José Antonio Meade Kuribreña conversa con los Rotarios de México
Con un vehemente entusiasmo en el Auditorio Candiles en el Hospital Español, el candidato presidencial de la Coalición Todos Por México, José Antonio Meade, fue aplaudido por los Clubes de Rotarios de México. Tremendamente ovacionado por los miembros de esta agrupación, José Antonio Meade se valió de decenas de personas queriéndose llevar al menos una foto del recuerdo. Y es que el candidato relumbró la vastedad no sólo de un diagnóstico atento y minucioso sobre el estado de las cosas en el país, sino que presentó un esmerado bosquejo sobre los síntomas que más aquejan la realidad mexicana, proponiendo una síntesis del curso de las acciones a emprender.
Su planteamiento engloba materias de desigualdad social, enfocando a ésta como el epicentro de la traba del progreso y de la fragmentación social mexicana. No sin olvidar la educación como el fundamento capital que es la condición de posibilidad del desarrollo socioeconómico del país. La prioridad en ésta fue insistencia del candidato, así como su sostenimiento con la ventajosa Reforma Educativa. Con un perspicaz dominio de las estadísticas, de los procesos económicos y la competencia en el derecho, José Antonio Meade reiteró la apremiante necesidad de atender los problemas de la inseguridad y de la ineficiencia de las gestiones de la materia de seguridad federal y estatal. Sus formulaciones propositivas se sujetan a una serie de cuidadosos estudios sobre las estrategias que, de ser electo presidente, su gobierno no demoraría en aplicar. Más aún, su empeño por dar primacía a las mujeres lo condujo a expresar la necesidad de dar un papel primario a las mismas no por un tema exclusivamente de género, sino por la cuestión económica. En otras palabras, la inclusión de la mujer garantiza las probabilidades de una muy considerable alza económica. Su propuesta de rumbo de nación conjuga la confirmación de la democracia, la erradicación del hambre y la pobreza extrema; y las tareas contra la falta de empleos y el reto que conlleva proveer de los mismos al gran porcentaje de mexicanos que carecen de éstos.
Asimismo, las circunstancias llevaron al candidato a responder, sobre todo, preguntas incómodas sobre el candente proceso electoral; y preguntas obligadas que no podían dejar fuera el tema de Donald Trump y el pantanoso panorama bilateral actual. Ante interrogativas difíciles de responder, y algunas de ellas un tanto inconclusas precisamente por su condición de fragilidad, José Antonio Meade reflejó finura y sagacidad para satisfacer las dudas de la audiencia.
Sin embrago, queda una intrigante expectativa del desenlace en los próximos meses: Meade con un tecnicismo y una finura de entendimiento de los asuntos más apremiantes del país, y con una probabilidad esperanzadora de la victoria. Habrá que esperar a los días que vengan.
Por la Licenciada María José Jiménez Guzmán