En vísperas del IV Informe Presidencial del Segundo Sexenio panista
Por la Doctora en Economía
Josefina Morales
La dimensión política de la crisis
En vísperas del IV informe de gobierno del segundo sexenio panista, la crisis del régimen político exhibe el largo proceso de putrefacción del otrora llamado sistema político mexicano que se ha ahondado en la fársica transición encabezada por el PAN.
La incapacidad del ejecutivo para gobernar un país que se nos deshace entre las manos se comprueba no sólo en el fracaso económico de la aplicación ortodoxa del neoliberalismo cuestionado internacionalmente por la crisis, sino sobre todo en el fracaso de su guerra contra el narcotráfico y la creciente fascistización de la política contra la resistencia popular.
Las elecciones en julio pasado exhibieron el oportunismo y las crecientes pugnas internas de los partidos en descomposición, especialmente en el PRI, en la elección de candidatos en Puebla, Durango y Sinaloa donde priístas insatisfechos con la designación de candidatos a gobernador participaron como candidatos de la alianza opositora; así como en las de Aguascalientes y Tlaxcala donde los candidatos panistas perdieron la elección y en Zacatecas, donde gobernaba el PRD, con un resultado similar, registrándose el retorno del PRI en esas tres entidades.
También estos comicios mostraron la participación ciudadana en búsqueda de un cambio en los gobiernos corruptos, represivos e incapaces, logrando impedir el continuismo de las camarillas y cacicazgos en Oaxaca, Puebla, Sinaloa y en las elecciones municipales de otras dos entidades (Chiapas y Baja California), y cuestionar al continuismo en otras tres (Durango, Veracruz e Hidalgo).
Después de las elecciones de junio el ejecutivo movió sus fichas en dos secretarías y en su círculo privado de los pinos. Los cambios, para no cambiar, ratifican no sólo el estilo personal del gobernar autoritario y sordo de este sexenio, al imponer en la Secretaría de gobernación y de Economía a sus amigos personales, sin experiencia política ni formación profesional, sino más grave aún, anuncian la profundización de las políticas públicas lesivas para la nación.
En el ámbito político, al responsable del fracaso del gobierno panista en las recientes elecciones municipales de Baja California se le designa, en primer lugar, conductor de la perdida guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado y, en segundo lugar, promotor de un diálogo nacional para imponer las reformas neoliberales pendientes: de la laboral a la política.
El gobierno que no gobierna profundiza su discurso mediático en búsqueda de una imagen carente de sustentabilidad al tiempo que continuará con las medidas represivas que requiere la continuidad del modelo neoliberal desnacionalizador.
Atención especial necesita la construcción del nuevo discurso, que no nueva política ni estrategia contra el narcotráfico, ahora denominada, como en Colombia, seguridad democrática, en donde se pretende, más que hacer partícipe a las distintas fuerzas políticas y sociales en la creación de una nueva política contra el narcotráfico y el crimen organizado, responsabilizar con igual rasero a la sociedad que a las fuerzas políticas y al ejecutivo de la descomposición política y social. Estrategia en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada que se inscribe en la geopolítica estadounidense del Plan Colombia, el Plan Mérida, la instalación de base militares en Colombia y ahora el despliegue de 7 500 soldados estadounidenses en Costa Rica.
La descomposición más profunda que lleva a la putrefacción del régimen panista en turno, se exhibe en el fracaso político de la guerra contra el narcotráfico, con más de 28, 000 ejecuciones en tres años y medio de gobierno, la mayoría no investigadas ni mucho menos procesadas por la justicia; en la multiplicación de la violación de los derechos humanos y aun crímenes ejecutados por los militares en esta guerra sin dirección política; en los municipios, ciudades y entidades en profunda crisis de gobernabilidad; y en la corrupción y descomposición del sistema judicial que se muestra en esa incapacidad de juzgar y combatir al crimen organizado y en el aparato carcelario escenario de múltiples crímenes y delitos. Política fracasada que el nuevo encargo de la Secretaría de Gobernación reitera.
