DestacadasEducación

“La Medalla Belisario a los verdaderos médicos, no a los burócratas engañadores”: Dr Héctor San Román

Por el Dr. Héctor San Román A.

Analista Sociopolítico 

El dios griego de la medicina, Asclepio, se enfrentó a Zeus y, a Hipócrates, quien hizo de la medicina arte y técnica. Pero Zeus acabó con Asclepio con un rayo porque curaba a los muertos y le estaba vaciando el más allá. Se dice que el trabajo de los médicos y la enfermería es vocación y por lo que observamos, también sacrificio. “La medicina es: la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades”. Edmund Pellegrino. 

La decisión del Senado de la República de otorgar este aciago 2020, su medalla “Belisario Domínguez”, <no sabemos a propuesta de quien>, este singular reconocimiento donde se honra al personal médico, enfermería y paramédicos por eminentes servicios profesionales prestados a la nación y, en su persona misma como trabajadores de la salud ¿es un verdadero reconocimiento o una mascarada que oculta las deficiencias del sistema de salud incluyendo la protección de quienes al desempeñar sus tareas corren un grave riesgo de contagio sin la protección adecuada?

Por ello, en mi calidad de médico universitario y en respeto a las opiniones generalizadas sobre quién o quienes deben recibir simbólicamente la presea me pronuncio porque la ética y la verdad sea característica cualitativa de quien sea designad@ y me opondré a que un farsante por capricho llegue cínicamente a recibirla al frente de una comisión integrada por representantes de las instituciones de seguridad social, de salud, de los hospitales militar y marina, así como el o la representante de quienes perdieron la vida combatiendo la pandemia.

La ignorancia impide saber que la política es ciencia y, como tal se convierte ante todo en el arte de detener a los hombres en la pendiente de la corrupción. La corrupción comprende todas las formas de licencia y violencia, la destrucción de la paz y la justicia, el desarrollo de la ambición desordenada, la decadencia de la virtud privada que hace imposible el gobierno democrático; la desunión, la ilegalidad, la deshonestidad y el desprecio por la verdad.

El mundo, nos dice la sabiduría tradicional, no pertenece a los oportunistas ni a los abyectos; no pertenece a los fuertes, ni corresponde a los débiles; no lo avasalla la riqueza ni lo conquistan los pobres; no es de los cultos ni se lo apropian los ignorantes. El mundo lo ganan con respeto quiénes con sacrificio se entregan al servicio de la humanidad, sacrificio que se funde indisolublemente con la verdad, la memoria del Dr. Belisario Domínguez es paradigma.

El Dr Belisario Domínguez no fue al encuentro con la muerte en actitud  reflexiva de mártir sino por su entrega <sin restricciones> a la verdad.

En su momento en calidad de Senador de la República dejó constancia con su filípica <señera lección de civismo> no para enjuiciar al asesino del Presidente Francisco I Madero y del Vicepresidente José Maria Pino Suárez; pero sí, para condenar al usurpador con la verdad. Una sentencia irrevocable que sería después, posterior a su asesinato, cumplida por el Ejército Constitucionalista con la derrota y expulsión, para siempre a quien fue traidor y asesino. Así de esta manera digna se selló el compromiso del Doctor Belisario Domínguez con la verdad.

La Cámara de Senadores anualmente entrega en la fecha de -su sacrificio 8 de octubre de 1913- la presea instituida en su honor para exaltar a quienes se distinguen por su verdad, valor, definición de pensamiento, congruencia en su actuar y verticalidad, los recipiendarios de la Medalla Dr. Belisario Domínguez pertenecen por derecho propio, a esa singular categoría.

Esta medalla exalta el patriotismo y particularmente el valor civil del Senador chiapaneco Dr. Belisario Domínguez, que al precio de su vida denunció la traición y la deslealtad a las instituciones surgidas de una Revolución que hasta hoy está inconclusa y reiteradamente víctima de innumerables traiciones.

