El Instituto Nacional Electoral lanzó una grave advertencia a los diputados federales y senadores para que elaboren con cuidado la Ley Reglamentaria de Revocación de Mandato, y que se tomen en serio sus posibles consecuencias; y esto es así, entendemos nosotros, porque existe la posibilidad de que se llegara a producir un caos político en el país.
Los escenarios de la Revocación que se vaya a efectuar en el mes de marzo o abril del año próximo son esencialmente dos: primero, el que tiene el mayor porcentaje de probabilidades es que la gente vote para que el Presidente Andrés Manuel López Obrador prosiga en el poder hasta el día 30 de septiembre de 2024, como manda la Constitución; ¿pero qué ocurriría si el resultado de la votación, por cualquier circunstancia, resultara contrario y obligara al Presidente a retirarse a su finca del mal nombre en Palenque?
Se crearía el caos político nacional.
¿Quién sustituiría al Presidente Andrés Manuel López Obrador? ¿Sería un civil o un militar?
¿El Congreso de la Unión, bajo esas circunstancias, estaría en la capacidad de nombrar a un Presidente Interino? ¿Lo permitirían eso las masas enfurecidas? ¿Cuál sería el papel del Ejército Mexicano en esas circunstancias?
Hace bien el INE en lanzar esa grave advertencia a los diputados federales y a los senadores de la República: por estar jugando con fuego pueden incendiar a la República y crear un caos político, social y constitucional, como no se ha visto desde la Revolución de 1910.
Senadores y diputados federales deben estar muy conscientes de su papel y de plano evitar un riesgo innecesario, ya que ningún partido político nacional ha exigido hasta ahora la renuncia del Presidente; y sería muy irracional e incomprensible que el propio partido Morena, pida a tres millones de sus miembros que exijan la renuncia del Presidente, lo cual es requisito legal para convocar a la Revocación de Mandato del Presidente mismo, y esto, porque la Ley Reglamentaria, según la Constitución, tendría que pedir que el 3% de padrón nacional de votantes pida la renuncia del Presidente; y hasta ahora ningún partido de oposición lo exige.
Es necesario eliminar de plano esta aberración política.