El talón de Aquiles de nuestra democracia, la falta de justicia, se exhibe cotidianamente en el funcionamiento corrupto y el ejercicio faccioso del poder judicial, como lo mostró la monstruosa condena por el poder judicial del estado de México de los dirigentes del Frente en Defensa de la Tierra de Atenco, y en el funcionamiento reaccionario, antidemocrático y arcaico de la Suprema corte que es incapaz de responsabilizar, no digamos castigar, a los culpables de la muerte de los 49 niños en la guardería subrogada por los amigos de Calderón en el IMSS a parientes y amigos del mismo y del exgobernador de Sonora, como fue incapaz de defender la Constitución frente al autoritarismo del ejecutivo que decretó inconstitucionalmente la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y dejó sin trabajo ni derechos a 44 000 trabajadores y pretendió desparecer al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el más democrático de este país que defiende los intereses nacionales. No puede dejar de mencionarse el triunfo, en el caso de Atenco, de la resistencia popular que durante más de tres años mantuvo el movimiento popular para alcanzar una resolución favorable de la Suprema Corte.
El cambio en la Secretaría de Economía, de igual manera, muestra que se propone poner más atención en la mercadotecnia, la imagen y la promoción de un país que está en venta, que en impulsar el crecimiento económico del país, no digamos un desarrollo nacional que no está en su agenda. Y más grave, se reitera en la inconcebible práctica de asignar como responsable de la política económica a un amigo suyo cuyas credenciales son ser licenciado de la escuela libre de derecho, la misma de Calderón, doctor en derecho canónico (sic) y maestro en ciencias del matrimonio y de la familia (supersic), conocido en Nuevo León como uno de los conspicuos representantes de los legionarios de cristo, organización de la que hoy están comprobadas sus credenciales genéticas de corrupción, delincuencia y manipulación en aras del poder y del dinero. La experiencia en el campo de la economía que registra el currículum del nuevo Secretario de hacienda es su carrera ejecutiva en el grupo empresarial regiomontano PULSAR, de uno de los oligarcas del país, Ángel Romo, así como cursos de mercadotecnia en instituciones internacionales, la cual lo llevó en los últimos años a ser director del programa ProMéxico que creó Calderón después de la desintegración del Banco Nacional de Comercio Exterior, para buscar la inversión extranjera.
La política ProMéxico intentará adelantar en la explotación por el capital extranjero de las aguas profundas del Golfo de México, a contrapelo del intento de Obama de detener ese tipo de explotación en su país después del horrible derrame en curso, cuyo impacto ambiental es incalculable; el nombramiento del nuevo director de la Cofetel augura el aceleramiento de la entrega de las telecomunicaciones al capital español y a Televisa en pugna con Slim; y el continuismo de la represiva política antilaboral se profundizará no sólo contra los mineros y los trabajadores del SME, sino con el intento de la imposición de la reforma neoliberal laboral en los próximos meses que se propone codificar los lesivos cambios impuestos en la práctica en el mundo del trabajo, sobre todo en la búsqueda de la denominada flexibilidad en aras de la productividad y de la privatización de las jubilaciones de los trabajadores para el manejo del capital financiero en los fondos privados de inversión.
Es en este marco pleno de descomposición y contradicciones políticas, de resistencias sociales y de necesidades sociales y económicas, que emerge el proceso político por la nominación de los candidatos a la candidatura presidencial para las elecciones del 2012, dando muy escaso margen de maniobra a un ejecutivo que no ha sido capaz de realizar ninguno de sus supuestamente buenos propósitos y de cuyos presuntos resultados pretenderá dar cuenta el próximo primero de septiembre. Los cambios en el círculo íntimo de los pinos sólo buscan relanzar una ofensiva mediática de la imagen del Presidente y su partido.
La dimensión económica*
Cuatro años cumplirá el gobierno del empleo y de las políticas para vivir mejor, cuyo fracaso, o tropiezo, gusta de adjudicar a la crisis que vino de fuera y no a sus propias políticas que la realidad económica reprueba. La reflexión sobre el desempeño económico de nuestro país, del que se debería dar cuenta en el informe presidencial, requiere no sólo entenderlo en la coyuntura del curso del sexenio y de la crisis internacional, sino desde la perspectiva de los ya tres largas décadas del neoliberalismo, la última conducida por el panismo en poder, que han sumido a nuestro país en una larga tendencia de crecimiento precario con profundas y recurrentes recesiones cíclicas, al mismo tiempo que desigual y anárquico, de una estructura productiva desarticulada, desequilibrada y dramáticamente dependiente de la estadounidense.