Si importantes han sido las acciones de quienes serán distinguidos, igualmente es la difusión de los hechos y el reconocimiento de quienes a riesgo de su vida son protagonistas en una lucha sin cuartel contra una terrible calamidad que ha cobrado hasta el 10 de diciembre <<112,326 mil vidas y 1,217,126 contagiados confirmados>> en nuestro querido país, ocupando un triste 4o lugar mundial en la pandemia, por debajo de la India (por treinta mil muertes) quien cuenta con una población de 1,352,617,328 personas, diez veces más que México. Ahora los contagiados en el mundo se cuentan por millones y los muertos cientos de miles. 

Si de algo ha servido la pandemia por COVID-19 es para mostrar un deficiente sistema de salud, así como las desigualdades: extensas jornadas, salario que no compensa el esfuerzo ni los años de estudio, falta de equipo de protección, hostigamiento laboral y sexual y leyes que dejan fuera al eslabón más débil: las y los residentes médicos. México ha sido considerado como primer lugar en el mundo en decesos en trabajadores de la salud (hasta el 3 de septiembre sumaban 1410 fallecidos entre el personal de salud).

Han ocurrido eventos sobre los cuales es difícil hablar e imposible callar: En noviembre 1964-65 hubo cuatro paros de labores de médicos de las instituciones de seguridad socia y de salud pública en demanda de mejores salarios y condiciones de trabajo, movimiento iniciado por médicos residentes e internos del hospital 20 de noviembre al negárseles prestaciones económicas (3 meses de sueldo como aguinaldo) que por tres años anteriores habían recibido. Con motivo de ello  muchos de ellos fueron despedidos e incluso perseguidos e impedidos de trabajar en instituciones de salud gubernamental.

Pero este año 2020 se iniciaron paros de labores por no recibir atención a las denuncias presentadas en el mes de abril, respecto a la carencias de equipos hospitalarios, medicamentos y la reconversión de hospitales para la atención creciente de enfermos por Covid-19 sin equipos de protección para el personal médico y enfermería, con la consiguiente carga de trabajo la plantilla del personal se hace insuficiente, no pasar por alto las agresiones verbales y físicas que han sufrido y  hasta acusaciones penales por el hecho de atender pacientes contagiados con el peligro de perder la vida en el desempeño de sus actividades  profesionales. Es esto lo que se quiere ocultar con la entrega de la Medalla Dr. Belisario Domínguez?

Recientemente la agencia Bloomberg calificó a 53 naciones en el manejo del COVID-19, Nueva Zelanda, primer lugar. México el último. Un elemento clave; el alto porcentaje de casos no detectados o “maquillados”; también el enfoque de un “liderazgo arrogante”.  

Pablo Saavedra que dirige el programa sobre finanzas en México del Banco Mundial también ha comentado, en The Economist, el bajo nivel actual de inclusión financiera probablemente dificulte la recuperación económica de México de covid-19, que se ha visto rebasado por el hecho de no controlar la pandemia. México también ha perdido la oportunidad que ha proporcionado la pandemia que otros países han aprovechado.

El Dr. Tedros Adhanom Director General de la OMS (Organización Mundial de la Salud) pide a México que se tome en serio la pandemia y señala que nuestra situación es muy preocupante. Y como respuesta la trivialización y la estulticia para evadir la realidad y ocultar errores garrafales, ahora el distractor es la vacuna y su distribución y que será “gratuita”, ¿no sería ético decir: “pagada con finanzas públicas equilibradas con el trabajo de quienes pagan impuestos”?.

Es Importante enfrentar la realidad para tratar por todos los medios de no seguir cometiendo los mismos errores que han dado lugar al comportamiento destructivo y fantasioso que hemos padecido durante casi un año. Éste tipo de enfermedad social, este engaño por parte de seudopolíticos y títeres de oficina, han causado un daño irreparable y merece castigo porque vivimos una época de monstruosidades. Así que la recomendación sobre las medidas de prevención que escuchamos del mismo presidente “tenemos que cuidarnos” son tardías ante un daño monstruoso que es imposible acallar.

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button