Error del Presidente haber convertido a López Dóriga en su enemigo personal
Carta del Editor
Por el Lic. Mauro Jiménez Lazcano,
Director General de la Revista Macroeconomía
“Yo estaré aquí cuando Usted se vaya a su rancho”, repite con frecuencia el periodista Joaquín López Dóriga, al referirse a las 300 veces que el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha mencionado peyorativamente en las Mañaneras, donde también lo exhibe en videos y grabaciones.
Durante cinco años el Presidente Andrés Manuel López Obrador se la pasó atacando al también periodista Carlos Loret de Mola, a quien le exigía un día sí y otro también que dijera cuanto gana y que diera a conocer sus bienes.
Incluso el Presidente López Obrador llegó a proponerle a Carlos Loret de Mola un intercambio de bienes, “sin ver”, en la seguridad de que los bienes materiales de Carlos Loret de Mola son más valiosos que todos los bienes del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador inclusive su rancho, ubicado en Palenque, y denominado “La Chingada”.
Y aunque las menciones, censuras y ataques al periodista Joaquín López Dóriga ya suman 300, dichos en la Mañanera, las imprecaciones contra Joaquín López Dóriga han aumentado en frecuencia y tiempo, con la novedad de que ahora el Mandatario, le ordena a sus ayudantes que lo pongan en la pantalla de la Mañanera y lo dejen ahí congelado, hablando o que se vea su boca abierta.
JOAQUIN NO ES NINGUN “MANEADO”
Pero el Presidente López Obrador se confronta ahora con Joaquín López Dóriga, quien no es ningún maneado y le responde letra por letra y coma por coma, y lo hace de tal manera que muestra las falacias del Presidente López Obrador, y lo hace con propiedad y respeto, sin insultos ni grosería, pero sí en forma contundente y clara, ante los millones de televidentes y radioescuchas de su audiencia tanto en México como en Estados Unidos.
Cuando Andrés Manuel López Obrador se retire a su rancho de “La Chingada”, como él lo bautizó, en calidad de ex Presidente de la República, el 1º de octubre próximo o cuando tome vacaciones en Cuba o Venezuela o Nicaragua, se dará cuenta del error que cometió, respecto de su imagen pública, al haber convertido al periodista Joaquín López Dóriga en su enemigo personal.