La primera década del siglo XXI, en la que el PAN continuó desde el poder con el proyecto neoliberal, ha mostrado el fracaso del TLCAN para el país al registrar el peor desempeño económico de América Latina. Los primeros tres años, casi recesivos, acompañaron a la crisis estadounidense de las empresas.com; durante el auge que se registró en América Latina entre 2003 y 2008 la economía mexicana registró un crecimiento mucho menor, sostenido en gran parte por el precio internacional del petróleo. Según la CEPAL, mientras el promedio de crecimiento anual de la región fue de 5.4%, en Brasil y Chile de 4.8 y 4.8, Argentina 8.4, Colombia 5.4 y Venezuela 10.2%, México apenas si lo hizo al 3.4%.
El desplome de la economía nacional en 2009, de 6.5%, superior a la de 1995, y la mayor en el país desde los años treinta, exhibe la profunda dependencia de nuestra economía respecto a la estadounidense, pues mientras ésta se contrajo 2.4% la nuestra lo hizo más de dos veces y media. La caída del PIB per cápita y de la inversión total fue superior a la de economía en su conjunto, la inversión privada lo hizo 15.4% y la extranjera cerca de la mitad, al registrar un monto de 12 522 millones, similar a lo recibido en 1997 y 1998, mientras las exportaciones cayeron 21% y las importaciones 24% (ver cuadro 1).
Los sectores más afectados en 2009 fueron el comercio, con una caída superior al doble de la economía nacional, el turismo y el transporte cayeron entre el 8 y 9%; la industria manufacturera, eje del nuevo patrón manufacturero exportador, se contrajo 10% y, en ella, el sector automotriz lo hizo 28.5% y alrededor del 20% la fabricación de maquinaria y equipo de productos metálicos y la industria metálica básica (véase cuadro 2).
Las exportaciones manufactureras representaron 82.5% del total, por lo que, como se repite como publicidad gubernamental, México es un país exportador manufacturero; las de la industria automotriz representaron 18.5% del total y las de equipo y aparatos eléctrico y electrónicos, 25%. Lo que no dice la propaganda oficial es que ambos sectores están en manos del capital extranjero y gran parte de ellas son maquiladoras y que entre 2000 y 2009 registran una tasa promedio de crecimiento de apenas 0.6% anual.
Durante los gobiernos panistas, las exportaciones petroleras han elevado su participación en las exportaciones totales: 9.7% en 2000, 15.6% en el último año del gobierno foxista, 17.4% en 2008 y cayeron al 13.4% en 2009. Su monto acumulado entre 2001 y 2009 fue de 265 712 millones de dólares, poco menos de la mitad en los primeros tres años del gobierno actual. Y hay que denunciarlo, una y otra vez, no se ha construido una sola refinería en este país e importamos más del 40% del consumo nacional de gasolina.
El desplome en 2009 llevó al peor desempeño de los primeros tres años de todos los gobiernos neoliberales (-0.7% anual); ni en el periodo del gobierno de De la Madrid, en la década perdida, se registró un crecimiento negativo tan generalizado. De los 19 sectores registrados en las cuentas nacionales, sólo cinco registran una tasa positiva entre 2006 y 2009: la agricultura, el comercio y la dirección corporativa, casi estancados, y con tasas superiores al 4% el sector financiero y la información en medios masivos (telecomunicaciones); con una caída entre 1.3 y 1.9% están la minería, la electricidad, la manufactura, los servicios educativos, de salud y el gobierno (véase cuadro 2).
La estructura de la economía, muestra que en 2009 la manufactura contribuyó con 17.3%, el comercio con 15.6 y los servicios inmobiliarios con 10.5%; la construcción y el transporte lo hicieron con 6.6 y 6.9% y entre el 5 y el 4% el petróleo, los servicios financieros y los servicios educativos.
La inversión nacional sigue siendo insuficiente para las necesidades del país, pues se mantiene alrededor del 22% del PIB. La pública ha elevado su participación del 20.3% de la inversión total en 2000 al 27.1% en el año de la crisis. Es de señalarse la insuficiencia de la inversión en la infraestructura y el fracaso de la privatización de las carreteras, de los servicios aeroportuarios, de los ferrocarriles, que distan mucho de haber elevado la competitividad del país. Con la caída de la inversión en el 2009, en el primer trienio del presente gobierno la formación bruta de capital apenas si registra un crecimiento promedio anual de 0.4%, sostenido por el crecimiento de la inversión pública ya que la privada y la extranjera registran tasas negativas en el periodo (véase cuadro 1).
