“La misión del ISSSTE es humanista: servir a los Trabajadores al Servicio del Estado”: Luis Antonio Ramírez Pineda

Comparecencia en la Cámara de Diputados el 13 de octubre de 2020

Señora Presidenta de la Cámara de Diputados,

Dulce María Sauri Riancho:

Señoras y Señores Diputados:

Acudo ante ustedes con el respeto que me merece su dignidad como representantes de nuestro pueblo, para sintetizar los esfuerzos que hemos realizado en el ISSSTE para servir a los trabajadores al Servicio del Estado en el marco de la glosa del segundo informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 El espíritu que creó a esta institución contiene una filosofía profundamente humanística y trabaja hoy con una mística que nos fija metas y nos ha trazado caminos.

¿Cuál es nuestra realidad y como consecuencia el desafío que hoy enfrentamos?

Para atender a nuestra población de trabajadores al servicio del Estado, sus familias y pensionados contamos con esta estructura: 15 hospitales de 3er. Nivel, es decir de alta especialidad; 97 de 2do. Nivel; 1,037 clínicas de 1er. Nivel, un total de 1,149 Unidades de Salud. 230 estancias infantiles; 72 tiendas SUPERISSSTE; 42 centros culturales; y 22 casas de día.

En 2019, el diagnóstico realizado mostró que tenemos hospitales que han rebasado su vida útil, algunos con más de 50 años de funcionamiento, como son los de Hermosillo, Acapulco, Torreón o el Darío Fernandez, en la Ciudad de México, entre otros.

Este deterioro y la falta de inversiones para crear nuevos espacios de atención a nuestros derechohabientes provocaron que el ISSSTE recurriera y abusara de los servicios subrogados.

Ante esta realidad, tomamos la determinación de revertir la práctica de la privatización de los servicios del ISSSTE y recuperar nuestra capacidad de atención en las unidades médicas, mediante la corrección de sus deficiencias estructurales, así como con la renovación y modernización de nuestro equipamiento.

Para impulsar esta recuperación, nos propusimos 5 objetivos prioritarios:

1. Terminar las obras inconclusas; poner en condiciones dignas de servicio a las que presentan deterioro y atender las necesidades de equipamiento de nuestros espacios de salud.
2. Poner en práctica nuestra política de transparencia para evitar corrupción y disminuir poco a poco las prácticas de subrogación.
3. Mejorar la atención a nuestros derechohabientes en los 21 servicios, seguros y prestaciones.
4. Sanear las finanzas del Instituto, cumplir con las deudas contraídas con nuestros proveedores, y en particular reducir el déficit en el seguro de salud.
5. Consolidar un modelo de prevención en materia de salud.

Nuestra primera tarea, fue iniciar un proceso de equipamiento para que nuestras clínicas recuperasen, poco a poco, su capacidad de respuesta y atención a los pacientes y dejar atrás escenarios donde tenemos especialistas cuyo equipo está descompuesto y es obsoleto, y por lo tanto, no pueden dar atención adecuada a los derechohabientes.

Terminamos algunas de las muchas obras que estaban inconclusas, rezagadas e incluso olvidadas. Entre ellas, merece la pena destacar la terminación de Piedras Negras, Delicias, Tepic, Villahermosa y Tláhuac, así como 10 quirófanos en el Hospital 1ero. de Octubre y una nueva área de urgencias en el hospital Zaragoza.

Además, estamos trabajando para resolver litigios heredados que impiden o dificultan la operación de algunas unidades médicas. Entre ellas, se encuentran Puerto Vallarta, Celaya, Guanajuato, Monterrey, Tulancingo, Pachuca y Tijuana.

De ninguna manera hemos descuidado la atención a otros padecimientos: hemos dado continuidad en los tratamientos de quimioterapia y radioterapia; con el Programa “Asiste Infarto” tenemos 25 unidades de atención para emergencias cardiovasculares y que nos ha permitido aumentar del 76% al 91% la supervivencia de los pacientes; al día de hoy reanudamos procedimientos quirúrgicos complejos como trasplantes de riñón y córnea o las cirugías robóticas que mejoran la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata.

Sin embargo, todo este esfuerzo de transformación; de renovación de nuestras estructuras; de hacernos acreedores a la confianza de los servidores públicos; mediante nuevos caminos y estrategias para servir mejor a nuestros trabajadores con la dignidad que se merecen, se vio interrumpido por una circunstancia imprevista, que indudablemente trastocó todos nuestros planes de renovación: la llegada del coronavirus que ha llevado a una crisis de salud y económica de México, como ha sucedido en todo el mundo.

