Economía

La competida carrera automotriz

Si había alguna duda de que la industria automotriz continuará su fuerte crecimiento en México, el reciente anuncio de la instalación de una nueva planta armadora de Nissan en Querétaro, junto con otras inversiones dadas a conocer con anterioridad, la despejan totalmente.

Es claro que el país se convirtió desde hace tiempo en una plaza disputada ávidamente por las armadoras trasnacionales de automotores, esencialmente por su situación geográfica al lado del aún mayor mercado de consumo del mundo y la existencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

A tales ventajas se agrega el hecho de que este país ofrece a las firmas automotrices bajos costos de manufactura, obviamente con base en salarios menores que en otras naciones, y la presencia de una gran cadena de proveeduría confiable, de nivel tecnológico adecuado.

Si además de todo ello se sabe que México  posee ya acuerdos de libre intercambio comercial con más de 40 naciones del mundo, se podrán entender claramente las razones por las que los industriales automotrices están fortaleciendo a esta nación como un gran centro productor de automóviles para el continente y otros lugares del planeta.

Los planificadores gubernamentales calculan, según declaraciones de la subsecretaria de Industria y Comercio, Lorenza Martínez, que si en 2011 se produjeron en el territorio nacional más de 2.5 millones de unidades vehiculares, en dos años más se fabricarán 4.5 millones, esto es, casi el doble, pese a las no tan halagüeñas perspectivas económicas globales para los próximos años.

Lo que los estrategas toman en cuenta es que la afectación por la crisis será más pronunciada en  las naciones de la Comunidad Europea  que en Estados Unidos y las economías emergentes de América Latina, que conjuntamente forman el mercado para los vehículos fabricados aquí.

Propósitos

México es actualmente el noveno productor automotriz del mundo, y se encuentra en el quinto puesto entre los mayores exportadores.

Los analistas han estimado que si en 2011 la industria automotora estableció un récord en el ámbito nacional con 13.1 por ciento de crecimiento sobre su marca productiva de 2010,  los próximos dos años podrían alcanzarse porcentajes de aumento similares, especialmente si Estados Unidos continúa recuperando sus niveles económicos.

Aunque matemáticamente, para llegar a 4.5 millones de unidades en 2014 ese campo industrial deberá crecer anualmente más que ese porcentaje, la previsión puede convertirse en realidad, porque es bien claro que las armadoras de automóviles y camiones han dado muestras de que meterán aquí todo el acelerador.

La nueva planta Nissan

Con su nueva planta de Aguascalientes, que se pondrá en operación en diciembre de 2012, Nissan incrementará en un millón de unidades su capacidad de producción en México, aunque iniciará con un nivel de 75,000 vehículos en una primera etapa, de acuerdo con información de Bill Krueger, vicepresidente de Nissan en el continente.

La firma, que invertirá 2,000 millones de dólares en su nuevo complejo, fabricó 600,000 unidades en 2011, y este año subirá a 700,000 con el uso de la capacidad total de sus dos plantas actuales, que se encuentran en el propio Aguascalientes, y en Cuernavaca.

Nissan anunció que en su nuevo establecimiento tendrá instalaciones para producir tanto carrocerías como estampado, chasises y pintura, y tendrá también un almacén de partes,  operaciones de logística y hasta una pista de pruebas.

Competencia

Naturalmente, otras empresas no se quedan atrás. Toyota invirtió un millón de dólares en instalaciones de hojalatería y pintura en San Luis Potosí para apuntalar sus operaciones en el futuro inmediato, en tanto que Volskwagen acaba de anunciar que se propone convertir su planta en el estado de Puebla en uno de los núcleos de su estrategia mundial, e invierte 550 millones de dólares en una nueva central de motores de Silao, y Mazda dio a conocer una inversión de 500 mdd, al tiempo que Honda erogará 800 millones en su desarrollo en tierras aztecas.

La exportación

México exportó el año anterior 2,143,879 vehículos, de los cuales el 63.5 por ciento tuvo por destino Estados Unidos, su socio comercial tradicionalmente mayoritario. Aún con esa cifra, por cierto, la exportación mexicana de automotores al gigante del norte perdió puntos de su participación en ese mercado.

La parte positiva en el renglón es que la venta de vehículos al exterior se está diversificando.

Los envíos a América Latina en general, en efecto,  aumentaron en 55.8 por ciento sobre la cifra de 2010, y fueron ni más ni menos que 165.6 por ciento mayores a los que se hicieron a la región en 2008. Tan sólo a Brasil, país que produce más vehículos que México, los envíos aztecas del rubro crecieron 76.1 por ciento, con un total de 131,384 unidades.

Las exportaciones a Europa, por su parte, aumentaron en 23.9 por ciento, y las que tienen por destino Canadá subieron 11.7 puntos, lo que respalda la diversificación, que todo el mundo considera necesaria.

Mercado interno, el reto

Si producción y exportación marchan viento en popa, la debilidad del sector automotriz establecido en México se encuentra en el mercado interno. Igual que en otras industrias, sí. Pero en este ramo, la circunstancia es más notable.

Realmente, las ventas al interior del país fueron en 2011 mayores en 10.4 por ciento a las del año inmediato anterior, con un total de 905,886 unidades. Pero los industriales creen que el potencial de este país de 113 millones de habitantes es mucho mayor.

Tal afirmación se basa, la verdad, en hechos: la colocación de vehículos en el mercado interior actualmente es menor a las de 2007 y 2008, esto es, antes del inicio de los efectos de la crisis internacional correspondiente.

Debido a ello, la dinamización del mercado interno se considera el mayor reto que afrontan los productores.

Para tomar el desafío, tienen el propósito de continuar una ya vieja lucha emprendida contra la importación de carros usados, la cual de enero a noviembre de 2011 alcanzó más de 555,000 unidades, cifra igual al 70 por ciento de los vehículos nuevos vendidos en el país en ese lapso.

Desean también que se establezcan medidas efectivas para la modernización del parque vehicular, y finalmente, alentar la venta interna por medio de esquemas fiscales que sean más atractivos para el público.

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