La falta de inversión pública en infraestructura urbana, en la industria eléctrica y en la de almacenamiento y distribución de agua se exhibe en las crisis urbanas cada temporada de lluvias, ahora con las inundaciones en el norte del país. Y más dramática es la política seguida para la privatización de los energéticos, tanto en Pemex como en la industria eléctrica, pues al propósito comprobado de privatizar, desnacionalizar, al sector energético, se agrega el sacrificio de los 44 000 trabajadores del SME al cerrar sin razón y sin derecho su fuente de trabajo, para poner en remate la fibra óptica que se construyó con los recursos nacionales. Este débil proceso de inversión física aunado a la enorme corrupción, tanto pública como privada, así como la falta de inversión en educación, investigación y desarrollo, son las causas fundamentales de la pérdida de competitividad del país, y no, como se señala oficialmente, la ausencia de reformas de tercera generación, y las que falten, que sólo llevan a la desnacionalización, a la pérdida de los derechos de los trabajadores, a la mayor precariedad de las condiciones de trabajo y al incremento de la pobreza de la mayor parte de las familias mexicanas.
La concentración económica
En la estructura económica del país, profundamente desarticulada y polarizada, encontramos el contraste entre las grandes empresas que cuentan con tecnología, financiamiento y organización que responde a las características de las empresas trasnacionales, sean extranjeras o mexicanas, que concentran en gran medida la actividad económica del país y están enlazadas a la economía global, y las pequeñas empresas en donde predomina la economía informal.
INEGI registra en los tabulados básicos de las cifras preliminares de los avances oportunos de censos económicos de 2009, a 37 millones de unidades económicas del sector privado y paraestatal que emplearon a 20.3 millones de trabajadores. Los establecimientos que emplean hasta 10 trabajadores son 95% del total y en conjunto tienen 8.4 millones de trabajadores, 65% de los cuáles no está remunerado. Los 3 164 establecimientos que emplean más de 500 personas, menos del uno por ciento del total, concentran poco más de la quinta parte de todo el personal y entre el 42.4 y 46.6% de las remuneraciones, gastos e ingresos totales de las unidades económicas de este país.
El nivel de concentración lo ilustra asimismo el peso de las 500 grandes empresas del país, cuyas ventas en 2009 puede estimarse que fueron superiores a la mitad del PIB nacional, ya que las ventas de las primeras 40, que empleaban 1.6 millones de trabajadores, fueron equivalentes a 40.9% de la economía nacional.
La empresa más grande del país es Petróleos Mexicanos, cuyas ventas fueron equivalentes a 23.6% de las ventas de los 40 grupos empresariales más grandes del país, tiene 147 294 trabajadores y reportó una pérdida de utilidades.
Entre las 40 empresas más grandes hay 24 de capital mexicano; sin Pemex, los 23 grupos tienen la mitad de las ventas del conjunto y 70% de sus trabajadores. Hay ocho estadounidenses que concentran 15% de las ventas y siete de ellas la misma proporción de trabajadores; las tres más grandes son Walmart, Banamex y General Motors que tienen 10% de las ventas y 14.1% de los trabajadores.
Por sectores, se encuentran siete en alimentos bebidas y cervezas que concentran 12% de las ventas y la quinta parte de los trabajadores, entre ellas sobresalen Bimbo y FEMSA; cuatro de telecomunicaciones con 14.2% de ventas y 12.3% de trabajadores; siete de servicios financieros con 10.8 y 7.9%% donde Bancomer y Banamex tienen la mitad de las ventas y de los trabajadores; y en comercio y autoservicios hay seis empresas con 11.6% de ventas y la cuarta parte de los empleados.
De estos grandes grupos, sólo 30 reportan utilidades y de ellos destacan América Móvil con 76 914 millones de pesos, Bancomer con 21 612 millones, Banamex con 18 756, Walmart con 16 806, Carso Global Telcom con 16 005 y FEMSA con 15 082 millones de pesos.