Las instrucciones del Presidente de la República fueron precisas: todas las Instituciones de Salud del Gobierno de la República coordinadas, como una sola, deben ponerse al servicio de toda la población, para enfrentar juntos esta terrible pandemia.

Desde esa instrucción, el ISSSTE abrió sus puertas a todos quienes han requerido nuestros servicios. Se llevaron a cabo acciones de capacitación, se determinaron guías y protocolos de actuación, se estandarizaron y actualizaron los conocimientos sobre el virus y la atención a pacientes y se hizo la reconversión del 100% de nuestras unidades médicas hospitalarias, a unidades COVID. Establecimos un centro operativo para coordinar los esfuerzos institucionales en tiempo real. Se incrementaron las camas disponibles para atender pacientes COVID (de 1,618 a 2,581) y el número total de ventiladores creció 150%.

Ello ha permitido dar atención a más de 40 mil pacientes COVID. Mantuvimos una ocupación promedio nacional de 63% en los momentos más críticos de esta pandemia y hemos podido dar atención a quien lo ha requerido.

Merece destacarse el hecho de que el ISSSTE tuvo que mandar a casa, como medida preventiva, a casi 35 mil trabajadores de la salud, 43% del total del personal sanitario, quienes fueron considerados vulnerables por su edad o por tener alguna enfermedad considerada de riesgo ante el virus. 23,980, el 30% se mantuvieron para la atención de los pacientes no COVID, y solo el 26.7%, 21,404 trabajadores, atienden a pacientes COVID. A estos se sumaron 4,331 médicos y enfermeras que se contrataron con el apoyo del INSABI.

Con recursos del INSABI, SEDENA rehabilitó el hospital Carlos Calero en Cuernavaca Morelos, y también operan directamente nuestro nuevo hospital del ISSSTE en Tepic, Nayarit.

El ISSSTE no solo ha puesto a la disposición todos sus espacios disponibles de salud; también ha garantizado los servicios, seguros y prestaciones, lo que, además, contribuye a la paulatina reactivación de nuestra economía.

Se ha pagado de manera puntual a 1.2 millones de jubilados y pensionados, más de  169 mil millones de pesos al mes de agosto y se han otorgado 37 mil nuevas pensiones.

Por primera vez, se estableció un sorteo para la asignación de 34, 400 millones de pesos de créditos personales para beneficiar a más de 672 mil trabajadores, hacerlo con total transparencia y dando acceso equitativo a trabajadores activos, y a jubilados y pensionados.

A través de FOVISSSTE se han otorgado 37,280 préstamos de vivienda por un monto de 27,787 millones de pesos.

Nuestras estancias infantiles se mantienen abiertas para los trabajadores del sector público durante la pandemia. Lo mismo ocurre con nuestro servicio de abasto popular SUPERISSSTE, el cual ha ampliado su oferta de productos básicos, beneficiando a los adultos mayores principalmente.

Señores legisladores:

He procurado sintetizar los esfuerzos que realizamos en el ISSSTE para que pueda cumplir con la función encomendada de brindar seguridad social a los trabajadores al Servicio del Estado; y para enfrentar los inesperados desafíos que nos ha impuesto la pandemia y sus profundas repercusiones en el seno de nuestra sociedad.  En este esfuerzo hemos comprobado la vocación, hasta la temeridad, de los trabajadores de la salud: médicos, enfermeras, camilleros; paramédicos, laboratoristas y personal de intendencia, que han trabajado con una entrega total buscando salvar vidas aún a riesgo de la suya propia.  A ellos les hemos entregado nuestro total aprecio y reconocimiento.

Nuestra institución debe responder a las demandas y reclamos de los servidores públicos que exigen respuestas más contundentes a las inercias y deficiencias heredadas.

Por éstas razones, nuestros propósitos de transformación no han sido cancelados por la pandemia; si acaso detenidos temporalmente. Estamos decididos a retomar esta ruta de cambios. Sabemos qué necesitamos y para quién lo requerimos.

Ha sido para mí muy honroso acudir a esta soberanía para explicar nuestras actividades y haber compartido con mis respetados compañeros del IMSS, del INSABI y el Secretario de Salud, esta excepcional oportunidad.

Muchas gracias.