La educación, base del cambio y transformación de México: Peña Nieto
Toluca, México, 14 de junio de 2010.- Al señalar que una de las grandes metas nacionales que se debe plantear en este año del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, es pasar de una economía maquiladora a una economía basada en el conocimiento, pues esta última es más competitiva porque detona mayor productividad, el gobernador Enrique Peña Nieto afirmó que la educación debe ser la base del cambio y transformación de nuestro país.
Al inaugurar los Foros de Reflexión Compromiso por México, en el Eje Educación y Cultura, el mandatario estatal dijo que la economía basada en el conocimiento cuenta con una fuerza laboral con mayor valor agregado, mejores ingresos y mayor bienestar; además, es menos desigual porque hay lugar para la movilidad social y reduce la inequidad de una generación a la siguiente.
Sostuvo que para alcanzar esa meta se requiere un Estado eficaz que garantice en la práctica y no sólo en el papel, acceso universal a la educación de calidad, al fomentar la igualdad de oportunidades educativas; que garantice la libertad de investigación y creación científica; un Estado eficaz que convierta la educación, la ciencia y la tecnología en una prioridad presupuestal.
En presencia de los ex mandatarios mexiquenses Alfredo Del Mazo, Emilio Chuayffet y César Camacho Quiroz, también coordinador General de los foros, así como de los representantes de los poderes Legislativo, Ernesto Némer Álvarez y del Judicial, Baruch Delgado Carbajal, indicó que la educación es la expresión más plena de una sociedad democrática, plural, igualitaria y participativa.
En ella, agregó, se condensan todas nuestras libertades y aspiraciones, así como la capacidad para trascender, y añadió que “un Estado eficaz exitoso será aquel que logre articular políticas públicas de largo aliento, transexenales, que sin importar su sello político sea capaz de definir grandes metas nacionales alcanzables y medibles, construyendo acuerdos y consensos avalados por todas las fuerzas y actores políticos”.
Indicó que si algo justifica la intervención del Estado en la vida social es precisamente la educación, ya que es la mejor inversión; la que mayor valor agregado genera y la que verdaderamente crea igualdad de oportunidades.
Por ello, dijo, es preciso modificar la visión de nuestro entorno; concebir a la educación no sólo como una simple obligación del Estado, sino como el inicio de la solución a múltiples obstáculos que impide un desarrollo pleno, equitativo y sostenido.
Resaltó que se tienen que alcanzar transformaciones de fondo y estructurales como una revisión integral de los planes y programas en los niveles básicos, induciendo al análisis, la crítica y la comprensión del entorno; destinar mayor presupuesto y mejores maestros a las zonas más marginadas para contrarrestar las desigualdades de origen; ampliar la educación en educación media superior y superior al reestructurar presupuestos de acuerdo a las exigencias de las instituciones, no bajo criterios burocráticos o políticos; revisar a fondo los criterios actuales sobre la calidad educativa y colocar a la escuela en el centro de la transformación educativa.
Agregó que también se debe crear un sistema integral de educación que involucre todos los niveles y modalidades de la educación y, sobre todo, que prescriba mejoras concretas; construir una efectiva red de vinculación entre el sistema educativo y el sector productivo; diseñar mecanismos para incorporar el financiamiento privado a la educación superior, especialmente de las empresas que obtienen beneficios directos de la preparación de los futuros profesionistas; impulsar una mayor inversión pública y privada tanto en ciencia y tecnología como en investigación y desarrollo, hasta cumplir con el porcentaje recomendado a nivel internacional del 3 por ciento del PIB; y detonar un moderno y ambicioso programa para promoción de la cultura y las artes, que aliente a los creadores mexicanos y revalore la importancia en la identidad nacional.
El gobernador afirmó que México ha cambiado su rostro en el último siglo, ya que en 1900, el 81 por ciento de la población era analfabeta, y para el 2005, sólo el 7.7 por ciento se encuentra en esta condición; en 1907 el país contaba con mil 540 escuelas de nivel primaria, mientras que en el ciclo escolar 2009-2010, se registran más de 99 mil 300; en este nivel educativo el número de maestros creció en 2 mil 200 por ciento, al pasar de 22 mil 939, en 1921, a más de 574 mil maestros en este año.
Aseveró que en el inicio del siglo XX, México contaba con 74 instituciones de educación superior, hoy se tienen al servicio de los mexicanos 5 mil 742 escuelas, muchas de ellas de gran prestigio internacional.
Expresó que a pesar de los avances significativos alcanzados en la etapa posrevolucionaria en materia de infraestructura, cobertura y calidad educativa, se tienen enormes retos para asegurar que cada mexicano tenga el derecho a recibir una educación de calidad y tener acceso universal a la lectura.
Señaló que es fundamental garantizar que haya igualdad de oportunidades educativas, ya que los sectores más pobres de la población, localidades rurales e indígenas, reciben la peor educación, lo que alimenta así un círculo de pobreza permanente que estamos obligados a eliminar.