Otra ilustración de la estructura desequilibrada y polarizada se observa en la distribución de los 36.7 millones de trabajadores en 2008 por sectores y sus indicadores de productividad, proporcionada por el Sistema de Cuentas Nacionales de México. Las actividades primarias ocupan 6.1 millones de trabajadores, 18.2% del total, y apenas si contribuyen con 3.4% del PIB nacional; en la construcción están el 15.4% de los trabajadores, en la manufactura el 12.9 y en el comercio 14.2%, al tiempo que estas actividades contribuyen con 6.5, 18 y 15.2% del valor agregado nacional, respectivamente. Esto nos habla de una agricultura extensiva en fuerza de trabajo, de millones de jornaleros agrícolas y de campesinos pobres que apenas si registran un valor agregado por trabajador menor a la cuarta parte del promedio nacional; de un gran ejército de trabajadores informales en la construcción donde trabajan 5.7 millones de trabajadores con una productividad menor a la mitad de la promedio nacional; del comercio donde destacan los millones de trabajadores ambulantes y de un sector manufacturero con miles de trabajadores en las panaderías y tortillerías que registra la industria alimentaria.
Los recursos públicos
La insuficiencia de las finanzas públicas y su correlato de endeudamiento público, externo e interno, son otra de las grandes limitantes del crecimiento económico del país. Por tres décadas se ha prolongado la incapacidad de los gobiernos neoliberales de realizar una auténtica reforma fiscal que obligue a pagar impuestos a los grandes consorcios de este país y no haga recaer el costo de la crisis sobre los trabajadores, profesionales y medianos y pequeños empresarios.
Los ingresos presupuestarios van del 21.8% en 2006 al 23.8 del PIB en 2009, representando los tributarios apenas el 8.6 y 9.6%. En ese último año los impuestos sobre la renta contribuyen con menos de la mitad de los ingresos tributarios y el IVA cerca de la tercera parte. Los ingresos no tributarios representaron el año pasado 7.4% del PIB y los de los organismos y empresas públicas 6.9%. Los ingresos siguen dependiendo en alto grado de los recursos petroleros, 37% en 2008 y 31% en 2009.
La enorme precariedad de las finanzas públicas refleja la política neoliberal favorable al gran capital, el cual a través de tejes y manejes contables evita el pago de impuestos, al tiempo que hace recaer el grueso de los recursos fiscales en el causante trabajador cautivo y en el consumo generalizado vía el impuesto del IVA; lo más escandaloso, sin duda, es el diferimiento autorizado del pago de impuestos para la banca y los grandes empresarios así como la millonaria devolución del IVA a las grandes empresas, por lo que prácticamente no pagan impuestos.
El gasto mantiene imperturbable el pago puntual de intereses al sector mimado del neolibralismo, al financiero. El costo financiero se estima en 2.2% del PIB, poco menos de la mitad de los recursos destinados a inversión física; cantidad semejante se destina tanto al endeudamiento de organismos y empresas públicas como al pozo sin fondo del FOBAPROA que cada año se ha llevado un monto alrededor de 30 000 millones de pesos, superior en mucho al presupuesto destinado a la educación superior.
El endeudamiento externo se mantiene y constituye un drenaje incesante La deuda pública total, tanto interna como externa, pasó de representar 14.3 %del PIB en 2007 al 27.4% en diciembre de 2009.
Si bien la deuda pública externa neta había bajado a 34 545 millones de dólares a finales de 2007 y alcanzó 40 168 millones en 2008 para diciembre de 2009 más que se duplica y alcanzó 92 695 millones de dólares al incorporar la deuda conocida como PIDIREGAS.
La crisis del sector bancario mexicano desde 1995 llevó a las grandes empresas del país a buscar el financiamiento externo, el cual se elevó de 25 mil millones de dólares en 1993 a 62 mil millones en 2000 y 55 mil millones en 2009.
Los intereses pagados por la deuda externa desde 1980 han acumulado un monto de 307 mil millones de dólares, más de la tercera parte de ellos pagados en la primera década de gobiernos panistas, 115 mil millones, cantidad superior a la recibida en estos gobiernos como nueva inversión extranjera directa, que acumuló 103 093 millones de dólares, poco más del total registrado por la IED.
La deuda pública interna pasa de 55 mil millones de pesos en 1993, a 315 mil millones en 2000, 33 mil millones de dólares en el último año; y con el panismo alcanza niveles estratosféricos: Fox la dejó en 977 mil millones de pesos y con Calderón llegó a 2 billones en diciembre de 2009, en dólares pasa de 83 640 millones de dólares en 2006 a 162 672 millones en 2009. ¡Casi duplica la deuda externa! Y recordemos que la banca mexicana es una banca extranjera y que los intereses que se pagan en el país son más altos que los del mercado internacional.
