Dos características de la democracia son: Gobernar para todos y División de Poderes, para lograr una sociedad equitativa y mantener un equilibrio entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Por eso, el Presidente Andrés Manuel López Obrador no debe caer en tentaciones que puedan fracturar a la nación, como el hecho de predicar diariamente en las conferencias mañaneras una división de la sociedad mexicana en dos: los de arriba y los de abajo, porque resulta sumamente peligroso, ya que esas prédicas pueden llevar al odio y al rencor entre clases sociales; y tampoco, pretender que el Ejecutivo Federal arrebate las funciones que la Constitución le otorga al Poder Legislativo, en sus facultades presupuestales, ya que de otra forma se rompe definitivamente el equilibrio entre los Poderes de la Nación.
Aún en el supuesto de una emergencia nacional, los mecanismos de equilibrio entre los Poderes están señalados por la Constitución, y es la Cámara de Diputados la que debe y puede aprobar cualquier alteración o modificación del Presupuesto aprobado para este año de 2020, y los sucesivos; ese es el mecanismo democrático que siguen las grandes democracias del mundo, entre las que se cuenta nuestro país, ya que de otra manera, nos enfilaríamos hacia otro rumbo de organización política y social.
Sabido es que el Presidente Andrés Manuel López Obrador es un hombre estudioso de la historia nacional y mundial, y él conoce bien que grandes personajes de la historia, desde Napoleón, pasando Hitler, Mussolini, Stalin, Juan Domingo Perón, Hugo Chávez y Nicolas Maduro, y muchos otros, han caído en la tentación de abrazar y hasta destruir los Poderes Legislativo y Judicial, con el pretexto de crisis sociales, políticas, económicas o ahora como la planteada como la pandemia, pero eso no llevará a un reconocimiento histórico en el futuro y menos a la construcción de monumentos y estatuas que recuerden a un prócer.
Los sectores intelectuales, universitarios, de empresarios de todos los niveles, y las clases medias, medianas, altas y bajas, confiamos en que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no se deje llevar por cantos de sirenas ni tentaciones que lo desvíen del camino democrático.
México es uno, es un país plural, mestizo con indígenas, blancos, medianos, negros, morenos, y ahora de todas las razas y niveles sociales y de ingreso; somos un pueblo maravilloso todos juntos, unidos y mezclados y no debemos ser conducidos a la división, el enfrentamiento y a ningún tipo de régimen dictatorial.