Peña Nieto destacó que México quiere ser un país competitivo; quiere exportar productos y servicios, no sólo mano de obra, por ello, es fundamental aprovechar el talento de los estudiantes e investigadores, de los creadores y artistas para que se queden en nuestro país, que contribuyan al desarrollo nacional.
En el evento, al que asistieron dirigentes de sindicatos magisteriales, rectores de diversas instituciones, ex secretarios de educación en la entidad y el país, además de diputados locales y federales, destacó que la educación y la cultura son el reflejo de la vitalidad y riqueza de nuestra comunidad, así como medida del nivel de vida que se ha alcanzado como sociedad.
Expresó que sin educación no hay futuro posible, sin cultura no hay guía ni sustento para emprender cualquier cambio, ya que ambas son agentes de transformación y realización, así como indispensables para el pleno desarrollo individual y colectivo para la solidez de la identidad nacional.
Luego de afirmar que el conocimiento se duplica cada cinco años y para el 2020 será cada 73 días, Peña Nieto afirmó que se tienen que transformar los sistemas de enseñanza, por lo que se tiene que replantear el valor de la educación y cultura como elementos estratégicos del desarrollo integral, factores de movilidad social y herramientas para combatir el atraso, la desigualdad y la marginación.
Ernesto Némer Álvarez, presidente de la Junta de Coordinación Política de la LVII Legislatura estatal, dijo que “México debe pasar de una sociedad moderna propia del siglo XX, a una del conocimiento adecuada al siglo XXI, de ese tamaño es el compromiso de la generación del Bicentenario de la que todos formamos parte”.
Para alcanzar esta sociedad del conocimiento, por definición, “ideal democratizador y libertario”, los legisladores mexiquenses, agregó, “trabajamos en la actualización del marco jurídico, ya que hoy más que nunca, es imperativo “garantizar legal y materialmente el acceso de las personas a la educación y la actualización de sus capacidades”.
Al manifestar que los diputados locales han respaldado la convocatoria del gobernador para la organización de los Foros de Reflexión Compromiso por México, consideró necesario replantear las funciones que tradicionalmente se han asignado a las escuelas y a quienes en ellas trabajan, así como re profesionalizar la docencia.
Para transformar el sistema educativo, precisó, “es necesario recordar que la educación debe responder a las necesidades de eficacia económica, justicia social, desarrollo democrático y crecimiento personal; reconocer, que la escuela ya no es la única, ni siquiera, la principal fuente del conocimiento y aceptar, que el aprendizaje, no es estación de pasada, sino modo de viajar en nuestras vidas”.
Baruch Delgado Carbajal, presidente del Tribunal Superior de Justicia en el Estado de México, precisó que la educación y el fomento de la cultura, sin duda, son factores que abonan a la prevención del delito y evitan condiciones de vulnerabilidad social, por lo que la prevención debe ser integral.
Indicó que en la medida en que se propicien mejores y más eficaces oportunidades para la educación, la capacitación y el empleo, y se arraiguen entre la población los valores de respeto a la legalidad, al derecho y a la dignidad de las personas, habrá de ser menos frecuente la tentación de buscar beneficios económicos fuera de la ley, o de procurar justicia por su propia mano.
Reiteró que la solución para prevenir la violencia y los delitos es educar a los niños y jóvenes dentro de una cultura de legalidad, en la que se formen valores éticos; “la educación es condición indispensable para garantizar la verdadera igualdad ante la ley y, necesaria, para equilibrar las oportunidades de acceso a mejores condiciones de vida”.
Finalmente, mencionó que educar para la paz y la convivencia es una prioridad, con el propósito de que los niños y jóvenes aprendan a resolver conflictos por vías pacíficas; por eso es fundamental que los alumnos adquieran herramientas para cristalizar una cultura de la paz y que asuman valores que se traduzcan en actitudes y hábitos de convivencia.
En la exposición de motivos, César Camacho Quiroz, coordinador de los Foros de Reflexión Compromiso por México, expresó que en este tiempo desafiante, la educación debe ensanchar oportunidades, y que no sólo conduzca al éxito sino a la realización, que no sólo consolide el compromiso social sino que nos prepare para competir y para ganar.
Dijo que dado que la educación trasciende las fronteras de la escuela, aunque es en ella donde se concreta, es probable que el futuro inminente precise más que una escuela mejor, una escuela diferente; una institución educadora capaz de sintonizar las aspiraciones de los estudiantes, con las expectativas del conjunto social.
Agregó que una sociedad bien educada se asume única en el concierto nacional y participa en las transformaciones planetarias con la seguridad de realizar sus aportaciones. Sociedad abierta que se sirve del pensamiento universal, del que aprovecha lo mejor y que al adaptarlo a sus necesidades lo nutre, lo transforma y lo aprovecha; una sociedad que comprende que la globalización no la obliga a la uniformidad, por el contrario que invita a desplegar el potencial de su cultura, cuya riqueza, como en el caso mexicano, es secular y se alimenta de la diversidad; un Estado que aprecia y promueve la cultura en un clima de libertad.