Precarización del empleo
y de las condiciones de vida
Entre 2006 y 2008 se registró una caída de las remuneraciones totales como parte del PIB (del 31.1% al 28.7%). La encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares de 2008 registraba una ligera caída, de 1.6%, en el ingreso corriente total de los hogares, con respecto a 2006, y una superior al 5% en los cuatro deciles de menores ingresos. La crisis del 2009 y el desempleo creciente habrán afectado, sin duda, en mayor medida a los ingreso de los hogares más pobres.
Según las estadísticas del seguro social entre 2007 y 2009 se perdieron 314 597 empleos permanentes y aumentaron 95 791 los eventuales. En el primer trimestre de 2007, 56% de los trabajadores registrados (43.3 millones) recibían hasta tres salarios mínimos, para el primer trimestre de este año, esta proporción aumentó al 58.3%; y los que reportaban recibir más de 5 salarios mínimos disminuyeron casi un 3% al bajar del 11.6% al 8.8%.
Estas cifras son incapaces de mostrar el drama de los millones de hombres y mujeres sin trabajo, el de millones de familias que viven en la pobreza, ni el de millones de jóvenes sin futuro ni esperanza.
En el sector público destaca la política antiobrera del ejecutivo que el año pasado echó a la calle a 44 000 trabajadores electricistas, creando un severo problema para la zona centro del país, particularmente para la zona metropolitana de la ciudad de México, así como el arbitrario despido de miles de trabajadores de la Secretaría de la Función Pública y de la de Reforma Agraria que el Ejecutivo no pudo desparecer por decreto en diciembre pasado. Asimismo sobresale la política laboral fascistoide encabezada por Lozano, el Secretario del Trabajo que debería ser cesado ya que parece secretario al servicio del capital, en el desconocimiento de los derechos de los trabajadores, mineros y electricistas.
La precarización del trabajo exige un estudio profundo de las nuevas condiciones de trabajo de la mayoría de los mexicanos, de los jóvenes que se incorporan a este pobre mercado de trabajo que ha llevado a millones de mexicanos a trabajar en Estados Unidos donde los millones de trabajadores sin papeles enfrentan una política represiva sin precedente.
El curso del 2010
A julio del 2010, los datos de que se disponen no permiten todavía una estimación con mayor certeza de la dinámica del año. Pues si hasta el primer semestre las expectativas esperaban un crecimiento entre 4 y 4.5% en este año, que no compensaría la pérdida del 2009, en julio emergen en la crisis internacional tendencias que anuncian una menor dinámica a la esperada y, con ello, una probable tendencia al estancamiento en la economía estadounidense y una recesión en la Unión Europea.
Entre mayo de 2009 y mayo de este año, hay por supuesto, una recuperación, desigual, sin duda. En la manufactura, por ejemplo, se pasa de un índice de volumen, con referencia a 2003, de 108.9 a 113.3; la recuperación más espectacular es la de transporte que pasa de 75.8%, es decir una producción menor a la de 2003, a un índice de 129.8.
La formación bruta de capital fijo, registraba en abril de 2008 un índice del volumen físico, de 143 (con referencia a 2003=100), y dos años después 121.8; la caída más grave está en maquinaria y equipo, de 177 a 124.2 y aún más acentuada en la importación de maquinaria y equipo, de 205.3 a 131. Situación similar se registra para los indicadores del volumen físico de la actividad económica: en la construcción, por ejemplo, el índice a mayo de 2010 fue igual a 118.7 cuando dos años atrás el indicador fue de 130.8 y en la manufactura fue de 113.1 contra 118.1.
Las exportaciones se recuperan y a mayo de 2010, habían registrado un incremento de 43.9%, destacando el petróleo con 58.8%, por la recuperación del precio internacional, y la de automóviles, más de la cuarta parte del total, lo hizo 86.7%.
Asimismo se recupera la actividad industrial que a abril, registra un incremento de 6.1% promedio anual, destacando el de la minería, incluye petróleo, del 16.5% y el de la manufactura de 11.2%, si bien la construcción sigue deprimida con una caída de 3.5%%.
