadio Municipal de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, para eventos de hockey sobre pasto; el Teatro de los Insurgentes para las pruebas de levantamiento de pesas; la Pista de Hielo Insurgentes para las pruebas de lucha libre y grecorromana; la Alberca de Ciudad Universitaria para las eliminaciones de Waterpolo y decenas de obras más que fueron terminadas y acondicionadas para los eventos deportivos.

SE MOSTRARIA AL MUNDO “EL MILAGRO MEXICANO”

Con motivo de la XIX Olimpiada se mostraría al mundo “El Milagro Mexicano”: un gran desarrollo económico y avances sociales sin precedente.

APARECIO LA TRAGEDIA EN TLATELOLCO

Pero no todo ocurrió como se esperaba; se produjo la tragedia de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968 y diez días después, el 12 de octubre fue inaugurada la XIX Olimpiada por el Presidente Gustavo Díaz Ordaz, que se clausuró el 27 de octubre con la Copa de las Naciones, la máxima justa ecueste internacional.

El esfuerzo de México había quedado inscrito en la historia del deporte mundial, con tres medallas de Oro; tres de Plata y tres de Bronce.

Oro: Ricardo Delgado Nogales, Boxeo; Antonio Roldán, Boxeo; Felipe “El Tibio” Muñoz Kapamas, Natación.

Plata: José Pedraza Zúñiga, Atletismo; María del Pilar Roldán, Esgrima; Alvaro Gaxiola, Saltos.

Bronce: Agustín Zaragoza, Boxeo; Joaquín Rocha, Boxeo y María Teresa Ramírez, Natación.

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