El Presidente del empleo y de la política para vivir mejor, así promocionado en la sucia campaña del 2006, no pudo cumplir su palabra: según la Encuesta nacional de ocupación y empleo de INEGI, del primer trimestre de 2006 al primer trimestre del 2010, la población económicamente activa aumentó 2.8 millones de personas y los puestos de trabajo creados no fueron suficientes y quedaron desocupadas 930 152 personas.
Los trabajadores de las empresas manufactureras exportadoras, donde ahora se incluyen a las maquiladoras, registraron en marzo de 2008 a 1 910 190 personas y dos años después, en marzo de este año, 1 713 814, es decir 197 396 puestos de trabajo perdidos, 10% menos.
Entre el primer trimestre del 2009 y el primero de este año 2010, la población ocupada aumentó 718 144 personas, sin olvidar que en 2009 se perdieron 405 062 3 puestos de trabajo. Por sector de actividad se registró un crecimiento significativo en el terciario, de 771 570 personas, que compensa las pérdidas mayores en otros sectores; de ellos el mayor número fue creado en servicios diversos y en restaurantes y servicios de alojamiento; las pérdidas se registran en los dos sectores de trabajadores que han sido objeto de una saña inaudita de parte de las autoridades labores contra los trabajadores mineros y electricistas, así como en la deprimida industria de la construcción y en el transporte, comunicaciones, correos y almacenamiento. Por sectores de ingreso, las pérdidas de empleo se registran en los mejor pagados, entre los que ganaban de 3 a 5 salarios mínimos y los que ganaban más de cinco salarios mínimos.
Asimismo el mayor número de empleos se registra en los hogares, 85% del total, donde el sector informal representa más de la mitad de ellos.
De los puestos de trabajo creados en el sector remunerado, apenas 188 602, 15% del total entre el primer trimestre de 2009 y el correspondiente de 2010, el grueso se creó en el sector terciario (comercio y servicios diversos) y apenas 81 406 en la manufacturas, registrando pérdidas la mayoría de las actividades: agricultura, construcción, transporte y comunicaciones y servicios sociales, entre otros.
La precariedad de los puestos de trabajo creados entre el primer trimestre del 2009 y el primero de este año la ilustra el que la mayoría percibe un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos. En el primer trimestre de 2010, 7% de toda la población ocupada trabaja menos de 15 horas semanales; 64% no tiene acceso a las instituciones de salud; 36% de ellos se ubicaron en el trabajo de los hogares y de éstos más de las tres cuartas partes se ubican en el sector informal y el 22.4% en el trabajo doméstico remunerado.
La desocupación, según el reporte mensual fue de 4.8% en marzo y 5.13% en mayo, y más del doble en Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, DF, México, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Tlaxcala.
En la percepción oficial de la crisis se sigue insistiendo que la crisis vino de fuera, que fue un contagio, causado por el entorno internacional que provocó que “México enfrentara caídas importantes en la demanda por sus exportaciones manufactureras y en otros renglones de ingresos de la cuenta corriente, una fuerte restricción de financiamiento externo y un choque a sus términos de intercambio, al reducirse de manera importante el precio del petróleo de exportación.”
Mientras se siga con esta perspectiva y con la aplicación ortodoxa de las medidas neoliberales, la política del actual gobierno sólo buscará hacer recaer sobre los trabajadores y la enajenación de la riqueza nacional la supuesta salida de la crisis, pues como se destacó en el informe del Banco de México, durante 2009, una de las medidas para estimular la economía, la productividad y tener un impacto favorable sobre las finanzas públicas fue “la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro”.
La alternativa para la nación
Frente a esta política neoliberal desnacionalizadota lucha cotidianamente la mayoría de los mexicanos, con su trabajo, su creatividad y resistencia. Es necesario, sin embargo, ir más allá. Propuestas hay múltiples, de organismos sociales, políticos, empresariales, académicos, culturales, individuales y de partidos políticos; pero no es suficiente. Es urgente cambiar la correlación de fuerzas para intentar la construcción de una nueva política económica, de una nueva representatividad social y política y crear una nueva práctica social y política para exigir la aplicación de políticas públicas que beneficien a la mayoría de la población y al país.
Atender el clamor nacional de justicia, la exigencia del cambio de la política de seguridad militarizada inserta en la estrategia geopolítica de Estados Unidos, respetar los derechos de los trabajadores y emprender una reforma ética del Estado con una auténtica lucha contra la corrupción, son algunas de las tareas urgentes e indispensables. para impulsar una alternativa para el desarrollo nacional de nuestro país.
Investigadora titular de la Unidad de Economía Política del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Se habla de que están en proceso judicial alrededor de mil casos, menos del 5% de los crímenes que se contabilizan oficialmente.
Aquí se incluyen la manufactura, el comercio, servicios privados no financieros y el resto de sectores. El censo clasifica los establecimientos que iniciaron actividades antes de 2009 y a los que iniciaron ese año; en el primer caso también los divide entre el sector privado y paraestatal y el sector publico y organizaciones religiosas, lo que realmente es una aberración conservadora, al esquipar dos ámbitos completamente diferentes y clasificarlos como variables de similar nivel.
INEGI, Resultados oportunos. Cifras preliminares. Censos económicos 2009, Aguascalientes, 2010.
Entre las primeras 50 empresas de las 500 más grandes reportadas por la revista Expansión, se duplica la información de los grupos América Móvil, Carso Telcom, FEMSA, BAL, Alfa, Carso y Salinas, pues se reporta también información de sus subsidiaria, por lo que sólo contabilizamos 40 y no 50 grandes grupos o empresas. Cuatro de los grupos no reportan número de trabajadores.
Varias de las empresas que se reportan como mexicanas tienen participación de capital extranjero.
INEGI, Sistema de cuentas nacionales de México. Cuentas de bienes y servicios 2003-2008. Año base 2003, Aguascalientes, 2010.
Véanse los boletines mensuales de coyuntura económica de INEGI.
Banco de México, Informe anual 20009, México, 2010, p., 23.
Idem., p. 24.
Josefina Morales, resumen curricular
Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Doctora en Estudios Latinoamericanos por UNAM. Ha publicado el libro México y Cuba: dos experiencias frente a la reinserción internacional y coordinado cuatro libros colectivos México. Tendencias recientes de la geografía industrial; El eslabón industrial, cuatro imágenes de la maquila en México; La restructuración industrial en México, cinco aspectos fundamentales y La restructuración mundial y América Latina, perspectivas de la integración. Ha participado con capítulos en 22 libros colectivos, publicado 16 artículos y ensayos y más de 40 artículos breves en revistas especializadas de difusión. Están en prensa cuatro capítulos de otros libros colectivos.
Ha sido docente en la licenciatura de Relaciones Internacionales de Teoría Económica y de Problemas Económicos Contemporáneos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la actualidad es profesora de Geografía del Desarrollo y Geografía Industrial en el Posgrado de Geografía así como tutora del mismo y del Posgrado de Estudios Latinoamericanos de la UNAM y maestra de Subdesarrollo y Dependencia en América Latina en la licenciatura de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha sido miembro de comisiones dictaminadoras y es dictaminadora de revistas especializadas; realiza comentarios económicos en radio y publica artículos de coyuntura en Macroeconomía.
Entre sus últimos trabajos publicados están:
“México en la crisis mundial del capitalismo en el nuevo milenio” en Jaime Estay (coord.), La crisis mundial y sus impactos en América Latina”, Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2009, pp. 163-178.
“Moda y maquila. El trabajo precarizado en la globalización”, en coautoría con Montserrat Villarino, Sociología del Trabajo, Facultad de Sociología y Políticas, Universidad Complutense de Madrid, nueva época, núm. 59, primavera, 2007, pp. 7-34.
“Industria manufacturera”, en Nuevo Atlas Nacional de México, Instituto de Geografía-UNAM, México, 2007.
México. Tendencias recientes de la geografía industrial (coord.), México, Instituto de Geografía-UNAM, “Introducción”, “Transformaciones estructurales y territoriales”, “La industria química”, “Consideraciones finales” y en coautoría “Procesos territoriales y especialización productiva de la maquila en México” y “La industria alimentaria”, México, 2006, ISBN UNAM 970-32-2767-8.
“El desarrollo desigual de México en el TLCAN”, Cuadernos de Nuestra América, Ediciones CEA, La Habana, no. 37-38, vol. XI, enero-diciembre 2006, pp. 61-82.
“Crisis y reinserción internacional de México y Cuba”, en Encuentro de académicos: Cuba en la UNAM, México, UNAM-Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos, 2004, pp. 93-130. ISBN 970-32-1334-0 (Serie Memorias) e ISBN 970-32-1336-7 (obra).